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Entrevista del lunes 2 de diciembre de 2019: Con los economistas Pablo Rosselli, Aldo Lema y Javier de Haedo

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EC —Y en la década del 60 no existía internet, no existían las redes sociales. Creo que este es un elemento muy importante y que está jugando tanto en cuanto a la información que la gente tiene a propósito de la realidad como en cuanto a herramientas para convocarse, organizarse, etcétera.

 

J de H —Hay un artículo del 16 de noviembre, unos días después de que hablamos estas cosas, de Ricardo Arriazu, un gran economista argentino, no de los más publicitados, gran amigo personal además, de quien mucho aprendí, en Clarín que se llama “América Latina en llamas”. Quizás aluda a ese artículo más de una vez en este rato con ustedes. Pero en un momento, citando a un colega, él dice “los pobres hoy son ricos en información y millonarios en expectativas”. Eso tiene que ver también con el acceso a la información que hay a partir de la instantaneidad de la información y las redes sociales.

 

AL —Me pareció una frase muy interesante.

 

PR —Creo que en América Latina es muy difícil terminar de entender lo que está ocurriendo. Estamos viendo protestas masivas en muchos países en América Latina, estamos viendo protestas masivas en otras democracias occidentales, con lo cual seguro no hay una explicación única.

 

EC —Lo que impresiona en todo caso, además de la magnitud de algunas de esas protestas, es la casi simultaneidad.

 

PR —También. Pero hay un elemento que sí es un factor común, que es que después del auge de materias primas, que terminó a fines del 2014, en general ha habido una desaceleración de las economías de toda la región. La desaceleración ha sido más importante en algunos países que en otros, en Uruguay ha sido más importante que en muchos países de América del Sur, y esa desaceleración de la economía en los hechos está haciendo cada vez más difícil que se pueda cumplir con esas expectativas de la sociedad. Expectativas que por suerte la sociedad tiene, la sociedad es exigente en materia de expectativas. Son expectativas que durante el boom de commodities no parecían tan difíciles de cumplir y que terminado el boom se están volviendo muy difíciles de cumplir. En Uruguay en estos cinco años que van del 2015 al 2019 el PBI va a haber crecido 1,5 % anual, cuando la economía mundial en promedio crece 3,7 %; estamos creciendo menos de la mitad de lo que crece la economía mundial. En los últimos cinco años la tasa de crecimiento económico del Uruguay ha sido inaceptablemente baja, nos hemos ido quedando atrás de la economía mundial. Es cierto que estamos en una región –Argentina y Brasil– complicada, pero más allá de las causas y explicaciones, esa tasa de crecimiento de 1,5 % es incompatible con las expectativas que tiene la sociedad uruguaya en materia de mejora de salarios, mejora de calidad […] de salud.

 

J de H —Y con la fiscalidad también.

 

PR —Por supuesto, tenemos problemas fiscales, pero es incompatible con las expectativas de la sociedad.

 

EC —Ahí sí estamos en un punto de contacto con los 60.

 

PR —Ese es un punto de contacto con los 60.

 

AL —Y en el caso de los países occidentales más desarrollados con los años 30, porque en los países desarrollados occidentales fue consecuencia de la gran recesión de 2008-2009, como la que pasó en los 30: proteccionismo, populismo, nacionalismo, etcétera, consecuencia de la gran depresión. Entonces al final hay una raíz económica. Y no quisiera dejar de mencionar que eso ha llevado a cierta polarización, ya sea por temas económicos propiamente tales o por lo que ha sucedido en esta decepción en materia de expectativas. Las redes quizás han contribuido a eso, pasa en los países desarrollados, pasa en nuestros países. Latinobarómetro y otras mediciones de percepción u opinión pública miden una cierta caída en la adhesión a los valores democráticos. Y en tercer lugar agregaría un intento que se está viendo en América Latina, pero no solo, de resolver conflictos o resolver políticas públicas, etcétera, a través de la movilización, de la calle, incluso de la violencia, en vez de cuidar nuestras instituciones, cuidar los valores democráticos y dentro de esa institucionalidad ir resolviendo esas políticas públicas.

 

J de H —Una cosa que decía Pablo recién se resume en que lo que es relevante hoy es la tendencia más que el nivel. Porque objetivamente, agarremos la variable que queramos, en materia de nivel estamos en muy buen nivel; por supuesto, ha bajado el empleo en los últimos diez años.

 

PR —Cinco.

 

J de H —Estamos en el nivel de empleo de hace 10 años, la inversión también está en el nivel de hace 15 años, pero en materia de pobreza, de salario real, de PBI per cápita, en un montón de variables muy relevantes para todos estos temas estamos en niveles objetivamente récord. Sin embargo, la expectativa se guía más por la tendencia. Lo que decía Claudio Sapelli en alguna entrevista cuando se produjo el tema de Chile, como que ya no era tan fácil la movilidad social ascendente sino que había riesgo de que pasara a ser descendente.

 

AL —Por bajo crecimiento.

 

J de H —Exactamente.

 

AL —Y por temas que además también son megatendencias globales que inciden.

 

EC —¿Cuáles, por ejemplo?

 

AL —La cuarta revolución industrial y una población que de repente por problemas educativos, por los déficits que vemos en materia educativa, no está preparada para estos cambios tan significativos. Eso a veces genera lo que Javier mencionaba, dificultades de movilidad social, dificultades para aprovechar esa cuarta revolución industrial, etcétera. Y empiezan a generar decepción o malestar. Y eso, de nuevo, no es solo un tema en América Latina; en América Latina se agrava porque estamos creciendo poco, pero también lo fue en Estados Unidos y lo ha sido en otras economías desarrolladas.

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