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Entrevista central, viernes 15 de diciembre: Mariano Arana

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EC —Lo cierto es que basándose en esa trayectoria y en ese conocimiento acumulado, la semana pasada usted hizo circular una columna en varios medios, entre ellos En Perspectiva, en la que alertaba que la terminal fluviomarítima que proyecta Buquebus en el entorno del dique Mauá y la vía férrea para sacar la producción de UPM contradicen compromisos asumidos en el último programa de gobierno departamental aprobado por el FA. En síntesis, ¿por qué?, ¿dónde radica la contradicción?

MA — […] Cuando me llamaron a la Departamental de Montevideo para que alguien dijera qué le parecía la propuesta de UPM, me pidieron que tratara de sintetizar la presentación que hice en su momento, hace más de dos años, aquella alocución de una hora, una hora y algo, en la Departamental.

EC —Tengo acá la columna de la semana pasada, allí usted dice “las decisiones que se han venido adoptando en relación a la penetración de los trenes a nuestra ciudad contradicen, a nuestro criterio, los compromisos asumidos”.

MA —Claro, no el programa del 71, sino el programa actual para el período 2015-2020. Sintetizando, dice lo que también puse allí, lo voy a leer para ser fiel a lo que escribí: “El programa del gobierno departamental para el actual período 2015-2020 consigna lo siguiente: ‘Se ha hecho especial énfasis en la participación de la población en los procesos de elaboración de los planes y su ejecución’”. Esto lamentablemente no se cumplió, porque quizás podríamos haber mejorado, sin grandes tropiezos, algo que yo he apoyado muy fuertemente, que es esta segunda planta de UPM.

Además, dice ese programa 2015-2020: “… impulsa Montevideo como una verdadera comunidad organizada y plena de vida, preservando y mejorando el ambiente con una protección racional y una defensa del paisaje natural y construido”. ¿Estamos defendiendo el paisaje natural y construido, o lo estamos deformando, incluso geográficamente, como es el caso de la bahía?

EC —¿Estas consideraciones valen también para la terminal de Buquebus?

MA —…pero por otras razones…

EC —Vamos a detenernos primero en el proyecto de Buquebus para instalar su terminal fluviomarítima, la que hoy está en el puerto de Montevideo, en el entorno del dique Mauá en la rambla Sur. La semana pasada el Senado aprobó la posibilidad de vender los predios. Es un paso. Falta mucho todavía, falta la aprobación en Diputados y después el gobierno debería hacer un llamado a licitación en el que el proyecto de Juan Carlos López Mena tendría una ventaja en el puntaje por haber sido el responsable de la iniciativa. Todavía falta mucho, pero ¿cuál es su inquietud en esta materia?

MA —En primer lugar, me parece insólito que una fuerza como la nuestra esté vendiendo área costera. ¡Área costera! Me resulta poco comprensible e incompartible. Más o menos lo digo así en esa nota muy breve, por otra parte. Y créame que en la Departamental también han surgido preocupaciones, para mí entendibles.

EC —Usted no se opondría a que se hiciese una concesión. Una cosa sería una concesión y otra es lo que se está viabilizando, la venta de predios.

MA —Desde siempre. Ustedes recordarán posiblemente, tú en particular, que ni bien llegamos a la Intendencia de Montevideo… Algún día podré explicar hasta qué punto Seregni mi insistió y yo me negaba, porque una cosa era defender la ciudad en plena dictadura y otra es estar en el ámbito político, que yo nunca había transitado, pero las cosas fueron como fueron.

EC —Se refiere a la prédica que usted había encabezado en los años de la dictadura con el Grupo de Estudios Urbanos.

MA —Claro, con un grupo notable, con el apoyo de gente maravillosa como Luis Bausero, como Eladio Dieste, como Gonzalo Carámbula, como Nelly Goitiño.

EC —Eso había sido el Grupo de Estudios Urbanos defendiendo el patrimonio arquitectónico de la ciudad como una movilización más de protesta en los años del régimen encabezado por las Fuerzas Armadas, pero concentrándose en eso, en los valores de Montevideo.

MA —Era una manera de decir que no a la dictadura. No me voy a engañar, lo hicimos a conciencia, pero tratando de ser consecuentes con lo que nos habían enseñado y lo que habíamos propiciado desde nuestras propias clases.

EC —Después le tocó gobernar, después fue intendente, y ahí aparecieron algunos conflictos. ¿A qué se refería cuando decía que el general Seregni le había insistido mucho?

MA —No sabés lo que me insistió el último día, porque… No sé si recordás que habían propuesto a Batalla en principio ser intendente a la salida de la dictadura, que me pareció una cosa bárb… Y siempre me dijo: “Mariano, para mí la vocación es esa”. Pero parece que se cuestionó esa candidatura, en determinado momento parece que Danilo dijo que sí, pero después lo pensó mejor, así que me vinieron a presionar el último día, un día gélido, y yo que no, que no, que no… Había que conocer a Seregni para ver la capacidad y la calidad humana, y el poder de persuasión que tenía también…

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