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Entrevista, jueves 15 de marzo: Ernesto Murro

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EC —En la cadena nacional del martes, el subsecretario de Economía, Pablo Ferreri, destacó que la economía uruguaya “no ha parado de crecer”, pero a renglón seguido reconoció que hay “dificultades al momento de mantener el nivel de empleo”. Parece claro que esa fue una preocupación principal a la hora de definir las pautas.

EM —Antes incluso, porque el 2 y 3 de febrero, hace 40 días, cuando estuvimos reunidos en un Consejo de Ministros especial en Anchorena definiendo las prioridades para 2018-2019, unánimemente el Consejo de Ministros agregó empleo a lo que era tradicional en las prioridades del gobierno, que eran y son educación, seguridad, salud, vivienda, agregó.

Hay un leve deterioro. Por ejemplo, leo una buena nota que salió en el diario El Observador el domingo pasado: “El mercado laboral muestra indicios de estabilización. Si en vez de comparar mes a mes –esto lo hemos dicho, pueden recoger declaraciones nuestras si alguien quiere verlas–, cuando sube o cuando baja el desempleo, cuando sube o cuando baja la tasa de empleo…” Hemos señalado reiteradamente que hay que estudiar períodos más largos. Si por ejemplo uno compara lo que pasó en este último trimestre con lo que sucedió el último trimestre del otro año, hay una estabilidad tanto en la tasa de empleo –la cantidad de gente que está ocupada, que está trabajando– como en la tasa de desempleo. Esto es un dato.

Reitero, esto nos preocupa, nos ocupa y estamos haciendo cosas para eso, y no negamos que hay un deterioro en la situación del empleo. Pero si comparamos con los vecinos –porque Uruguay está en América Latina, no somos vecinos de Suecia ni de Noruega ni estamos en Marte–, con Argentina y Brasil… Brasil ni hablar, tiene 13 % de desempleo y nosotros estamos en el orden del 7,5 %-8 %.

EC —En 8,5 % en la última, la de enero.

EM —Esa es la de un mes, yo hablo en términos de trimestre. Brasil 13 %, Argentina más que nosotros, Paraguay, donde hay muchos menos derechos laborales, muchos menos impuestos, muchos menos sindicatos, también tiene más desempleo que nosotros. En la región estamos mejor o, si alguien quiere decirlo en tono crítico, estamos menos mal. Es la realidad que tenemos. En el mundo se han perdido empleos, estamos en una revolución industrial, se habla de la cuarta, y los estudiosos que han estudiado esto en el mundo han visto que en cada revolución industrial hay inicialmente un período de pérdida de empleos y luego un aumento de los empleos producidos por los propios avances tecnológicos. Estamos en esta circunstancia. En esta circunstancia tenemos que tomar medidas.

EC —Vayamos a las pautas. Por un lado, se proponen ajustes nominales. O sea, las tasas de aumento que se sugieren son fijas, no se componen de “inflación más aumento real”, como sucedió hasta la última ronda de negociación.

EM —Nominales con correctivos. No es lo mismo, esto es esencial. En la ronda anterior, la sexta ronda, también fueron nominales con correctivos y tuvimos que ir corrigiendo, incluso flexibilizando más, para que esos correctivos fueran más adecuados. Es una experiencia que sacamos para esta séptima ronda.

EC —De todos modos, acá tenemos una diferencia con el PIT-CNT. El PIT-CNT había reclamado regresar al esquema de ajuste por inflación más incremento real.

EM —Lo primero que tenemos que celebrar, que tiene que celebrar toda la población, trabajadores, empresarios, jubilados, todos los sectores de la sociedad, es que en Uruguay haya negociación colectiva. Felizmente para Uruguay, lamentablemente para América Latina, Uruguay está lejos primero en América Latina en negociación colectiva. Venía segundo Argentina, pero lamentablemente cada vez retrocede más y se aleja más de ese primer lugar que tiene Uruguay en negociación privada y pública.

Recordemos que en la dictadura no tuvimos negociación colectiva, que en la década de los 90 hasta el 2005 prácticamente no hubo negociación colectiva, salvo para dos o tres sectores. Hoy tenemos la mayor negociación colectiva de la historia del Uruguay. Y eso ha hecho que a Uruguay le fuera bien.

EC —Está bien, pero le preguntaba a propósito de esta diferencia de criterios con el PIT-CNT.

EM —Voy a eso. En estos 13 años que llevamos de crecimiento de la economía y de negociación colectiva en consejos de salarios y para el sector público, los salarios han mejorado un 55 %, han aumentado un 55 % más que el IPC, que los precios, la gente puede comprar un 55 % más de cosas que en 2004. Es el primer resultado.

En ese resultado se puede ver que hemos usado distintos mecanismos. Primero fue la inflación pasada, después la inflación futura, después la mitad de la pasada y la mitad de la futura, después vinieron los nominales, los nominales con correctivos, y al final de todo esto en 13 años tenemos 55 % de mejora de los salarios por encima de los precios. Ese es el mejor resultado. Con una situación del empleo que ha tenido un leve deterioro pero que es mejor que en los países vecinos. Creo que es la primera vez en la historia que Uruguay se desprende de Argentina y Brasil. Nosotros tenemos algunos años, yo por lo menos tengo unos cuantos, yo era chiquito y Argentina se resfriaba y nosotros nos engripábamos. Ahora no pasó, Brasil tuvo recesión en 2016 y 2017, la economía retrocedió, produjo menos y el desempleo llegó al 13 %.

EC —Por eso, teniendo en cuenta ese contexto, se toman precauciones o se decide ir con pies de plomo en esta negociación, incluso con esta diferencia de criterio con el PIT-CNT. ¿Se va a sostener esa posición del gobierno pese al reclamo? Por ejemplo, Milton Castellano, director del Instituto Cuesta-Duarte, decía que los incrementos por sobre la inflación deben estar acompasados al crecimiento del producto bruto interno (PBI), que para este año se espera sea del 3%.

EM —Ahí hemos tenido muy buenos resultados. Uruguay está primero en América Latina en la relación entre la evolución de los salarios y el PBI, el crecimiento de la economía.

EC —¿Qué le dice al PIT-CNT? ¿“Confíen en estos mecanismos, no los rechacen de antemano, déjenlos correr?”

EM —Estamos trabajando con determinados instrumentos y creemos que como nos fue bien con esos instrumentos en estos 13 años nos va a seguir yendo bien.

EC —De todos modos, esta es la segunda vez que se utiliza este mecanismo, el de ajustes nominales con correctivos.

EM —Sí. Y acá hemos dado algunas flexibilidades que aprendimos en la ronda anterior, la sexta. Por ejemplo, planteamos que el primer correctivo sea…

EC —Son ajustes a dos años, ¿no?

EM —Por lo menos a dos años. Para los que tienen que laudar, que resolver con vigencia al 1.º de julio de 2018, estamos planteando 30 meses o más, porque tenemos 12 ámbitos que vencieron en enero y febrero de este año, que son los primeros que vamos a convocar. Los queríamos convocar para la semana que viene, pero las cámaras y el PIT-CNT nos pidieron que los convocáramos para después de Semana Santa o de Turismo. Entonces para estos ámbitos que ya vencieron en enero y febrero estamos planteando 30 meses o más, y para el grupo mayoritario de los 227 ámbitos tenemos 173 al 1.º de julio, para ellos estamos planteando 24 meses o más. Esa es la primera cuestión, la duración del convenio. Eso significa que para el próximo gobierno –que esperamos ser nosotros– haya unos primeros meses de tiempo –además en los primeros meses hay que preparar el presupuesto– para negociación.

EC —Habría paz sindical en el año electoral y en el primer año del próximo gobierno.

EM —En los primeros meses. Es lo que estamos buscando.

EC —Después iba a las fechas de los ajustes.

EM —Ahí también hay flexibilidades que aprendimos de la negociación anterior y de empresarios y trabajadores. Porque sería bueno repasar qué pasó en la sexta ronda, porque de ahí sacamos enseñanzas. Tratamos, aun en nuestros errores, de escuchar, de aprender, de corregir, de mejorar. Entonces el primer correctivo va a ser a los 18 meses y el otro será a los 24, a los 30 o a los 36, pero si las partes se ponen de acuerdo, por ejemplo cuando la inflación supere el 8,5 % –si la inflación llegara a superar el 8,5, cosa que esperamos que no suceda porque estamos tendiendo y estamos logrando que baje la inflación– se podrá hacer a los 12 meses.

Lo mismo hacemos con el momento en que van a ser los aumentos de salarios. La propuesta del Poder Ejecutivo es que los aumentos de salarios sean cada seis meses, pero si las partes se ponen de acuerdo en hacerlos anuales, como por ejemplo estimamos que va a ocurrir en la industria de la construcción, porque ahí hay acuerdo de las cámaras y del Sunca, serán aumentos anuales. Nosotros proponemos inicialmente cada seis meses.

Estos son ejemplos de flexibilidades que estamos dando que son fruto de las cosas que vamos aprendiendo.

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