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Entrevista, jueves 10 de mayo: Juan Gómez

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EC —Estamos con el doctor Juan Gómez, preguntándole por lo que hemos visto en esos meses. Entre el 1º de enero y el 30 de abril se registraron en Uruguay 147 asesinatos. Hasta ayer, si ahora vamos al mes de mayo, hubo otros diez. Si comparamos con el mismo período del año pasado, si comparamos el primer cuatrimestre con el primer cuatrimestre del año pasado, tenemos un crecimiento del 80%. ¿A usted qué le dicen estos números? ¿Usted ve esta realidad?

JG —Esa es la realidad y no se puede esconderla. Es así.

EC —Es muy impresionante ese crecimiento. ¿Por qué está dándose? ¿Usted tiene una interpretación?

JG —Mire, todas las interpretaciones pueden ser incompletas sobre el fenómeno. Me parece que es un fenómeno multicausal, me parece que hay una incidencia muy pronunciada de los temas vinculados con el narcotráfico, me parece que también hay un exceso de violencia en determinadas capas de nuestra propia sociedad; violencia que termina muchas veces con el resultado de quitar la vida a otra persona por motivos casi ínfimos, por decir: "Yo mando en esta cuadra o en este barrio". Se crea una espiral porque la violencia engendra violencia, no hay forma de no comprender eso.

EC — ¿Podría mencionar ejemplos de esto que usted está señalando sobre el espiral de que la violencia engendra más violencia?

JG —Lo puedo ejemplificar de varias formas, pero le diría la más reciente: hubo un problema en que una persona sustrae algo perteneciente a otro grupo, y el otro grupo encuentra como respuesta ir y empezar primero por una andanada de tiros contra la vivienda, luego encuentra a un integrante de ese otro grupo y le efectúa seis o siete disparos, de los cuales tres alcanzan a la víctima. Eso es nada más que por haber un integrante de ese otro grupo haberse apoderado de algo que pertenecía a otro…

EC — ¿De qué estamos hablando?

JG —Estamos hablando del caso de ayer, un hurto simple de celulares o de droga que ahí se moviliza todo un esquema de venganza y no se repara, ese es el temor que uno siente. Ya no se repara en el valor vida, que es lo fundamental y lo que debe guiar la actividad de cualquier persona en la sociedad, y pasa a ser esos valores tan importantes algo que para alguna gente no tiene prácticamente ningún valor. Entonces quitarle la vida a la otra persona pasa a ser un cosa corriente. Acostumbro a decir que lo difícil es la primera vez, y en casi todos los órdenes de la vida, lo que me asusta como ciudadano es ver que determinadas personas luego de acostumbrarse a matar por matar, porque muchas veces no son ellos quienes viven el problema sino que son casos de sicariato -alguien me dice: "aquel me hizo tal cosa. Matalo", y la persona va y cumple-, de ese acostumbramiento es que uno debe tener cuidado y luchar para que no ocurra. La forma que tenemos de luchar es la aplicación del derecho, no otra cosa. En un estado de defensa de los valores humanos, el estado de derecho es esencial.

EC —En la última interpelación en el Parlamento, el ministro Eduardo Bonomi sostuvo que el 58% de los homicidios estaban relacionados con el conflicto entre delincuentes. Son cifras del año pasado. ¿Usted corrobora esa impresión?

JG —Sí, no llevando estadísticas pero le diría que está aproximado a la realidad.

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