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Entrevista del lunes 9 de setiembre de 2019: Pablo Mieres

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EC —Habilita unos minutos por mes a los efectos de utilizar, justamente, en campañas de bien público.

PM —Bueno, yo presenté un proyecto de ley que, por supuesto, no fue tratado, para acotar: cuando se hace campaña de bien público es para informar, no para generar una comunicación sofisticada, tipo spot publicitario de alta producción, como las que estamos viendo hace mucho tiempo, en donde lo que se dice es “Mire qué bien que nos va, qué bueno que es el gobierno”. La campaña de bien público en todo caso tiene que ser meramente informativa, breve y no puede coexistir en tiempos electorales. Es una cosa… Ayer vi otra del BPS, a ver, esto lamentablemente ha pasado. También tengo presentado un proyecto de ley prohibiendo la publicidad oficial durante el período de campaña electoral. El director de OPP [Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Álvaro García] es candidato al Senado y está haciendo campaña. Es más, como parte del lanzamiento de su candidatura presentó todo un trabajo de OPP, prospectivo, Uruguay 2050. Entonces, a ver, creo que cada cual tiene que estar de acuerdo con su consciencia y la ciudadanía debe juzgar. Nosotros laburamos: vamos a las comisiones, vamos a las sesiones, cumplimos con nuestro trabajo, presentamos proyectos de ley y pedidos de informes y recorremos el país igual que lo recorrimos durante los cinco años. Es más, parte de esas recorridas han servido para que uno generara ideas legislativas. Le cuento uno que me parece que fue muy importante: cuando se aprobó la ley de inclusión financiera yo me encontré en un pueblo de Rocha, en Cebollatí, que la gente me decía que el día de cobro los trabajadores tenían que trasladarse a un cajero automático que quedaba a 50 u 80 kilómetros porque en el pueblo no había. Entonces presenté un proyecto de ley que permite, a partir de eso, cobrar en efectivo a los trabajadores que viven en pueblos de menos de 2.000 habitantes. Ese es un ejemplo: uno va, recorre, escucha, y trae ideas para mejorar la vida de la gente.

EC —Volvamos a otro de los puntos planteados en la introducción: el PI aparece en el quinto lugar en las encuestas de intención de voto. CA le quitó el lugar número cuatro, pero además lo hizo marcando un puntaje que el PI nunca logró. La última encuesta de Opción, la que se conoció la semana pasada: FA 29 %, Partido Nacional [PN] 24 %, Partido Colorado [PC] 15 %, CA 12 % y PI 2 %, igual que el Partido de la Gente y, más abajo, vienen Unidad Popular con 1 % y el Partido Ecologista Radical Intransigente con 1 %. ¿Cómo analiza usted ese escenario?

PM —Lo primero que hay que decir es que falta mucho todavía, en esta campaña 50 días es mucho tiempo, porque es una campaña muy distinta a las anteriores, la gente está mucho más… Están los núcleos duros que apoyan a cada partido y después hay mucha gente suelta que se siente con distancia con respecto a la política, entonces la volatilidad electoral va a ser muy grande, todavía. O sea que los resultados hay que esperarlos el 27 de octubre. ciertamente me preocupa el crecimiento de CA, pero no por un problema de ranking en las encuestas sino por las características de CA, porque por primera vez en Uruguay hay un partido definidamente de derecha, más allá de que ellos ahora traten de relativizarlo. Es un partido que tiene una referencia militar muy fuerte, muy potente, toda su plana mayor, salvo excepciones, proviene del cuerpo militar. Y, ojo, yo creo que le hace mal a las Fuerzas Armadas y a la democracia que haya un partido corporativo militar. Me preocupa la emergencia de un partido de derecha que tenga potencia. Nosotros no competimos electoralmente con CA, somos socialdemócratas, la gente que vota al PI es de centro, centroizquierda, moderada, es gente que realmente tiene la percepción de que un giro a la derecha pura y dura no es bueno para el país. Pero me preocupa por el país, porque además el general Manini Ríos utilizó un cargo de confianza en el que tenía vedado hacer política para preparar su campaña electoral. Hizo lo mismo que hemos dicho que hizo [Raúl] Sendic en Ancap: usar un cargo en donde tiene vedado hacer política para preparar una campaña electoral. Manini Ríos tomó decisiones siendo comandante en jefe [del Ejército] para entrar a la discusión política y crear un sistema de comunicación. Hizo una cosa muy grave: después de haber sido destituido por el presidente de la República por una carta terrible, en la que atacó al Poder Judicial porque juzga a los violadores de los derechos humanos durante la dictadura, ese fue el motivo de su destitución, agarró, se vistió de uniforme de combate, se paró en el escritorio del comandante del Ejército con los pabellones nacionales detrás e hizo un video político que distribuyó…

EC —El video de despedida aquel.

PM —¿De despedida? De lanzamiento de campaña, ese fue el acto de lanzamiento de campaña del general Manini Ríos, y eso es violar el deber de rectitud en el ejercicio del cargo. Es muy grave. Y es muy grave que haya tenido responsabilidad en el ocultamiento de información sobre de las declaraciones de [José Nino] Gavazzo. Ahora, la culpa es del chancho y del que le rasca el lomo, porque el FA promovió a Manini Ríos y lo dejó correr, y justo lo destituye un poco antes del lanzamiento de campaña.

EC —Usted decía recién: CA no compite con el PI, son espacios políticos ideológicamente distintos, etcétera.

PM —Somos las puntas del cambio.

EC —Pero compite en un sentido: parece que el PI está condenado a no terminar jugando nunca el papel de fiel de la balanza de la gobernabilidad. En las elecciones anteriores podía haberlo sido, incluso con un triunfo del FA, porque se especulaba con que si ganaba el FA podía no tener mayoría propia, pero terminó teniéndola y no necesitó del PI. Y ahora, cuando todo indicaba que el PI iba a ser fundamental tanto en un caso de triunfo de la oposición como en el un cuarto gobierno del FA, resulta que se cuela CA, con mucho más peso.

PM —Por qué damos por definido eso? Faltan 50 días y yo quiero convencer a los uruguayos de que el cambio tiene que ser para adelante, hacia el progreso, hacia no perder las conquistas y los derechos, y eso depende de cuántos votos tengamos nosotros y que, en definitiva, este proceso que ha llevado a que los partidos tradicionales elaboren programas que se han corrido al centro, notoriamente, eso es constatable, no es que hayamos cambiado nuestra manera de pensar, nosotros hemos sostenido siempre la misma posición, ahora constatamos que los programas del PN y el PC se han acercado a nuestras posiciones históricas. Eso ha dado lugar a una derecha con tintes preocupantes desde el punto de vista de los reflejos democráticos. La gente tiene que decidir qué cambio quiere.

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