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Entrevista central, viernes 17 de marzo: Darío Pérez

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EC —Usted, además de hacer los comentarios que de alguna manera hizo en su momento de manera pública, ¿no debió haber llevado el tema a los organismos internos del FA?

DP —Mire, yo cuando chico iba a la iglesia, hice la comunión, todas esas cosas, pero yo soy un librepensador. Y además, ¿luché contra la dictadura para después tener que andar pidiendo permiso para decir lo que pienso? Yo no ando pidiendo permiso para decir lo que pienso.

EC —No le digo que no pudiera decir lo que pensaba. Digo que usted tenía elementos para dar por un hecho un acuerdo que el FA como tal no avalaba, supongo…

DP —Yo no estuve en ningún lugar donde pudiera mirar por el agujero de una cerradura un acuerdo, porque esas cosas no se hacen a la vista, en el caso de hacerse. Sí te puedo decir que un dirigente político como Sanabria tenía de 3.000 a 5.000 votos alineaditos en todas las elecciones, no tenía muchos votos, pero los que tenía los tenía alineados, en base a una cosa que de repente para Montevideo es difícil de explicar, pero que en el interior es “que te doy trabajo”, “que te hago una gestión”, que esto, que lo otro. No olviden que Sanabria tenía un inmenso poder y tenía un ejército que mandaba para donde quería. No eran muchos, pero en una elección departamental y en una elección nacional son muchos. Y bueno, y en esa dirección… Yo ni siquiera digo que se hayan sentado a conversar, digo, al igual que Andrés, que en nuestra hipótesis, y por lo que vimos que se desarrollaba en nuestra elección, fueron para ese lado. Ni De los Santos mostrándome gráficas ni nosotros diciéndolo de repente tenemos la verdad en un puño.

EC —¿Ese tema no debía ser abordado por los organismos del FA?

DP —¡Por favor! Cuando tuvimos todos esos líos hicimos una serie de críticas a cosas que ocurrían en el primer gobierno de De los Santos y estuvieron por echarME del FA. Estuvieron a un tris de echarme. Vinimos a la Mesa Política con una caja de cartón llena de papeles y quedó ahí en la nada. No me echaron, pero quedó en la nada, establecimos una serie de cosas y el FA no actuó en ninguna de esas cosas que trajimos para debatir en esa mesa política. En la que no fui exactamente bien recibido, y si hubo alguna posibilidad de ir fue porque un viejo dirigente del FIdeL, una muy buena persona, trabajó mucho para que pudiéramos ir a hacer esa presentación. Pero estas cosas no. Fíjese que en el tema de Bengoa el Comité de Ética del FA al final ni terminó echándolo. Así que qué vamos a hablar de estas cosas. Además para no ser angelito, los padrinos de uno y otro eran… yo soy flor de campo, yo no tengo apoyo en Montevideo. De hecho le estoy disputando al poder central a través de nuestra Liga Federal, que es una federación de grupos del interior. No soy del todo bien visto. Voy a seguir siendo frenteamplista; como decía el viejo Herrera, ni me callo ni me voy.

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EC —Estos cuestionamientos que usted ahora pone sobre la mesa y que en realidad no son nuevos pero ahora cobran otra dimensión en este contexto, tienen, supongo, dos bases. La primera, que habría existido un acuerdo “oculto” De los Santos-Wilson Sanabria. Y segunda, que ese acuerdo sería con alguien que no debería asociarse con figuras del FA. ¿Hay implícito también un juicio crítico suyo sobre Wilson Sanabria?

DP —Yo digo lo que pienso. Con Wilson Sanabria siempre estuvimos en las antípodas. Es público y notorio acá en el pueblo, en el departamento de Maldonado.

EC —Sí, usted es de San Carlos y Sanabria tenía buena parte de su actividad centrada allí.

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EC —Vayamos al fondo del asunto: ¿qué era lo cuestionable de un acuerdo, si existió, De los Santos-Wilson Sanabria? ¿Cuál era el problema con Wilson Sanabria?

DP —Wilson Sanabria fue un hombre que construyó, a partir del poder político, un poder económico. No sé cómo ni de qué manera, pero en forma muy rápida para el común de los mortales. Tenía prácticas políticas que a mí me parecían aberrantes, desde clientelismo, que capaz que era lo más suave, hasta “compra” de dirigentes, porque los mantenía con un sueldo o lo que fuera, y compra de votos, la forma en que se acercaba a la gente en busca del voto. Lo que te estoy diciendo se lo decía en vida, porque el hombre no está para defenderse y yo tengo que ir por lo menos hasta decir lo mismo que decía en vida de él.

EC —Ahora la discusión a propósito de los Sanabria es mucho más amplia que eso que usted acaba de plantear.

DP —Sí, por supuesto.

EC —Para usted, ¿qué pone de manifiesto el cierre del Cambio Nelson?

DP —Lo que ocurrió en Cambio Nelson ocurre en el ámbito privado. Repercute políticamente porque el hijo de Sanabria era el secretario del PC y eso pone la cuestión en la parte política. A mí me gusta separar bagres de tarariras, ocurrió en el ámbito privado, la repercusión política… Como todo en política, siempre se trata de mostrar los defectos de los otros y de realzar las bondades del partido al que se pertenece.

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