RA —La habilitación en el caso del arroz, ¿es para toda la producción o para algunas plantas en particular?
MP —Este es un tema muy interesarte, porque cuando hablamos de habilitación parece que es un trámite y nada más. Una habilitación lleva mucho tiempo, lleva contestaciones técnicas a veces de más de un año, lleva visitas de auditoría, y después de que se habilita la especie para el país, que queda habilitado para exportar, se habilitan las plantas exportadoras también con una vista. En este caso se habilitaron las plantas exportadoras que manifestaron interés, que fueron auditadas y salvaron con buena nota. Ahora lo que falta, que es netamente del sector privado, es tratar de concretar los negocios, que son más bien aspectos comerciales y de negociación privada.
RA —Usted mencionaba también el tema de la soja, entre los puntos en los que venía trabajando desde hace tiempo el MGAP. Pero nosotros hace años que le vendemos soja a China, ¿en qué se está trabajando ahora para avanzar y profundizar ese mercado?
MP —Hace muchos años que le vendemos soja a China, fue el principal producto en el crecimiento de ese país como destino de nuestras exportaciones. El tema es que nosotros mandamos soja para consumo animal, y ahora junto con el Ministerio de Agricultura y la Academia de Ciencias Agrícolas china y nuestro Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) empezamos a trabajar en la posibilidad de estudiar un intercambio de germoplasma de soja china para en un futuro desarrollar una soja para consumo humano. Ahí estamos hablando de otra cosa, de otro mercado y de otro producto, un producto que requiere una investigación, una innovación y una inversión muy fuertes. La alimentación es un tema muy sensible, muy delicado para China, ellos consumen mucha soja culturalmente, tienen muchos platos a base de soja, y es soja 100 % china, no tienen ningún país habilitado para exportarles soja para consumo humano. Entonces esta es una cosa bastante nueva y novedosa.
