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Entrevista central, miércoles 8 de marzo: Laura Alberti

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EC —Son 10 horas en las que no desarrollás la tarea habitual.

LA —No desarrollás la tarea en tu centro de trabajo. Por lo general se utilizan en cursos, en capacitación, en plenarios en los que a los compañeros se les da la información. Hoy por hoy el compañero delegado de seguridad por suerte tiene fueros para capacitación. En ese momento no contábamos con esos fueros.

ROMINA ANDRIOLI (RA) —En esos primeros años cuando comenzaste a vincularte a la militancia sindical, 2008 a 2010, ¿cuáles eran los temas que te preocupaban más?

LA —En ese momento no tenía militancia, eran temas de condiciones de trabajo. Teníamos muchos temas de condiciones de trabajo, trabajábamos con temas de calor, de frío, muchos cambios de temperatura, muchos temas de ruido. Nos preocupaban esos temas. Y hasta el día de hoy las compañeras trabajan con ese tema.

RA —¿Y los temas de género estaban presentes ya en ese momento?

LA —Sí, al ser tantas mujeres, sí. No tanto como ahora, después incluso fui adquiriendo preocupación por esos temas, la militancia te lleva a tomar conciencia de esas preocupaciones. Yo contaba la anécdota de que en un momento la encargada nos decía que por qué pedíamos aumento, por qué pedíamos mejoras, que por qué no nos conseguíamos un marido.

EC —¿Quién les dijo eso?

LA —La encargada me dijo en un momento.

EC —Una mujer les decía eso a las mujeres trabajadoras.

LA —Sí, personalmente. Yo no sabía si ella buscaba tu reacción o qué era lo que era lo que buscaba, tenías que contar hasta 10 para contestarle algo.

EC —El implícito era: lo que ustedes están ganando está bien, eso es lo que les corresponde por la tarea, y si en la familia se necesita más dinero que lo aporte un hombre.

LA —Claro, otro, específicamente un hombre. En el tema de militancia acercándote al sindicato te das cuenta de que es tu derecho pedir lo que por derecho es tuyo, no estás pidiendo nada loco. No estamos hablando solo del tema dinero, estamos hablando de mejoras laborales, de una mejor silla, porque trabajamos sentadas.

RA —Ahí entonces no eran cuestiones específicamente de género, eran cuestiones más generales.

LA —Claro, pero por ejemplo las compañeras que tenían bebés que volvían a trabajar se tenían que sacar leche en el baño. Vos les hacías entender que teníamos que pedir un lugar específico para sacarse leche. Las compañeras llevaban un spray para desinfectar y se sacaban sentadas en el wáter. Les teníamos que hacer entender a ellas que era nuestro derecho tener un lugar para poder sacarse leche para amamantar a su niño, que era impensable hacerlo como lo hacían.

EC —Y esa discusión era con una mujer.

LA —Con una mujer, claro. Cosas así.

EC —Hablemos un poco más en general del sindicato. ¿Cuántos afiliados tiene hoy el Sunca?

LA —Tiene más de 40.000 afiliados.

EC —Normalmente tendemos a asociar al Sunca con los obreros de la construcción, los que están levantando un edificio, por ejemplo. Sin embargo hay otras actividades que tienen que ver con el rubro y que forman parte de este gremio. ¿Podemos describir eso?

LA —Tenemos el grupo 01, el grupo de Arquitectura, que son los que levantan edificios, y después tenés cuatro anexos: Hormigón, Extractiva (caleras, cementeras), Peaje (mayoritariamente mujeres) y Cerámica (cerámica roja, blanca, refractaria, yeso).

EC —Hay distintas variantes de cerámica. En principio también tiende a simplificarse y pensarse que es una sola.

LA —Los compañeros de Olmos, por ejemplo, pertenecen al Sunca.

EC —Eso es cerámica blanca.

LA —Sí.

EC —Lo tuyo, ticholos, etcétera, es cerámica roja… ¿Y después?

LA —Tenés cerámica artesanal, yeso; productos de yeso, porque las paredes de yeso son del grupo 01.

EC —Está bueno averiguar, a partir de una realidad como esa, el funcionamiento del sindicato. En particular, tú trabajabas y trabajás –son dos empresas pero has estado siempre en ese sector– y terminaste siendo dirigente de la rama. ¿Cómo se llama el sector dentro del sindicato?

LA —En el grupo 01 están los compañeros de la dirección que manejan el grupo 01 y después en cada rama hay compañeros de dirección que también son elegidos por elección. Cada anexo tiene su dirección de rama, que son los compañeros que organizan y dirigen esa rama. Yo pertenezco a la dirección de rama de la cerámica.

EC —¿Cómo ha sido hasta ahora, cómo has visto la relación hombres-mujeres dentro del sindicato?

LA —Mi integración fue como compañera delegada de base, integrando los plenarios. Nunca me sentí un ser extraño, la participación fue normal, nunca tuve problemas. Está claro que tenés que discutir y darte tu lugar, te lo das. No te puedo decir que es fácil ni tampoco que es difícil; nadie te regala nada, el lugar te lo tenés que ir ganando con participación, con militancia. Tampoco es llegar ahí y porque soy mujer me vas a regalar el lugar ni porque sos mujer te lo voy a sacar. Te lo tenés que ganar con militancia.

EC —Pero en tu rama, donde terminaste siendo dirigente de ese sector.

LA —Es igual, es lo mismo.

EC —¿Qué proporción había de mujeres y de hombres en la dirección?

LA —En un momento fuimos mayoritariamente mujeres por participar las compañeras de Olmos y la mayoría de las compañeras de este centro de trabajo. Capaz que no la mayoría, pero en algún momento fuimos mitad y mitad compañeras y compañeros. Por ejemplo en la rama de Peaje son mayoritariamente mujeres.

RA —Y de esa dirigencia en esa rama, ¿cómo llegaste a ser la voz del Sunca en la Mesa Representativa de PIT-CNT?

LA —Porque tenemos compañeros de los anexos en la dirección nacional. Los compañeros de la rama decidieron que yo integrara la dirección nacional, y al ser integrante de la dirección nacional, los compañeros decidieron que participara en la Mesa Representativa.

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