EnPerspectiva.uy

Entrevista central, miércoles 8 de junio: José Serebrier

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —Su colaboración con Xiaogang Ye no terminó con el concierto de comienzos de este año. Usted tiene previsto realizar otro recital, en Río de Janeiro, durante los preparativos para los próximos Juegos Olímpicos, y además está en sus planes grabar varios discos con las obras de este compositor chino. ¿Por qué ese vínculo? ¿De dónde salió?

JS —Xiaogang Ye estudió composición en EEUU y su hija nació en Pittsburgh, es americana. Estudió con un gran amigo mío –del cual acabo también de grabar un disco–, Samuel Adler, que es muy famoso en todo el mundo por ser quien escribió el Libro de orquestación, que es una biblia para los orquestadores, un libro de 3.000 páginas, editado en 30 idiomas. Fue el maestro de Xiaogang Ye, y fue él que habló de mí con Ye y me pidió que lo ayudara a ser conocido internacionalmente, no solamente en China, donde hoy es quizás el compositor más importante. Porque es además director del Conservatorio Nacional y hace poco lo nombraron presidente de la Unión de Músicos. Es increíble, hay una unión de músicos y él es el presidente.

EC —¿Va a seguir ese trabajo conjunto?

JS —Yo hago ese trabajo por muchos compositores. Por ejemplo, acabo de estrenar en China un concierto para clarinete y orquesta de John Corigliano, uno de los compositores norteamericanos más importantes de hoy. Una de mis misiones es hacer conocer en varias partes del mundo a muchos compositores. Xiogang Ye es uno de ellos. Pero no soy solamente yo, hace un año en Nueva York la orquesta de Detroit, dirigida por un director norteamericano, tocó un concierto todo de obras de él. En Londres acabo de estrenar el Oratorio de John Powell, un compositor inglés que vive en Hollywood. Trato de ayudar a muchos de mis colegas, no solamente a Xiaogang Ye.

EC —Aterricemos en Montevideo y el concierto de mañana.

(Audio)

EC —El título del concierto es Edad de Oro de Hollywood, y es presentado como “una noche inolvidable para rememorar la época de oro de Hollywood y para revivir grandes clásicos de Gershwin y Shostakóvich”. ¿Cómo conformó el programa? Porque lo diseñó usted…

JS —No, no, no lo diseñé yo. Fue hecho por un comité. Un poco fue inspirado por ese concierto en Londres.

EC —A eso aludía, porque se parece mucho a un concierto anterior suyo.

JS —Hace unos meses dirigí en el Royal Albert Hall un concierto que se llamó La Edad de Oro de Hollywood, y se enteraron aquí de que tuvo enorme éxito; fue en el Royal Albert Hall, donde caben 7.000 personas. Empezó con esa idea, pero después se transformó en algo un poco más grande para incluir a Gershwin, que tuvo una gran etapa al final de su vida en Hollywood, y porque se sabía aquí de mi relación muy íntima con la familia Gershwin. Grabé por ejemplo el disco del centenario de Gershwin, los descendientes de Gershwin me pidieron que hiciera ese disco. Yo era muy amigo de la hermana de Gershwin, que vivió 60 años más que George, porque él murió muy joven. El resto es Shostakóvich, es una obra que él escribió para un film, El moscardón; es una obra de concierto extraordinaria. Así que ha evolucionado, el concierto de Londres era todo música de Hollywood, este concierto es aún más interesante, porque incluye Gershwin, Un americano en París, que es una gran obra maestra, y El moscardón, de Shostakóvich, que es inolvidable.

EC —Puede sorprender que en un concierto de la Orquesta Filarmónica de Montevideo, dirigida por Serebrier, se interprete esta música que está sonando, la de El Padrino, de Nino Rota. Cuéntenos a propósito de cómo hace para valorar, para evaluar la música de cine, cuándo la música de cine alcanza la estatura suficiente.

JS —Hay música de cine que sirve solamente para el cine y no se puede sacar. La mayoría de las películas ahora tienen efecto sonoro, con la excepción de John Williams, John Powell y otros tres o cuatro. Pero en la época de oro de Hollywood, 1940 a 1970, por ahí, se escribían partituras de gran valor, con pasajes que pueden y deben vivir por su cuenta.

EC —Este es un ejemplo.

JS —Nino Rota, gran compositor italiano, la música de El Padrino; son melodías exquisitas que pueden escucharse fuera de la película con todo gusto. Y la Filarmónica de Berlín, con Simon Rattle, hace con frecuencia conciertos de música de films. La Filarmónica de Viena también, la Filarmónica de Nueva York. Es universal. No es música pop, es música que puede tener vida propia fuera del cine.

Comentarios