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Entrevista del lunes 9 de setiembre de 2019: Pablo Mieres

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EC —Por un lado apareció CA, y ocupó ese cuarto lugar en la tabla, pero por otro lado también apareció [Ernesto] Talvi en el PC, ¿no? Talvi es un competidor del PI en cuanto a que es capaz de captar votantes frenteamplistas desencantados.

PM —Eso es así, es un competido del PI.

EC —Usted aspiraba a recibir votantes del FA desencantados.

PM —Aspiro.

EC —Talvi pasó a jugar ese papel.

PM —Efectivamente ahí hay una zona de competencia, porque hay un discurso… no en el PC, Talvi ha tratado de separarse lo más que pudo del PC, pero ya está. ¿Quién es el secretario general del PC? El doctor Julio María Sanguinetti…

EC —Va a ser, todavía no es.

PM —Bueno, ya lo decidieron. A quien Talvi cuestionaba como la continuidad, y le da el poder del partido. Los partidos tradicionales han corrido sus discursos hacia el centro y eso bienvenido sea, porque cuantas más coincidencias haya para el país en el futuro, mejor, más uno complicado que Uruguay tiene por dejante. Ahora, cargan mochilas de los viejos vicios, cargan los problemas del clientelismo, de falta de transparencia…

EC —Ahí usted llega al nudo del discurso que está haciendo, el mensaje que está utilizando últimamente y que, por ejemplo, ha circulado en estos días en un video en el que pide el voto a quienes creen “necesario un cambio” por sentirse “defraudados” por el FA pero no se sienten “cómodos” votando a los partidos tradicionales por “desconfiar de los vicios de la vieja política” y “temer por retrocesos”. ¿Cómo es la argumentación para crecer en intención de voto?

PM —La mayoría de los uruguayos, lo dan las encuestas pero además uno lo siente recorriendo el país, quiere un cambio porque se da cuenta de que el modelo del FA está agotado. Está agotado porque no logró dar respuesta a los problemas principales del país, porque ha habido una claudicación ética en la proliferación de hechos irregularidades, de corrupción, etcétera. La gente se da cuenta, y se da cuenta también de que está corrido el equilibrio, dentro del FA, hacia los sectores más radicales. Entonces la cuestión es qué cambio se viene, y ese es el gran debate. Para la gente que decide que no al continuismo, nosotros estamos de ese lado, el gran debate es qué ponemos en su lugar. Ahí el PI es la garantía de que sea un cambio hacia adelante, sin perder derechos ni conquistas, que reconozca que se hicieron cosas bien y hay que continuarlas, que se hicieron cosas mal y hay que dejar de hacerlas, y que hay que hacer muchas cosas que no se hicieron; de que no se vaya a una especie de reacción conservadora.

EC —¿Por qué es la garantía?

PM —Porque nuestro voto va a garantizarlo. Por ejemplo, en materia de combate a la corrupción, que es un tema central…

EC —Usted está imaginando que triunfa un candidato de la oposición, del PN o del PC.

PM —No, yo estoy imaginando una segunda vuelta entre el candidato del FA y el candidato más votado de la oposición. Y ahí decir: si ese candidato se compromete con ciertas cosas que para nosotros son vitales… Básicamente hay dos principales. Una es la sensibilidad social, la preocupación por políticas sociales potentes, diferentes a las actuales, con un Ministerio de Desarrollo Social [Mides] que marque la cancha con preocupación por la primera infancia, la exclusión, la vulnerabilidad. La otra es medidas de control de la gestión política, porque lo que tenemos que mandar es señales de que se controla a los políticos. Ahí hay tres medidas fundamentales que nosotros planteamos como una bandera que el PI va a defender. Una es la reducción sustancial de los cargos de confianza, su incremento es escandaloso, no es que esto vaya a cambiar el gasto público, todos sabemos que no mueve la aguja, pero son señales; los adscriptos de los ministros son una vergüenza, en el presupuesto de 2010 se creó el cargo de adscripto del ministro y hoy hay entre cinco y 12 adscriptos que tiene cada ministro, que no sabemos qué son. Nos hacen acordar a los embajadores itinerantes de la época de [José] Mujica, que eran un escándalo. Dos, poder de veto al Tribunal de Cuentas [TC] cuando se trata de actos de entidad patrimonial: dejemos de hacernos burlas a nosotros mismos, el TC observa gastos cuantiosos, no digo observaciones sobre gastos menores o actos que no tienen entidad patrimonial, pero de cierta entidad patrimonial… Yo presenté un proyecto de ley al respecto porque el marco jurídico nos permite resolverlo por ley. Que las observaciones del TC tengan efecto suspensivo y que el jerarca tenga que corregir el acto. Es de Perogrullo que esté planteando esto, pero es otra exigencia. Tres, recursos para la Junta de Transparencia y Ética Pública, lo ha dicho [su titular] Gil Iribarne acá mismo, es una risa que me voten competencias cuando en realidad después no tengo recursos para cumplirlas. Esas tres medidas, y habrá más, por ejemplo, que no haya publicidad oficial durante las campañas electorales, esas cosas que hacen a la transparencia, al control de la ética y de la corrupción. Eso es para nosotros clave y es condición para integrar o apoyar eventualmente una disputa por el cambio y un gobierno de cambio.

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