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Entrevista central, viernes 29 de diciembre: Danilo Astori

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RA —Hablamos de los cincuentones, pero se ha señalado que este es solo un elemento de los que van a tener que modificarse respecto a la seguridad social. Está claro que se viene la reforma de la caja militar, pero se está pensando en algo más de fondo porque los números así como están… ¿no cierran?

DA —No son sostenibles a lo largo del tiempo en absoluto.

EC —Se lo ha visto muy preocupado por este tema…

DA —Muy preocupado. Hay un período que es clave, que va desde hoy hasta 2030. Desde hoy hasta 2030 Uruguay vive lo que los demógrafos llaman un bono demográfico, período en el cual la actividad global del país es superior a la pasividad, por lo tanto tiene que aprovechar este período para hacer una reforma profunda de la seguridad social. Por eso digo que este período es clave.

Ahora bien, para hacer una reforma profunda de la seguridad social tenemos que reafirmar la vigencia del sistema mixto de seguridad social, que es el que combina el pilar solidario del BPS con el pilar de ahorro obligatorio que administran las AFAP. Me preocupa, se ha tergiversado tanto el sentido de los conceptos que estamos manejando que se habla del régimen de las AFAP, y no hay ningún régimen de las AFAP, las AFAP no son instituciones de seguridad social, son administradoras de fondos. Las instituciones de seguridad social son el BPS y el Banco de Seguros del Estado, para calcular y establecer la renta vitalicia que va a recibir hasta el último día de su vida quien se jubile por este sistema. Nada más, esos son los organismos de seguridad social. Las AFAP son administradoras de fondos, no se les puede pedir que hagan, dispongan o pongan en práctica algo para lo que no nacieron. Ahora bien, sí se les puede pedir, y por eso introdujimos este cambio en el proyecto de ley, que se corrijan las fallas del mercado cuando las haya.

EC —Con estos comentarios parece estar pasándole un mensaje al FA, por ejemplo con vistas a la elaboración del programa de gobierno para la próxima campaña electoral.

DA —Claro, es que en el plan de gobierno del FA de 2004 en adelante nunca se cuestionó el sistema de ahorro individual obligatorio.

EC —¿Lo inquieta la posibilidad de que ahora sí se lo cuestione?

DA —Me inquieta la posibilidad de que no nos demos cuenta todos de que sin ese sistema de ahorro individual obligatorio la alternativa es el colapso. Yo recién dije que el sistema no es sostenible, y no es sostenible por el volumen de las cifras que están en juego. Estamos volcando 7 puntos de IVA al sistema de seguridad social del BPS, US$ 1.400 millones, US$ 200 por punto. Estamos además brindando una asistencia de US$ 600 millones, que sumado a lo anterior son US$ 2.000 millones, y toda la recaudación del IASS (impuesto a la asistencia a la seguridad social). Eso es mucho dinero en juego. Si a eso se le agrega lo de las pasividades militares, que nos está significando una asistencia promedio de entre US$ 400 y US$ 500 millones, el sistema no es sostenible. Y decir que el sistema no es sostenible es decir que en todas las otras necesidades que tiene el país –salud, educación, vivienda– vamos a poder hacer muy poco. Por lo tanto es muy importante ir desde ya armando la arquitectura fundamental de una transformación en este punto –recuerden que el período clave vence en 2030– para poder darle sostenibilidad al sistema.

EC —¿Cuándo hay que encarar esa reforma? ¿Ahora, en este período?

DA —No sé si políticamente será lo mejor hacerlo en este momento.

EC —¿En qué hay que pensar? ¿Por ejemplo en un aumento de las edades de retiro?

DA —Hay que pensar en modificaciones de todos los parámetros básicos en la seguridad social: haber de retiro, edad de retiro, tasa de reemplazo –la relación entre salario en actividad y en pasividad– y en una medida muy importante.

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EC —Miremos hacia el 2018. ¿Qué perspectivas maneja el MEF en cuanto a la actividad el año que viene?

DA —Buenas. En los primeros siete meses de este año, en la comparación interanual con el año pasado, Uruguay creció 3,1 % y vamos a terminar el año con 3 % de incremento del producto. Ese 3 % de incremento está basado fundamentalmente en la evolución del consumo y las exportaciones, que tuvieron un comportamiento espectacular. Y en una conducta muy pobre de la inversión.

EC —El turismo está muy bien…

DA —El turismo está muy bien.

EC —El agro está frenado, hay todo un tema ahí…

DA —Depende de los productos.

EC —Si ahora miramos al año que viene, ¿qué va a pasar? ¿También habla de un 3 % de crecimiento, de 2,5 % a 3 %?

DA —Exactamente. Nuestros indicadores están previendo que se mantenga el crecimiento de 3 % el próximo año. Porque además de un empuje importante del consumo y las exportaciones, vamos a tener un mucho mejor comportamiento de la inversión. Los indicios que estamos teniendo ahora señalan que la inversión tendrá un comportamiento más dinámico en 2018, y por lo tanto justifican el mantener una tasa de crecimiento de 3 %, que obviamente, ojalá sea mayor. Nuestra previsión va a ser esa.

EC —Es interesante el dato que agrega a propósito de un mayor dinamismo de la inversión. Porque una de las preocupaciones acerca del modelo de crecimiento que estamos teniendo viene por el lado del mercado de trabajo.

RA —Concretamente porque el empleo sigue sin despegar, o por lo menos sigue siendo un factor de preocupación que no acompasa lo que ha sido el crecimiento de la economía. Todas las encuestas de expectativas empresariales, como la que hizo Deloitte en octubre, la que publicó Búsqueda esta semana, marcan que las empresas siguen reticentes a contratar trabajadores.

DA —Sí. Agradezco el comentario porque hasta ahora no habíamos hablado de ese tema, que es uno de los más importantes del país en este momento. Así como desde el punto de vista macroeconómico el equilibrio de las cuentas públicas –muy difícil de conseguir dado el panorama que recorríamos hoy– es el principal problema, el empleo es el principal problema de los resultados de la economía. No estamos en cifras comparables a las de un pasado no muy lejano, cuando el empleo estuvo bastante peor, pero nos preocupa que el desempleo haya superado el 7 %. Lo que más nos preocupa es que en muchas proyecciones de expansión de la inversión vemos poca capacidad de empleo, salvo en la construcción y en algunos servicios que son generadores de empleo. Nuestra esperanza es que el papel de la construcción en las nuevas cifras de inversión sea muy importante, y al mismo tiempo que el papel de los servicios en la generación de empleo sea más significativo que el que ha tenido hasta ahora.

EC —¿El gobierno no puede ser proactivo en esta materia? Traigo a la discusión una idea que lanzaba hace poco el economista Ernesto Talvi a raíz del acuerdo gobierno-UPM, que él a grandes rasgos veía bien. Talvi decía por qué no generar desde el gobierno un conjunto de estímulos similares al que se otorga a UPM para precipitar inversión productiva como fuente generadora de empleo. Él decía que este paquete podría ofrecerse a todos los proyectos de inversión nuevos, grandes y pequeños, nacionales y extranjeros, del interior y de Montevideo, de todos los sectores que se presenten en 2018 y 2019.

DA —Estoy totalmente de acuerdo en eso, y es lo que hemos tratado de hacer.

EC —Pero él propone instrumentos nuevos inspirados en el acuerdo con UPM.

DA —Hemos elaborado instrumentos nuevos, muy pronto los vamos a dar a conocer.

EC —¿Está previsto eso?

DA —Sí, totalmente.

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