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Entrevista del lunes 2 de diciembre de 2019: Con los economistas Pablo Rosselli, Aldo Lema y Javier de Haedo

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PR —Un tema que merece una reflexión es el funcionamiento de los consejos de salarios. Los consejos de salarios se instauraron en Uruguay con una ley del año 42 y cuando empezaron a operar tuvieron un período de 10 años, más o menos, en que hubo un auge de materias primas y los salarios reales aumentaron porque la economía crecía, porque había muy buenos términos de intercambio. Es decir, la relación entre precios de exportación y precios de importación era muy favorable a Uruguay. Cuando terminó el boom de commodities en el 53, 54, en Uruguay empezamos a presenciar una pugna distributiva muy fuerte. Lo que estaba ocurriendo era que aquellos salarios eran difíciles de mantener en un escenario de precios de las materias primas más bajos en un contexto microeconómico de una gran cantidad de distorsiones en el funcionamiento de los mercados. Esa pugna distributiva dejó al Uruguay con un período que fue desde el 55 hasta inicios de los 70 en el que hubo muy alta inflación, irrepetible en la situación de hoy, con estancamiento de la economía y sin aumento del salario real, porque de hecho el salario real estaba demasiado alto para los niveles de productividad que había en la economía.

 

Los consejos de salarios fueron reinstaurados en el Uruguay en el 2005 y también vino un período muy favorable de materias primas, del 2005 al 2014 las materias primas estuvieron en niveles muy elevados, la economía creció a una tasa de 5 % de promedio anual, un hecho inédito en la historia del Uruguay. Eso presentaba fundamentos macroeconómicos muy favorables para que el salario real aumentara. Esa situación cambió después del 2014 y lo que hemos visto de entonces para acá es que el salario real continuó subiendo un poco y a expensas de una pérdida de empleos. Y ahí hay otra similitud, que es que aquellos salarios reales que fijamos a fines del boom de commodities, 2014, 2015, 2016, hoy parecen algo altos para los niveles de productividad que hay en la economía, y la encuesta de expectativas empresariales que hacemos en Deloitte nos lo marca claramente. Cuando les preguntamos a las empresas por qué son reticentes a contratar, nos dicen “porque la economía crece poco” y “porque la ecuación salario-productividad no es adecuada”.

 

J de H —Eso demuestra que no son los consejos de salarios como instrumento los que generan el aumento del salario real, sino que “es la economía, estúpido”, diría Clinton. Y en todo caso estamos, como dice Pablo, en vísperas de un cambio de gobierno y de vencimiento de los convenios salariales a mediados del año que viene. Va a ser un escenario que nos encuentra con los salarios colgados de los tiempos de vacas gordas, cuando hace ya tiempo que venimos de vacas flacas.

 

AL —El tema del mercado laboral ingresó en la campaña a partir de titulares y nos quedamos en los titulares de cuántos empleos se prometían. Pero el fondo del asunto es mucho más complejo, porque el deterioro del mercado laboral, obviamente no medido a través de los salarios reales que, como mencionaba Pablo, siguieron creciendo, sino en términos de la evolución del empleo. Javier mencionaba que retrocedimos en el nivel de ocupados, en la cantidad de ocupados, en el número absoluto de ocupados al 2011.

 

Esa es una situación muy compleja y es doblemente compleja porque si uno mira en perspectiva, tenemos, por un lado, obviamente, nuevas personas incorporándose al mercado laboral, con una inmigración que ha elevado el crecimiento de la población, tenemos una tasa de desempleo que es del 9 %, por lo tanto para volver al 7 % necesitamos crear por lo menos 2 puntos más de empleo. Y agregaría que hubo un efecto desaliento, que quizás se menciona menos, de personas que se fueron del mercado laboral a inactivas, por lo tanto la presión en términos de creación de empleo necesaria para devolver el empleo al 7 % es muy alta. Entonces eso exige crecer, que es la prioridad que el gobierno nuevo debería tener, y segundo, una política salarial y un manejo en materia salarial que sea consistente con que el empleo vuelva a crecer.

 

***

 

EC —Una oyente, Rosario, pide que se explique brevemente qué son los commodities.

 

J de H —En el caso de Uruguay, más bien a lo de origen agrícola. En el caso de Chile, por ejemplo, están el cobre, el molibdeno. El petróleo quizás es el más popular.

 

PR —Materias primas. Commodities: materias primas.

 

AL —Productos básicos homogéneos que se pueden transar por su carácter homogéneo en los mercados globales.

 

PR —Las principales materias primas que Uruguay exporta son la carne, la celulosa. Una materia prima ya es un producto.

 

J de H —Carne, arroz, soja, trigo, leche.

 

PR —La carne, la soja, la leche, el arroz. Esas son las grandes materias primas que Uruguay exporta.

 

EC —A partir de lo que ustedes señalaban, una pregunta muy válida es: ¿hubo un error al apostar en el desarrollo de los países de esta región tan fuertemente a los commodities? ¿Faltó llevar a cabo una transformación de la matriz productiva hacia actividades con mayor valor agregado y por lo tanto mejores precios en la exportación?

 

J de H —En definitiva la estructura de producción de un país responde a los incentivos que se realizan a partir de las políticas públicas. Si venimos de un país que estuvo cerrado durante mucho tiempo y que un buen día se empezó a abrir y ahí empezó a desarrollarse más el sector agropecuario, un país que recibe estímulos de precios internacionales que suben y se multiplican varias veces en pocos años y obviamente los recursos van a asignarse a esos sectores. Hasta la estructura educativa, muchas veces no orientada a quienes salen del proceso educativo al mercado, sino más bien a una especie de contemplación de la vida. Hay un montón de elementos que van delineando, son los incentivos. Por eso quienes creemos en una economía más abierta al mundo, más integrada, en definitiva es la que nos va a llevar por un trillo distinto del que hemos venido transitando. Una economía con mucho Estado gordo y no musculoso versus un Estado ágil y que esté donde tiene que estar, que seguramente debería estar en muchos lugares donde no está. En definitiva creo que la economía que tenemos es el resultado de los incentivos y las políticas públicas que diseñan los gobiernos.

 

EC —Justamente, todos hemos escuchado a economistas de izquierda criticar el vuelco de la agricultura hacia la producción masiva de soja. La crítica también ha abarcado a las políticas que se desarrollaron para fomentar la forestación, incluso a las plantas de celulosa, se señala que en definitiva la celulosa es una materia prima también, con algo de valor agregado, pero una materia prima, el papel se elabora en otro lado, etcétera.

 

AL —Creo que, al final, más que un error fue un acierto.

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