EnPerspectiva.uy

Entrevista central, viernes 29 de diciembre: Danilo Astori

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —Cuéntenos, adelántenos algo entonces.

DA —Se trata de estímulos que van a incentivar el crecimiento de la inversión en varios sectores de actividad. No va a haber mucha novedad respecto a lo que ya se concedió a UPM. Como se sabe, varios de los proyectos vinculados a UPM pasan por la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones, y nosotros a nivel de esa comisión hemos reforzado, a mi juicio notablemente, los estímulos, que son fundamentalmente de orden fiscal. Desde el punto de vista de la herramienta no hay mayor novedad, la novedad es que están mucho más fuertes que antes, y por lo tanto los vamos a poner en práctica.

Me interesa señalar algo que a veces se tergiversa o pasa desapercibido: todos los estímulos que Uruguay concede a un inversor del exterior están al alcance de los inversores uruguayos.

EC —Sí, pero voy a la batería que Talvi proponía y ahí encuentro un par que me parece que no van en esa línea. Por ejemplo, en materia de precios de los servicios públicos, y una vez que el nuevo proyecto de inversión esté en funcionamiento, propone bonificar el consumo adicional de gasoil y electricidad en que se incurra a raíz del proyecto, ofreciendo una tarifa que solamente refleje el costo de producción del insumo.

DA —Es lo que estamos tratando de hacer con las nuevas tarifas de Ancap. Yo había anunciado que apenas empezaran a mejorar un poco los números de Ancap –que no podemos permitir que se deterioren nuevamente– íbamos a dar prioridad al gasoil respecto a las naftas. Eso explica el último incremento de tarifas. Hace muy poquito el precio del gasoil fue rebajado un 8 % y ahora la tarifa de ese combustible fue fijada en alrededor de la mitad de la inflación, hay un descenso notorio en términos reales. Entonces Uruguay trata igual al inversor del exterior que al inversor local.

EC —En materia de infraestructura, Talvi propone establecer un sistema de fondos públicos de contrapartida: por cada US$ 4 de inversión privada el Estado destinará US$ 1 de inversión para la provisión de bienes públicos que sean complementos indispensables para la realización de esos proyectos privados. Un símil con lo que va a invertir el Estado en el Ferrocarril Central, por ejemplo, para el proyecto UPM.

DA —Es lo que se está poniendo en práctica ahora. Yo no veo en la propuesta ninguna novedad respecto a lo que estamos tratando de hacer. Comparto totalmente el planteo.

RA —Dentro de los estímulos que dice que están próximos a anunciar, ¿va a haber novedades por el lado del empleo en particular? ¿Se va a bonificar más o a beneficiar más en particular, teniendo en cuenta la preocupación que existe por el este lado?

DA —También agradezco la pregunta porque uno de los cambios que estamos haciendo refiere a la modificación de los conceptos que se tienen en cuenta para asignar puntajes a la inversión, y por lo tanto, a través de esos puntajes, exenciones tributarias.

Hace un tiempo veníamos trabajando con un indicador de cantidad de empleo, y llegado un momento en que la cantidad de empleo dejó de ser un problema, modificamos ese criterio y lo expresamos en términos de calidad del empleo. Ahora volvimos a lo anterior, como parte de los mecanismos de asignación de puntajes para la exoneración tributaria de los proyectos de inversión, hemos vuelto a la cantidad de empleo, porque es una de las cosas que el país está necesitando.

EC —Dos puntos más que tienen que ver con esto y que forman parte de la agenda del 2018. Primer punto, consejos de salarios, pautas salariales. ¿Cómo serán las pautas para la próxima ronda de negociación, esa que se dará en el 2018, teniendo en cuenta lo que mencionábamos, que las empresas siguen reticentes a contratar trabajadores?

DA —Estamos en el corazón del orden macroeconómico, que exige la consistencia entre tres herramientas: la monetaria, la fiscal y la de ingresos. Cuando digo ingresos no digo solo salarios, digo ingresos de la población en su conjunto. Porque cuando uno va a negociar un salario indirectamente está negociando también los ingresos de quienes actúan como empleadores.

Para las rondas anteriores tuvimos una discusión importante, porque a nosotros nos parecía que la flexibilidad en la negociación salarial era fundamental para mantener coherencia con la política monetaria y con la política fiscal. Y la realidad nos dio la razón, en este último año el salario real de los uruguayos creció casi 3,5 %. Y 3,5 % con una negociación que algunos veían peligrosa desde el punto de vista del interés de los trabajadores.

Entonces hoy, teniendo en cuenta la importancia de todos los factores que están en juego y la existencia de empresas en diferentes situaciones, empresas con dificultades, empresas sin dificultades, empresas intermedias, repetir esa experiencia de flexibilidad y poner mucho el acento en el empleo. Porque me parece que la negociación salarial en esta ocasión va a tener más que nunca mucho que ver con el empleo, por las cifras y la situación que manejábamos hoy.

EC —¿Algún criterio en particular que quiera mencionar a propósito de esas pautas, aparte de lo que acaba de señalar, lo flexible?

DA —No, no me quiero adelantar. He mencionado los criterios de orientación básicos que en mi modesta opinión deberíamos llevar adelante, pero no puedo entrar a manejar por ejemplo porcentajes.

Va a haber otro tema que creo que va a estar en la mesa de discusión y está bien que esté, que es el que refiere a condiciones laborales. La capacitación de los trabajadores, sobre todo en tiempos en que hay problemas de cantidad de empleo, pero en tiempos en los que hay que prepararse para cambiar muchas veces de actividad…

EC —Sí, está de por medio la robotización, la automatización.

DA —Exactamente; me parece que esto va a ser un capítulo muy importante de la mesa de negociación.

EC —El otro punto que parece importante en este 2018 es el gasto, la rendición de cuentas.

RA —El año que viene se tendrá que votar la última rendición de cuentas de este período en la cual el gobierno puede aumentar gastos con vistas a 2019. En el semanario Búsqueda de esta semana se señaló que el gobierno ya está por empezar a trabajar en el tema… Pero con los números fiscales que tiene Uruguay, ¿hay alguna chance de que se pueda subir el gasto público en la próxima rendición de cuentas? ¿No cree que sería conveniente anunciar cuanto antes que no habrá más gasto para que de ese modo se ajusten las expectativas de todos los actores públicos y privados?

DA —No podemos perder de vista que la otra hoja de la tijera corta también, y la otra hoja de la tijera son los ingresos. No estoy anunciando ningún aumento de impuestos, estoy anunciando un aumento del nivel de actividad y una muy buena performance de la calidad de la recaudación tributaria. Con las medidas que se tomaron en 2016 y que se empezaron a aplicar después, la Dirección General Impositiva tuvo un extraordinario resultado.

EC —Pero ¿se va a llegar a la meta de déficit fiscal de 2,5 % del PBI en 2019?

DA —Nosotros la mantenemos.

EC —¿Sí? Porque la sensación era que el ajuste que se había aprobado no estaba rindiendo los resultados esperados.

DA —Nosotros la mantenemos. Desde el punto de vista de los ingresos, en algunos casos superó las expectativas. Ahora, si vamos a crecer –lo cual trae también mayor recaudación– 3 % este año y el que viene, tenemos también que jugar con esa posibilidad.

RA —A raíz de esos mayores ingresos que se van a tener respecto a lo proyectado, ¿podrían darse más recursos para el gasto y por lo tanto aumentar el gasto en la próxima rendición de cuentas?

DA —En algunos casos sí, depende incluso de la importancia programática que tenga la finalidad a cumplir. Y por supuesto, manteniendo una prudencia muy importante que nos lleve a mantener la sostenibilidad del equilibrio de las cuentas fiscales.

Comentarios