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Entrevista central, viernes 4 de noviembre: Leonardo Padura

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Entrevista con el escritor cubano Leonardo Padura

Video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Viernes 04.11.2016, hora 8.18

EMILIANO COTELO (EC) —Quería ser jugador de béisbol pero la vida lo convirtió en escritor. En un período en que la literatura policial tuvo sus principales exponentes en autores nórdicos, él logró colar a un caribeño en el selecto grupo de los detectives contemporáneos. Sus novelas no suelen ser complacientes con la realidad cubana, pero aun así continúa viviendo en la isla y hasta ha conseguido el reconocimiento oficial.

Hablo del escritor cubano Leonardo Padura, que se encuentra de visita en nuestro país, donde ayer fue declarado Visitante Ilustre de la ciudad de Montevideo.

El martes tuvimos en En Perspectiva una primera aproximación a su obra, con el comentario de Débora Quiring en su espacio En Primera Fila. Nos quedaba pendiente la segunda parte, que, como anunciamos, implicaba una entrevista con el propio Leonardo Padura, a quien tenemos el gusto de recibir en nuestra casa.

LEONARDO PADURA (LP) —Gracias por la invitación… y por levantarme tan temprano. ¡Es bueno para la salud!

EC —Quiere convencerse de eso. ¿Su rutina en Cuba implica madrugar?

LP —Sí, me levanto muy temprano. Me levanto siempre poco antes de las 7, me tomo mi café, me fumo mi primer cigarrillo del día –como Conde– y ya me siento en el buró, reviso los correos más urgentes, pero empiezo a trabajar muy temprano. Trabajo hasta las 13 más o menos, ahí tengo entre cinco y seis horas de trabajo diario.

EC —Cuando dice “empiezo a trabajar”, significa “empiezo a escribir”. Usted escribe metódicamente.

LP —Escribo todos los días, si no tengo algún compromiso, como por ejemplo mi trabajo periodístico o preparar una conferencia, un ensayo. Cuando estoy trabajando en literatura trabajo todos los días, de lunes a domingo, cuando estoy en Cuba. Cuando estoy fuera de Cuba me cuesta más trabajo.

EC —También está con nosotros hoy Débora Quiring, también madrugando.

DÉBORA QUIRING (DQ) —Gracias por ayudarme a la salud.

EC —¿Cuál es su relación con Uruguay?

LP —Con Uruguay, tengo una relación personal con alguna gente que vivió varios años en Cuba, uruguayos que estuvieron exiliados allá. Por ejemplo el escritor Fernando Butazzoni, Horacio García Verzi, que también trabajaba en la Casa de las Américas en aquellos años; algunos que fueron compañeros de estudio, eran estudiantes en la universidad. Y uno de mis profesores fue Daniel Chavarría, el escritor uruguayo que lleva viviendo en Cuba ya muchísimos años. La relación más sostenida ha sido a través de la literatura, desde autores como Horacio Quiroga hasta el propio Butazzoni u Horacio, he leído bastante literatura uruguaya. Lo he dicho ya dos o tres veces y me gusta la frase: Uruguay y Cuba son dos países con una cultura más grande que su geografía. Me gusta.

EC —Le salió bien esa frase. Sin embargo había venido solo una vez antes de esta.

LP —Solo una vez, en el año 92, 93, tengo que precisar la fecha; tengo un amigo en Buenos Aires que se acuerda porque la mujer estaba embarazada y el hijo nació poco después de mi visita, el hijo mayor, Juan. Vine esa vez invitado por la Asociación de Escritores, que en aquel momento dirigía Graciela Mántaras, que ha fallecido, y después estuve muchos años sin venir al Cono Sur. A Chile vine dos o tres veces, pero no a Argentina, y en los últimos cuatro años he estado en Argentina, pero siempre corriendo y no me daba tiempo de montarme en el Buquebus. Pero este año durante la feria del libro de La Habana, que fue a principios de año, un día me llamó el embajador de Uruguay en La Habana, Ariel Benjamino, y me dijo: “Aquí está la ministra de Cultura y me dijo que tiene que verte. ¿Qué hacemos?”. Digo “estoy aquí en mi casa” y dice “vamos para allá”. Fue para allá y me dijo: “Te traigo una carta abierta, vas cuando quieras, pero tienes que ir este año”. Parece que la mujer es de armas tomar. Y aquí estoy, obedeciendo.

EC —Está obedeciendo las órdenes de la doctora María Julia Muñoz.

LP —Sí, la doctora María Julia. Me dicen que cuando fue ministra de Salud Pública también era tremenda y ahora es de Cultura y Educación. Fue una charla muy amable en la sala de mi casa, en el barrio de Mantilla en La Habana; ella me decía: “Tienes una cantidad de lectores en Uruguay, no puedes dejar de ir, tienes que ir de todas maneras”.

EC —Esta vez le vino bien la combinación con Buenos Aires, pudo ordenar las cosas. Porque acaba de estar participando en el jurado del premio de Novela del diario Clarín.

LP —Estuve de jurado con Juan José Millás, el escritor español, y con Silvia Iparraguirre, una novelista argentina. El año pasado también había sido jurado de este premio, pero fue una de esas veces que llegué a Buenos Aires, pisé la base y tuve que regresar. Esta vez tenía un poco más de tiempo, porque sigo hacia Brasil y después termino en Chile en un festival que hay en Valparaíso.

Por cierto, me acabo de enterar de que hoy anda por acá por Montevideo la presidenta Dilma Rousseff y quiero aprovechar que estoy aquí frente a un micrófono: que alguien le diga a la presidenta que hoy a las 19 estoy en la Biblioteca Nacional, a ver si quiere ir. La presidenta Dilma es alguien muy interesada en la cultura.

DQ —Recomendó El hombre que amaba los perros, por ejemplo.

LP —Hace unos años estuvimos juntos en Brasilia, nos invitó a mí y a mi esposa a tener un almuerzo en la Casa Presidencial. Fue una reunión muy distendida y hablamos muchísimo de libros, ella lee muchísimo.

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