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Entrevista central, viernes 28 de abril: Nelson Villarreal

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EC —Yo iba por el lado de si la gente o las instituciones a las que ustedes apelan ahora no debieron haber reaccionado antes. O si el gobierno, que fue quien tomó la iniciativa y quien se hizo cargo de esta situación, cuando llegaba el momento en que terminaba o iba bajando la ayuda que les ofrecía, no debió haber sido más insistente, no debió haber desarrollado gestiones más concretas en procura de estos apoyos.

NV —Reitero, se está haciendo exactamente lo mismo. Creo que lo único que se dio fueron las circunstancias en las cuales esto se dinamizó de otra manera. Durante dos años se los ayudó a incorporarse a la sociedad con idioma, con la apoyatura de vivienda, de aprendizaje laboral, se los puso en contacto con empresas, pero el ensayo y error llevó a que muchas de las experiencias fracasaran. Esta familia particularmente se encontró ante la situación de que no le veía futuro a ese proceso de iniciativa. Se estaban dando apoyos, con vínculos distintos. Quizás por las circunstancias en las cuales había que reforzar se dio que en este momento emergiera esto. Pero hubo otras oportunidades laborales que se les dieron y las tomaron, pero no las pudieron llevar adelante, hubo dificultades. La resolución de la situación de esta familia y que hayamos conseguido un trabajo y estemos buscando otros no significan que se resolvió el tema. Los procesos de inserción e inclusión de etas personas son mucho más complejos.

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RA —A partir de esa red que usted mencionaba se generaron tres puestos de trabajo en el ámbito de la construcción.

NV —No, en este momento solo insertamos una persona, la mamá de la otra familia que estaba acampando, que es viuda, que fue la primera familia que se retiró. Luego tenemos la posibilidad de otros puestos de trabajo en el ámbito de la construcción, que serán ofrecidos a otras de las familias que no ocuparon. Porque estamos buscando alternativas constantemente para las cinco familias. Lo que sucedió con la última familia, que se resolvió y que es fundamental, es que el papá y la mamá con 10 de los hijos –que estuvieron yendo a la escuela Chile, acá cerca, y que tuvieron el apoyo de ASSE y de toda la estructura del Estado y de la sociedad civil que se acercó– vuelven a la chacra y nosotros vamos a reforzar el acompañamiento allá en Salto para que puedan apropiarse de la pradera para dar de comer a los animales. Hay un microemprendimiento –que ya estaba postulado desde antes– para cada una de las familias, lo vamos a fortalecer.

Los tres hermanos mayores, dos chicas y un joven, decidieron quedarse en Montevideo a buscar trabajo. Esto lo fortalecemos porque creemos que una unidad productiva en el campo no sostiene a 15 personas. Entonces si los jóvenes pueden trabajar en otro lugar, van a complementar a esta familia. Ya veníamos dialogando con empresas –ahora emergió por esta situación–, sindicatos y organizaciones sociales de cómo insertarlos laboralmente. Pero en este momento tenemos solo una de las personas inserta laboralmente. Fundamentalmente estamos tratando de que se los reciba en Montevideo, y nos encontramos con que tres familias dijeron que los podían recibir en su casa durante algunos meses, hasta que puedan insertarse.

RA —Esos jóvenes se quedaron en las casas de esas familias.

NV —Sí, una de ellas es una familia árabe y las otras dos son personas uruguayas –periodistas, increíblemente– que simplemente se acercaron y dijeron “puedo dar una mano, tengo un cuarto, puede quedarse en casa sin problema”.

EC —Y más en general, a nivel de integración social, ¿qué es lo que se está pensando hacer? Parece claro que una parte de la población, no sé qué proporción, pero buena parte de la población, ya no tiene la misma receptividad hacia estos sirios llegados a Uruguay. Hay un fenómeno de resistencia, de disconformidad; tengo acá algún mensaje que va en esa línea. ¿Entonces?

NV —Me gustaría leer todos los mensajes que recibí en las últimas semanas, que son tanto para un lado como para el otro. Pero lo primero es cómo afrontamos el hecho de que Uruguay va a vivenciar en los próximos años una avalancha de inmigrantes y quizás de refugiados. Lo primero es desde dónde nos situamos: ¿esto es un problema o es una oportunidad? Somos un país que nació de la inmigración.

EC —Usted da como un hecho que el fenómeno inmigratorio se va a acentuar.

NV —Es un dato que me dan las ciencias sociales, que me dan los procesos que estamos viendo: Uruguay va a tener un acrecentamiento de inmigrantes. Tenemos en este momento mil y pico de venezolanos, mil y pico de colombianos, dominicanos, vamos a una escuela acá cerca y nos encontramos con que casi el 20 % de los niños hablan idiomas distintos.

Si esto lo enmarcamos en un problema de una familia, de dos familias, de una cultura totalmente distinta, estamos a mi entender generando la idea de que el otro, el extranjero es un problema. Lo primero es enmarcar esto en la posibilidad. Yo soy licenciado en Filosofía, me dedico a la ciencia política y creo que la dimensión que hay que trabajar bastante es la cultural. En esa perspectiva voy a hacer un gran énfasis en cómo trabajamos tanto con estas familias como con la sociedad el apropiarnos de estos procesos de apertura que se están dando, que pueden generar reacciones xenófobas, situaciones reactivas, pero a la vez hay que mostrar las oportunidades y las posibilidades.

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