EnPerspectiva.uy

Entrevista central, miércoles 6 de diciembre: Ernesto Talvi

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —Durante la exposición de ayer en determinado momento se detuvo en el acuerdo gobierno-UPM, que ha estado en la conversación de todos en las últimas semanas. Dijo que lo comparte plenamente…

ET —Lo comparto plenamente, con una precaución y una recomendación. Lo comparto plenamente porque cuando uno lee con cuidado el acuerdo y agrupa las bases sobre las cuales se buscó atraer esta inversión, diría que son los cuatro pilares sobre los cuales uno tendría que promover la reactivación y el desarrollo, están allí presentes. País chico, mercados grandes. Este proyecto tiene vocación exportadora, y por ende se le otorga una zona franca que sirva como plataforma para exportar, donde no se pagan ni aranceles a la importación ni impuestos a la exportación, una zona de libre comercio interna. Un país chico tiene que ser competitivo, y a UPM se le ofrecen en el acuerdo bajos impuestos vía zona franca, Ley de Inversiones. Se le ofrece la posibilidad de tener tarifas públicas promocionales, más allá de que va a producir su propia energía en base a la lignina de los rolos y de los chips de madera. Se le ofrecen nuevos mecanismos de mediación y prevención de conflictos para asegurar cierta paz laboral. Se le ofrece buena infraestructura, que va a poder trasladar la madera a bajo costo desde los campos hasta la planta de Paso de los Toros y la pulpa de celulosa desde la planta hasta el puerto de Montevideo por vía férrea. Son cuatro pilares importantes de la competitividad. Se le ofrece seguridad jurídica en lo que tiene que ver –tercer gran pilar– fundamentalmente con el tema de las ocupaciones y las modificaciones que se prevén hacer en esa materia a la luz de este acuerdo con UPM. Algo que le vendría muy bien al Uruguay, porque el tema de las ocupaciones, interpretar la ocupación como una extensión natural del derecho de huelga, en nuestro criterio fue un grave error, una piedra en el zapato que tiene Uruguay. Es inconstitucional, viola el derecho de propiedad y la libertad de trabajo, y además está en contradicción con las recomendaciones que nos hizo la Organización Internacional del Trabajo, de la cual Uruguay es miembro. Por último, país chico, país altamente educado. Se le da a UPM la remodelación de algunos programas de formación técnica, UTEC y UTU, para que pueda entrenar, formar trabajadores que en última instancia van a necesitar participar en procesos de producción que son complejos, que son sofisticados. Cuatro pilares básicos del desarrollo.

EC —Hay quien ha dicho que hay allí un miniprograma de gobierno o un programa de gobierno aplicado a un caso concreto.

ET —Lo ha dicho Claudio Paolillo en una columna fantástica que escribió en Búsqueda. Y yo estoy totalmente de acuerdo. Pero es un miniprograma de gobierno que marca una dirección, una dirección en la que nosotros venimos insistiendo desde hace mucho tiempo. Nos congratulamos de que el gobierno haya marcado tan fuertemente esta dirección y haya generado a su interna, que no siempre es fácil, una cierta unanimidad con este proyecto.

La preocupación tiene que ver con un solo artículo, el 4.3, que dice que aunque el Uruguay cumpla con todas las condiciones, UPM se reserva el derecho de no hacer la inversión. Es decir, si uno va a hacer erogaciones muy específicas para este proyecto –y yo creo que la línea ferroviaria de Paso de los Toros a Montevideo lo es, son US$ 500 millones solamente eso–, cuando todo el plan de infraestructura ferroviaria del segundo gobierno de Tabaré Vázquez implicaba una erogación de US$ 360 millones, no se puede decir que esto se iba a hacer de todas formas, no podemos hacer un tren para transportar 2 millones de toneladas al año que no se van a producir.

RA —El gobierno dice que es una infraestructura que quizás a futuro se necesite, haya o no planta, porque de hecho va a servir para otros sectores productivos, porque va a permitir la generación de nuevos negocios que hoy no son competitivos por el tema del traslado.

EC —El gobierno dice algo más, dice que es una infraestructura que ya debió haber existido, que estamos atrasados.

ET —En infraestructura tenemos un atraso tremendo. Quizás si no estuviera la planta de UPM no asignaríamos esos US$ 500 millones a hacer una vía férrea para trasladar 2 millones de toneladas de madera que no se van a producir. Quizás los invertiríamos en otros proyectos de infraestructura en otras partes del país. Es una preocupación. Cuando uno encarga un traje y paga el 50 % al encargarlo y el 50 % a la entrega; la razón fundamental por la cual esa costumbre existe es que al pagar la mitad el sastre tiene el incentivo de terminar en tiempo y forma, y si al que lo encargó lo dejó la novia y se suspendió el casamiento el sastre no queda clavado, por lo menos le queda el 50 % por el trabajo hecho.

EC —Esto es un poco más delicado. UPM dice que hay otros factores incidiendo en la decisión final. Factores que pueden ser externos al Uruguay por completo, como cambios en el mercado internacional de la celulosa, etcétera.

ET —Sí, si baja el precio de la pulpa de celulosa, entonces tenemos que correr el riesgo juntos. Es un riesgo comercial que UPM tiene que correr parcialmente junto con Uruguay, porque nosotros hacemos semejante obra y a ustedes les baja la pulpa de celulosa y pueden no venir. En fin. Eso es lo que nos preocupa, pero en términos muy generales diría que estamos de acuerdo con la iniciativa, la apoyamos en sus fundamentos conceptuales. Y creemos que lo que se hizo con UPM se debe tomar como modelo para extender este tipo de beneficios a todos los nuevos proyectos de inversión que haya en el país, grandes, pequeños, nacionales, extranjeros, en el interior o en Montevideo…

EC —Es interesante ese planteo porque de algún modo acoge una de las críticas, una de las polémicas que se han generado en torno a este acuerdo. Más allá de si el acuerdo debió existir o no, de si se debieron hacer esas concesiones o no, suponiendo que se acepte el acuerdo, la pregunta siguiente es ¿por qué con UPM sí y con otros no? Ustedes dicen: apliquemos esos criterios a otros proyectos. Y de paso, peguémosle al crecimiento del país el empujón de firmeza y de solidez que le está faltando en este momento.

ET —Exactamente. En este momento precisamos reactivar el empleo, reactivar la inversión, sobre bases sólidas. Creo que eso es lo que se está intentando hacer trayendo un megaproyecto de la magnitud de UPM. Que es una señal muy importante para el país también, porque es un proyecto de larguísimo plazo, que va a comprometer a varios gobiernos, por ende el hecho de que una empresa esté dispuesta a venir en esas condiciones habla de que se piensa que en el Uruguay hay una seriedad, una previsibilidad, una estabilidad institucional que le permite a un proyecto de 30 años hacer grandes erogaciones y recoger sus frutos.

Pero los megaproyectos, que están muy bien, porque generan esta sensación y certeza de la seguridad jurídica y estabilidad que ofrece el Uruguay, no generan un desarrollo armónico, generan desarrollos de enclave. Entonces si logramos generalizar esto, que está muy bien, si generalizamos estos cuatro principios que se aplicaron para UPM –y nosotros hemos hecho propuestas concretas de cómo, porque muchos han hablado de generalizar estos beneficios, pero a veces la cuestión no está en el qué sino en el cómo– a empresas de todo sector productivo, grandes, pequeñas, nacionales, extranjeras, que se localicen en el interior o en Montevideo, eso puede darle más armonía a esta política de reactivación y desarrollo que vemos con buenos ojos.

Comentarios