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EC —¿Va a dirigir con o sin batuta?
JS —[Se ríe] A veces con y a veces sin.
EC —¿Cómo es eso de un director sin batuta? La gente no lo imagina así.
JS —La batuta es una extensión del brazo, de la mano, no es necesaria en realidad. La mano es más expresiva. Por ejemplo, uno de los pasajes que tocaba hace poco de Vértigo, de Bernard Herrmann, es muy expresivo y la batuta, que es una madera, no muestra la expresión. La mano es expresiva, es mucho mejor. En pasajes líricos no rápidos prefiero usar mis manos, la mano derecha; la mano izquierda molesta a la orquesta, es solamente para dar indicaciones o dinámicas. Pero en pasajes rápidos la batuta ayuda, porque los metales que están muy lejos ven mejor. En ópera siempre uso batuta, porque la distancia entre el escenario y el foso es muy grande y la batuta ayuda. Pero hay directores que usan la batuta torcida, no directamente como una extensión del brazo sino hacia la izquierda, y eso es imposible, porque los músicos no saben si seguir la batuta o el brazo.
EC —Entonces, mañana, en este concierto y con este repertorio, ¿qué va a pasar?
JS —En las partes líricas, como en Vértigo, de Bernard Herrmann, sin batuta, y en las partes rápidas, como el final de Shostakóvich, absolutamente con batuta.
EC —La mejor de las suertes para mañana.
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Transcripción: María Lila Ltaif
