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Entrevista central, viernes 15 de diciembre: Mariano Arana

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EC —Esa fue su primera candidatura a la Intendencia.

MA —Yo le dije: “Escúcheme una cosa, general: usted me promete que yo no salgo”.

EC —Y no salió, en aquella primera oportunidad, la elección de salida de la dictadura, no terminó ganando el FA en Montevideo. Pero volvamos al tema, ¿por qué se acordó de todo eso a raíz del proyecto de la terminal de Buquebus en el entorno del dique Mauá?

MA —Porque creo que todo lo que habíamos hecho, dicho y escrito con ese grupo, que fue una cosa muy entusiasta y con un gran esfuerzo… No existía el PowerPoint, había que comprar las películas de color para hacer nuestros audiovisuales, era todo un invento, nunca habíamos hecho audiovisuales. Pero la bronca a veces hace que uno se sienta con capacidad de hacer cosas que no se hubiera imaginado nunca. Y creo que tuvimos esa capacidad de diálogo con la gente. Para mí fue un estímulo extraordinario y seguí esa capacidad de diálogo estando en la Intendencia, discutiendo todo lo que habíamos de hacer en asambleas. Muchas veces te aplaudían y otras no.

EC —Recordemos el planteo de López Mena: la construcción de un puerto con una escollera de unos 1.500 metros, un hotel, un volumen de vidrio con forma de pirámide, restaurantes, locales comerciales e incluso la edificación del Museo del Tiempo, que es un viejo proyecto del gobierno que se ha ido postergando. Una inversión de US$ 200 millones, aunque puede ser mayor, para completar instalando allí la terminal de pasajeros. ¿Usted discrepa con un planteo como ese?

MA —No. Pero habría preferido que, tal como él mismo lo solicitó, que la terminal fuera a Capurro. Porque nos obligó a discutir sobre Capurro, hubo momentos en que las vías de ferrocarril iban a pasar por el borde costero, cerrando el único punto donde la gente puede todavía conectarse, permear ciudad y puerto, que es la lógica vocación de nuestra ciudad, impidiendo esa conexión. Yo lamento mucho que eso se haya frustrado.

EC —Sí, López Mena abandonó el proyecto por una aparente lentitud del gobierno en la aprobación de los permisos, aquello quedó por el camino. Y ahora va por esta otra ubicación. ¿Entonces no discrepa con la ubicación y con la idea?

MA —Habría preferido que se mantuviera en Capurro, pero no discrepo con eso. Discrepo con que se venda terreno público, y nada menos que costero. Terreno público en cualquier otro lado menos comprometido, desde luego, pero el costero tiene un contenido estratégico. Esto parece contradecirse con toda una postura que desde largo tiempo viene desarrollando la fuerza política a la que pertenezco desde que se formó, y a la que perteneceré –por más que uno pueda tener algunas discrepancias– hasta el día que me muera, que espero que sea medio lejos todavía. Confío mucho en los médicos actuales, que son unos fenómenos.

EC —Usted entiende que lo lógico es que lo portuario se desarrolle hacia el oeste. Aquí tendríamos una excepción en ese sentido, pero también es cierto que la ubicación es interesante para una terminal de pasajeros, sobre todo para albergar el tráfico con Buenos Aires.

MA —Sí, no me cabe duda.

EC —Los pasajeros llegarían prácticamente a la zona céntrica, a pocos metros de la plaza Independencia, estarían a un paso de Ciudad Vieja y de 18 de Julio. Y de algún modo se redondearía un desarrollo nuevo que está dándose en la zona, por ejemplo con el segundo bloque de la Torre Ejecutiva, que quedó habilitado hace poco, y la sede del CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), que se está terminando donde estaban Morini y el Mercado Central.

MA —Sí, toda esa zona quedó interesantemente transformada. Ya digo, eso puede ser discutido, pero además, si bien es cierto que se habla de un arquitectazo brutal como es Foster, gran arquitecto…

EC —Esa noticia la trajo Búsqueda ayer, que López Mena está pensando en contratar nada menos que al arquitecto británico Norman Foster.

MA —Es un excelente arquitecto y tiene un equipo muy muy sólido.

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