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Entrevista central, viernes 20 de mayo: Edgardo Novick

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EC —¿Pero eso no es lo que viene justamente con el nuevo Código del Proceso Penal?

EN —Sí.

EC —Digo porque este es otro proyecto, vinculado a la Fiscalía General de la Nación y el estatuto de los fiscales… Vayamos a lo que ya se está anticipando: se acordó limitar las libertades anticipadas, provisionales y condicionales para los casos de reincidentes, reiterantes y habituales de delitos graves. De acuerdo a lo que venía señalando hace un rato, supongo que esto para usted está bien, es una medida que va en la dirección correcta.

EN —Es una medida que es lógica. Vuelven a reincidir y salen, tienen libertad anticipada, ahora el que va a delinquir sabe que la segunda vez no va a poder tener una libertad anticipada. La gente entraba y salía. A veces la gente estaba tres meses en la cárcel sin condena y cuando era condenada estaba libre y no cumplía la condena. Volvía a reincidir y volvía a rapiñar o a asesinar, y las penas no aumentaban, entraban y los podían sacar. Eso se está terminando y creo que va a ayudar muchísimo. Ahora, la ejecución de esto… nosotros ayudamos al gobierno, le damos las herramientas que quiere, acá hay un problema de gestión…

EC —O de plata. El presidente de la Suprema Corte de Justicia, dijo: “En estas circunstancias no estamos en condiciones de poner en marcha nada. Necesitamos más jueces, reforzar el sistema de defensa público”, etcétera.

EN —El presidente de la Suprema Corte de Justicia dijo, en una reunión en la que estuvimos todos, que ellos estaban dispuestos a, en seis meses, implementar esto. Y le voy a decir una cosa: no es un problema de plata. En el año 2005 el Ministerio del Interior tenía un presupuesto de US$ 180 millones y ahora tiene uno de US$ 900 millones. Eso quiere decir que es un problema de gestión, siempre de gestión.

Lo mismo en la educación: en 2005 eran US$ 600 millones, ahora son US$ 2.500 millones. Cada vez gastamos más y somos más ineficaces. Lo que la gente quiere es eficiencia, buena gestión, buena administración, no siempre es un problema de plata. Eso es lo que nosotros estamos reclamando.

Ahora le vamos a dar la herramienta al Gobierno, porque el ministro del Interior y la Policía dicen que necesitan esas herramientas: acá las tienen. Ahora la pelota está en la cancha del Gobierno, vamos a ver cómo actúa la Policía. La gente quiere que se solucionen los problemas, no puede ser que aumenten las rapiñas, los hurtos, que cada vez haya más asesinatos… Ahora [Uruguay] parece México, el narcotráfico asesina y entierra a los chicos jóvenes. ¿A dónde estamos llegando?

La gente no quiere más. Ese es el próximo paso al que vamos a ir: cómo se ataca el narcotráfico. Acá hay que atacar el problema de la pasta base, que está destruyendo a los hogares y las familias más pobres. ¿Qué hizo el narco? Entró con un producto barato como la pasta base, que ha destruido las mentes de los chicos, en los lugares más pobres es donde más se está sufriendo.

EC —Usted, su sector, ¿qué iniciativa lleva? ¿Cuáles son, para usted, las prioridades?

EN —Acá yo creo que hay que actuar mucho más… ¿usted dice en general en la seguridad?

EC —En general, porque el Partido Nacional llevó un documento con más de 30 propuestas y está reclamando que se las considere. En el caso de su sector, ¿cuál llevó?

EN —Hay una cosa que yo digo: el presidente Vázquez dijo con respecto a la inquietud, muy válida del Partido Nacional, que no va a haber tema que no se toque. Vamos a hablar todos los temas que sean necesarios para el bien de todos.

EC —¿Y ustedes dónde ponen el énfasis?

EN —Nosotros creemos que la gestión de la Policía va a ser muy importante, eso es de lo que estamos hablando. Creemos que hay que estudiar el tema de la entrada o no de los militares a ayudar. Una de las inquietudes era que se iba a llamar al comandante en jefe para ver hasta dónde podían incidir los militares. Por ejemplo: una de nuestras ideas es que controlen las embajadas, los consulados y las empresas internacionales. Ahora hay un policía ahí parado, tal vez pueda hacerlo un militar y son 500 o 600 policías que podrían ir a la calle. Hay cosas en las que los militares pueden ayudar y otras en las que no. Pero, otra vez, hay que llamar a todos: al comandante del Ejército, a la Policía, ¿hay que poner una ley para habilitar que se pueda?, habrá que hacerlo…

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