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Entrevista central, miércoles 4 de mayo: Julio Porteiro

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EC —¡Me impresiona tanto orden! Usted estableció un cronograma para su retiro, con las distintas etapas que había que cumplir hasta llegar al momento en que efectivamente se iba.

JP —Para mi retiro, cada una de las actividades, un período que empieza el 7 de marzo y termina el 20 de mayo.

EC —¿En ese cronograma estaba prevista para el 2 de mayo la carta a los funcionarios?

JP —No. Acerté en la secuencia, la secuencia de los hechos era bastante predecible, lo que no se ajustó a la realidad fueron mis estimaciones de tiempos. Y diría que ahora hay hechos del momento presente que ya me permiten asegurar que los tiempos que estimé no consideraron todas las variables en juego. Por ejemplo, en febrero en ningún momento dije cuánto puede diferir el otorgamiento de las venias una decisión del Senado de no otorgar venias.

EC —Usted teme que las venias que es necesario votar en el Senado para que pueda retirarse no se aprueben de aquí al 20 de mayo.

JP —Realmente no he buscado información como para mejorar mi pronóstico. Lo único que sé es lo que dice la prensa y lo que sabemos que está ocurriendo en la realidad. En este momento no se otorgan venias.

EC —Pero entonces la carta, esta carta a los funcionarios, que sorprendió a muchos, incluso en el propio sindicato, y que circuló el lunes de tarde, la que dio pie a las publicaciones al rato nomás en medios electrónicos y al día siguiente en la prensa, en las que se presentó esto como una decisión que usted había tomado ese día y quizás debido por ejemplo a comentarios del presidente Mujica el día anterior, etcétera, ¿cuándo había sido redactada?

JP —La secuencia es la siguiente, desde el punto de vista de la comunicación de la decisión. Después de saber que estaba todo ordenado, que el presidente de la República hubiera dado su visto bueno, yo tenía que comunicarlo a la interna. Tenía prevista la siguiente secuencia de reuniones:

Primera reunión, gerente general y secretario general.

Segunda reunión, les pedí a ellos que los ocho gerentes de la alta gerencia del banco se reunieran con ellos dos y conmigo en una reunión que se haría en mi despacho.

Tercer elemento, una vez que eso era conocido por toda la gerencia general, me parecía que correspondía que el mismo presidente del banco se comunicara con todos los que lo habían estado ayudando, y en lugar de usar la opción de que los gerentes comunicaran hacia abajo, yo haría una circular.

Cuarto paso, yo quería llegar a todos los accionistas del banco, o sea a la opinión pública, y lo que tenía previsto era una comunicación a los medios para que los medios la entregaran a los accionistas, a la opinión pública.

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