EC —En otro capítulo del documento Compromiso por el país, el que tiene que ver con economía, desarrollo productivo, el PN sacrifica un postulado que promueve desde hace varias campañas electorales: la liberación de la importación de combustibles refinados. Parece que uno de los sectores que plantearon sectores en esta materia fue el suyo.
JMS —Pero lea lo que se puso, porque en definitiva no se está negando la posibilidad de importación.
EC —Sí, hay una formulación debajo de la cual podría caber esa solución.
JMS —Exactamente, porque hay que tener flexibilidad, el tema no es importo o importo, también está el tema de seguridad de abastecimiento, que es muy importante también, porque el petróleo es un commodity que hoy mismo está flotando en cientos de barcos en el mundo y siempre hay oportunidad para comprarlo.
EC —El acuerdo dice: “Avanzar hacia precios de combustibles que sean competitivos con la región y el mundo introduciendo gradualmente acciones que transparenten y racionalicen el mercado buscando trasladar a los consumidores las eficiencias obtenidas”.
JMS —Exactamente, no es un tema de blanco o negro, es un tema de ir progresivamente avanzando hacia eso. Porque hay una estructura muy rígida hoy, hay cosas a atender, hay realidades a entender. Mucha gente, por ejemplo, en su momento sostenía que en materia de distribución había que tener el sistema chileno; yo personalmente estaba en contra, el sistema chileno no me gusta, porque sacaron a todos los estacioneros del medio y las estaciones de servicio terminaron en manos de las dos grandes distribuidoras internacionales. Y todavía, hasta de un consorcio financiero. Eso no es bueno, porque estamos eliminando empresarios medianos. Porque lo que importa es que baje el precio, el objetivo es ese, va a haber que ir haciendo eso. Ahora, Ancap va a tener que cargarse las pilas para competir, ninguna duda. Y eso es bueno, quienes hemos defendido las empresas del Estado no solo por tradición batllista, sino por convicción, no las queremos como un monopolio que cierre al país, al revés, las queremos en competencia, prestigiosas. La que no es competitiva va a tener que ceder, como lo hicimos en muchas partes.
EC —Y aquí salto al punto siguiente, en ese mismo capítulo: “Avanzar en la competencia en los sectores de telecomunicaciones y energía eléctrica”.
JMS —Exacto.
EC —¿Qué quiere decir esto en el caso de telecomunicaciones, en particular, teniendo en cuenta lo que fue su postura personal en el año 1992, acompañando el referéndum contra la ley de empresas públicas y contra la posibilidad de privatización de Antel?
JMS —De lo cual estoy muy tranquilo de conciencia cuando miro en perspectiva, cuando pienso que en aquel momento se iba a vender a un precio bajísimo, porque era lo que había en aquel momento, una empresa formidable como es Antel, a lo que es hoy, a lo que pasó a ser Antel, que fue la primera empresa de América Latina que digitalizó el 100 % de su red, a lo cual llegamos ya hace muchísimos años en nuestro gobierno. Lo que hizo Antel fue muy importante, pero luego ha venido un aluvión de cambios que están más allá de Antel y más allá de todos los organismos estatales y en lo cual es muy importante que Antel compita, ese es el punto.
EC —¿Usted comparte la línea de los últimos años, de los últimos 15 años en Antel?
JMS —En algunas cosas sí, en otras no. En términos generales diría que sí, porque no ha cambiado lo anterior. El proceso de digitalización lo empezamos y lo concluimos nosotros, el proceso de internacionalización a través de los cables internacionales, etcétera, lo iniciamos nosotros. No hubo un cambio de rumbo. A veces Antel, sí –y eso lo he discutido con Antel porque creo que no ha estado bien–, asumió monopolios que no tenía, porque en materia de datos no tiene monopolio, por ejemplo, tiene que estar en competencia. Y a Antel no le gusta, yo entiendo que no le guste, pero para esto está el gobierno, que tiene que ir, como dice ahí, progresivamente incorporando esa nueva modalidad.
EC —¿Ese es un ejemplo de la apertura a la competencia de la que usted está hablando o se habla en este documento en cuanto a telecomunicaciones?
JMS —En telecomunicaciones en general es evidente que hay hoy una revolución que cambia todos los días, no sabemos cuál va a ser. Es evidente que una empresa como Antel en manos del Estado es un gran aporte y lo ha sido, porque hizo cosas que difícilmente se hubieran hecho. Cuando uno compara nuestra realidad telefónica con la de los demás países, ve una calidad mucho mayor, honestamente. Compare con Argentina, sin ir más lejos. Pero es evidente que Antel tiene el reflejo monopolista en el alma. Tengo amigos ahí dentro, técnicos, gerentes, con los cuales discuto: mirá que el mundo no gira en torno a Antel, tienen que abrirse, tienen que competir en muchas otras cosas más, entiendan que la tecnología va cambiando, que los aportes privados son muy importantes en muchos de los aspectos, no se cierren. Por eso digo que hay que hacerlo. Son debates que ya se fueron dando, así salimos del monopolio portuario, así salimos del monopolio de los seguros, así salimos de muchos monopolios, y el Estado, lejos de desaparecer, al revés, se hizo mejor, se estimuló la competencia, que es lo mejor que tiene que buscar el usuario, el ciudadano. Esa es la línea, ese es el rumbo, hay que actualizarse y hay que abrirse, hay que competir.
EC —En definitiva, ¿usted se siente embanderado con este documento, lo va a tomar como base para recorrer, hacer campaña?
JMS —Cómo no, sí, dentro de un rato me voy a Durazno y a Florida a acompañar a Talvi en unas mesas redondas, en unas conferencias de prensa que va a hacer para hacer presencia allí. La verdad es que estoy haciendo mucha más presencia directa con la gente y a través de estos medios como lo estamos haciendo hoy. Porque quiero llegar a aquel ciudadano que hoy puede estar en dudas, porque no falta el que dice “¿vamos a votar a un blanco, a los blancos?”. No, señores.
EC —Entre los batllistas puede haber esa tendencia.
JMS —No hay nadie.
EC —Puede haber.
JMS —O hay alguno. Pero hay que entender la lógica de la doble vuelta, Michel Debrais en el año 55, cuando se estableció la Constitución de Francia, decía que la primera se vota con el corazón y la segunda con la cabeza, la primera se vota con la pertenencia propia, luego se vota al pariente más cercano de su familia ideológica. O sea, yo no voy a votar al PN, voy a votar al doctor Luis Lacalle Pou para que sea líder y coordinador de un gobierno de coalición al que voy a entrar. Nosotros vamos a entrar al gobierno, yo, colorado batllista, con la mentalidad de gobierno que tenemos, que es nuestra definición. Nuestro ADN es el gobierno, nuestro ADN no es el principismo callejero inconducente, nuestro ADN, nuestra historia nos pone en el camino el gobierno. Y hoy estamos con convicción y con fe porque vamos a entrar al gobierno; el conductor de la coalición va a ser Lacalle, sí, porque se lo ganó en las urnas.
EC —¿Va a acompañar a Lacalle en algunos actos?
JMS —Sí, sí, naturalmente, tengo que mirar los calendarios, pero lo voy a hacer, y con mucho gusto. Como ayer en Rivera estuvo toda nuestra dirigencia, estuvo Guido Machado Brum, que es el secretario general del partido; estuvieron nuestros líderes de Rivera, que han sido la mayoría de todo esto; Julio Luis Sanguinetti, el coordinador de mi campaña estuvo ahí, con Tabaré Viera y con Marne Osorio. Vi una foto que parecía un acto colorado, lo cual me alegró mucho. Ese es el tema, acá no estamos votando partidos, estamos votando un gobierno de coalición con un coordinador, un líder de ese gobierno de coalición, que además hizo toda la campaña con eso, porque Lacalle no dijo “miren que yo voy a gobernar”, no mencionó la palabra herrerismo, como dice de mala fe el FA. No, nada. Al revés, dijo “esta va a ser una coalición multicolor”. Incluso fue mucho más allá de lo que yo originalmente decía. Eso es lo que estamos votando, votando a aquel que se ganó el derecho a ser coordinador de ese gobierno multicolor en el que el PC va a estar. Me parece importante que el ciudadano entienda eso, porque es la lógica de la segunda vuelta.
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Transcripción: María Lila Ltaif
