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Entrevista central, viernes 5 de agosto: Gonzalo Casaravilla

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EC —Y con respecto a las aves, ¿qué otras medidas puede tomar UTE para que un episodio como este no se repita?

GC —La experiencia internacional indica que hay que hacer lo que estamos haciendo: ir y bajar los nidos. Incluso hemos hecho cetrería en alguna época…

EC —¿Efectivamente se ha contratado este sistema de águilas y halcones para que obliguen a los caranchos, etcétera, a salir de esos nidos?

GC —Se ha hecho, se hizo en la zona de Montevideo, donde teníamos mucha más afectación por una circunstancia de cultivos, etcétera. Pero lo que lográbamos era sacarlos de un lado para que se fueran a otro, no dábamos abasto. Tenemos 4.300 kilómetros de líneas de alta tensión, no hay forma. Con eso uno puede proteger una zona, un perímetro, pero no puede proteger todo el Uruguay. Y no podemos eliminar las aves en todo el Uruguay. Imagínese lo que podría llegar a ser desde el punto de vista ambiental si porque tenemos este problema, que en definitiva es gestionable, pretendiéramos eliminar las aves en el medio. En definitiva convivimos, es un tema que conocemos, que trabajamos y que tiene un análisis de riesgo adecuado.

EC —¿Es un problema que se ha intensificado? ¿Ha crecido ese inconveniente o ese riesgo?

GC —No, no. En todo caso, con mayor tecnología cada vez lo podemos mitigar mejor. Por ejemplo, ahora hemos contratado drones que recorren las líneas y nos sacan un reporte. Funciona bien.

EC —Iba a preguntarle por los drones, daba la sensación de que esa tecnología facilitaba las inspecciones.

GC —Sí, pero no evita tener que ir a bajar los nidos. Hay que ir a bajar 3.600 nidos por año en promedio.

***

ROMINA ANDRIOLI (RA) —Más allá del episodio de esta semana, cada tanto se viven en Uruguay grandes apagones, en general asociados a inclemencias del tiempo. Repasando el archivo, encontramos que en enero de este año una tormenta provocó un corte de luz que afectó a 926.000 clientes; un mes antes, la caída de un rayo había generado un apagón que alcanzó a 800.000 usuarios, y hace apenas un par de semanas el ciclón extratropical también provocó problemas, dejando a 21.000 clientes sin electricidad. ¿Tienen estimado cada cuánto hay un gran apagón? ¿La frecuencia está dentro de lo previsto?

GC —Está dentro de lo previsto. Efectivamente en poco tiempo hubo esos episodios. Son tal cual los hechos. El que tuvimos en enero, con la secuencia con que se movía el temporal, nos pegó en dos líneas cercanas en una misma subestación, cerca de la de Palmar. Contra esas cosas no hay forma de prevenir.

Respondiendo la pregunta, los apagones ocurren, estamos dentro de lo esperado, tenemos una buena calidad de servicio. En el mundo cuando estamos en el lugar 34 entre los 200 y pico de países, sistemas eléctricos. Estamos bien, tenemos la calidad más razonable que se puede tener con precios sustentables.

EC —Esta semana recibimos un mensaje de Alberto, un oyente que suele moverse entre varios países –Uruguay, Argentina, Colombia, México, Estados Unidos mismo, donde incluso tiene casa–, que decía: “La verdad es que UTE nos tiene mal acostumbrados, porque es un ejemplo en las Américas. Cuando comento en USA que en Uruguay no tenemos cortes de energía, les cuesta creer. Yo en USA tengo una UPS (batería) para aguantar los cortes en las cosas de emergencia (teléfonos, routers y demás), porque incluso si no hay tormenta, por lo menos una vez al mes tenemos unos minutitos de corte en Miami”. ¿Usted ha tenido este tipo de comparaciones?

GC —Es lo que estoy diciendo. Tenemos una calidad de servicio que es la mejor en América del Sur y estamos en el lugar 34 en el mundo. Tenemos un buen servicio eléctrico. Hacía años que no teníamos apagones grandes, ahora tuvimos tres, pero uno no controla cómo se distribuyen las probabilidades de ocurrencia. La buena noticia, en todo caso, es que con las decisiones que estamos tomando vamos a tener un mejor sistema eléctrico.

EC —¿A qué se refiere?

GC —Cuando tengamos cerrado el anillo en 500 kV por el norte, la línea que va a ir de Melo a Tacuarembó, de Tacuarembó a Salto –para la cual estamos analizando las ofertas para el primer tramo, el que va a ir de Melo a Tacuarembó– una falta como la que tuvimos el otro día no nos va a afectar, o por lo menos nos va a afectar muchísimo menos.

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