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Entrevista central, miércoles 9 de noviembre: Leonel Harari y Nicolás Albertoni

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EC —Es interesante ese mensaje, porque es un ejemplo de las repercusiones que se están produciendo en lugares muy diferentes del espectro ideológico, viendo positivamente o hasta con esperanza un triunfo como el de Donald Trump.

Nico, ¿cómo vienen los resultados que se conocen hasta ahora? Por ejemplo, ¿cómo están los dos candidatos en el Colegio Elector?

NA —Los últimos números, los que el New York Times está presentando ahora, dan que Donald Trump viene arriba. El número mágico en todo esto es 270, el mínimo del Colegio Elector que uno necesita para ser elegido. Donald Trump ya estaría con el 47 % del electorado, con 279 electores, mientras que Hillary Clinton se ha estancado en los 218. Se esperaba que tuviera un poco más, en los peores escenarios Hillary iba a estar cerca de 250, pero se ha estacando en 258, con el 47,6 % de los votantes.

EC —Están faltando algunos estados todavía.

NA —Sí, están faltando los recuentos finales de Míchigan y de Arizona, pero por cómo está armado el sistema electoral norteamericano, que es muy complejo, ya pueden darse por ganados porque en los estados en los que ya haya la mayoría de uno de los dos candidatos se le adjudican el resto de los electores. Por ejemplo, California –que de hecho siempre fue demócrata y ya ganaron los demócratas, ganó Hillary– tiene 55 electores, y el que pase la mayoría se queda con los 55, no es necesario el recuento final de los votos. Por eso algunos ya se adjudican directamente. Pero los números son sorprendentes, están pegados, van a ser unos ciento y tantos, quizás miles de votos de diferencia entre uno y otro.

EC —Sí, viene muy pareja la carrera si consideramos el voto ciudadano.

NA —Efectivamente, en nuestra lógica de democracia directa, que se contaría voto a voto. Va a ser muy cercano a aquel Al Gore-Bush del año 2000, en el que terminaron pegados en las elecciones, pero por el sistema electoral y por cómo se da esa lógica terminó ganando Bush.

EC —Otra pregunta a propósito de números, ¿cómo fue la participación del electorado?, ¿cuánta gente votó, qué porcentaje votó? Este número generaba mucha especulación en la previa.

NA —Ya se sabía de antes porque acá hay que inscribirse para votar. Puede cambiar un poco, pero en general el votante ya se inscribe dentro de un partido –yo me inscribo como demócrata, después puedo cambiar el voto, pero uno se inscribe como demócrata, como republicano, como independiente– y el total de inscritos era cercano al 45 %. O sea que todo el marco electoral fue dentro de ese número tan bajo, el que estaba eligiendo al presidente de Estados Unidos. Eso es lo que sorprendía. En 2012 había llegado a más del 50 %, pero ahora es menos la cantidad de electores, el total de inscritos para votar rondaban el 44 %. Hay que ver cuántos de esos efectivamente ejecutaron el voto, pero inscritos anticipadamente eran poco más de 40 % los habilitados.

LH —Trump llega a la presidencia con 60 millones de votos, aproximadamente. No es mucho, es un país que tiene cinco veces más que eso de población. Lo que pasa es que no muchos se inscriben y luego no tantos votan. El desinterés se veía caminando acá por Manhattan: la mitad de los cafés tenían la televisión con las elecciones y la otra mitad con deportes. En el edificio donde yo vivo no encontré ninguno que fuera a votar.

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