EC —Después de esta experiencia de involucramiento de la sociedad en un emprendimiento del Estado, ¿piensan dar otros pasos en la misma dirección?
GC —La preocupación es la de siempre, tenemos que hacer las inversiones. Cuando hicimos la discusión sobre el espacio fiscal logramos la mayor inversión de empresa pública en este quinquenio, había otras necesidades y está definido que eso fuera el espacio fiscal. Acabamos de adjudicar una línea de trasmisión en modalidad leasing, nunca lo habíamos hecho en la vida. Estamos haciendo cosas que nos vienen a preguntar de otros lados cómo hacemos. Es un leasing operativo en el cual operación y mantenimiento los vamos a hacer nosotros, estamos construyendo nuevos paradigmas. La verdad es que tenemos necesidades y tenemos que hacer cosas fuera del espacio fiscal. Eso podemos agarrar libremente, como decía, yo prefiero hacer los parques eólicos yo y darle ahorro popular a la gente…
EC —Va a seguir por ese camino.
GC —Es complejo, porque en el parque eólico es muy clarita la rentabilidad, es un negocio que viene una evaluación de riesgo externa y te dice “esto está bien”. Pero ¿Cómo hago eso para hacer la sustitución masiva de postes de electrificación rural? ¿Cómo hago eso para una línea de trasmisión? ¿Cuál es la rentabilidad objetivo de ese negocio? Lo vamos a hacer, tenemos que buscarle la vuelta. Si me pregunta, voy a tratar de que sea a través del ahorro popular, para generar esa empatía y esa oportunidad de ahorro de la gente, que con un plazo fijo no tiene la rentabilidad que va a tener con esto.
EC —Yo iba un poco más lejos todavía. ¿Alguna vez pensaron, como parte de esta reflexión, en abrir el capital accionario de UTE a inversores individuales?
GC —No está planteado en este momento.
EC —Es una idea que llegó a discutirse públicamente, al comienzo de la administración Mujica, a partir de un planteo que realizó la Bolsa de Valores de Montevideo. Usted lo recuerda, que las empresas públicas abrieran su capital.
GC —Vamos despacio por las piedras. No voy a ser yo quien proponga eso, yo estoy proponiendo, en el marco de los espacios que me quedan, de las rendijas que me quedan, que las cosas se hagan de la forma más razonable y empática con la gente, y más de lo que pasó en los años 90, que realmente defendimos las empresas públicas. Hoy defender las empresas públicas es buscar que trabajen en forma eficiente. La defensa de la empresa pública tiene que ver con la productividad y eso tiene que ver con ponernos todos la camiseta y sacar adelante. Esto es por plata, pero además tenemos la posibilidad de hacer inclusión social, de tener unas tarifas nacionales. Podemos hacer un montón de cosas en las empresas públicas. Y en particular las empresas como UTE, que brindan un servicio como la energía, que hoy es un derecho como lo son la educación o la salud, tenemos una herramienta formidable de redistribución de la riqueza. Que las tarifas sean nacionales, lo mismo en el medio del campo que en el medio de una ciudad, es redistribución de la riqueza. Es un instrumento que no podemos perder.
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Transcripción: María Lila Ltaif
