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Entrevista, jueves 8 de marzo: María Noel Vaeza

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EC —¿Qué es ONU Mujeres?

MNV —ONU Mujeres es la primera organización de Naciones Unidas que se crea a partir de juntar cuatro instituciones que veían el tema de la mujer de manera separada. La Asamblea General de Naciones Unidas del año 2011 decretó juntar en una institución estos pedacitos que estaban llevando temas de mujer. La intención de ONU Mujeres es estudiar de manera sistemática el avance de la mujer en el mundo, en materia política, económica, social, etcétera. Y tiene tres funciones. La primera es una función normativa, cómo avanza esa inserción de la mujer en la política, en lo económico, etcétera, desde la Conferencia de la Mujer en Beijing en 1995. Pero también cómo la mujer se va empoderando y va diciendo “este es un derecho que me pertenece”. Por ejemplo, el derecho del cuidado de sus hijos. Si yo no tengo un sistema de cuidados no puedo salir a trabajar, porque no me siento cómoda de con quién está mi hijo. Por eso Uruguay también lleva la delantera en esto en la región y hay países que están viniendo a ver su experiencia, porque un sistema integral de cuidados es fundamental.

EC —…en realidad, se está poniendo en marcha, todavía falta para que tenga el alcance que debe tener…

MNV —Exacto, pero por lo menos tenemos el sistema legislativo e institucional. Hace poco hicimos un estudio en Turquía, que es una economía pujante basada en infraestructura. Analizamos cuál es el mercado de trabajo que genera el sector de infraestructura y cuál es el mercado de trabajo que generaría poner un sistema de cuidados, que ese país no tiene. Entonces logramos demostrarle al ministro de Finanzas –fue una reunión muy difícil que tuve–: señor, usted genera 200.000 puestos de trabajo con infraestructura, 90 % son hombres; y además son puestos de trabajo que tienen un término, termina el proyecto, termina el puesto de trabajo, más bien informales, no generan mucho impuesto, porque siempre son pagos diarios. En cambio el sistema de cuidados generaría 700.000 puestos de trabajo en un país como Turquía y permitiría que la inserción laboral de mujeres pasara de 40 % a 65 %. Por ende, el crecimiento económico sería de 3 puntos porcentuales del producto bruto. Ahí nos escuchó, dijo “esto es lo que necesita el país”. Eso es lo que hay que hablar, de que el ingreso de la mujer al mercado laboral permite ese crecimiento económico.

EC —Islandia fue noticia este año porque el 1.º de enero entró en vigencia una ley que establece que las empresas con más de 25 empleados tienen que auditar los sueldos y los complementos salariales para demostrar ante el Estado que están pagando de igual manera a hombres y a mujeres; de lo contrario, sanciones. ¿Cómo ven ese paso?

MNV —¡Maravilloso!

EC —Es un hito en la historia…

MNV —Es un hito en la historia, y como siempre Islandia hace hitos en la historia. Lo hizo en materia de participación política en los años 70.

EC —País chico, país laboratorio, 300.000 personas.

MNV —Son 350.000 personas y la primera ministra es mujer.

EC —Es la segunda mujer primera ministra.

MNV —La semana pasada estuve en Santiago de Chile con la presidenta Bachelet inaugurando un foro empresarial. Y la presidenta en su discurso dijo que va a dejarle al gobierno de Piñera un proyecto de Constitución en el que hay una norma constitucional de igualdad de la mujer en materia salarial.

EC —Ya lo anunció.

MNV —Me parece fantástico, porque cuanto más se hable de este tema, mejor. Solo dos países en el mundo tienen este tema.

EC —Es el comienzo de un proceso.

RA —Hay algún mensaje a propósito del cómo, de cuál es la mejor manera de lograrlo. Un oyente plantea: “Sería interesante conocer experiencia de éxito en otros países para reducir las brechas salariales. ¿Qué tipo de legislación es más eficaz a estos efectos? ¿Es a través de incentivos económicos, de regulación y sanción? ¿En qué plazo se ha logrado reducir estas brechas?”.

MNV —Primero, no existe mucha legislación en el mundo con respecto a esto. Por eso citamos el ejemplo de Islandia como tecnología de punta. Segundo, en los países donde hemos trabajado la reducción de brecha, como Marruecos, hemos apoyado al gobierno a tomar una cantidad de medidas que hacen a la formación de la mujer, a levantarle la autoestima a la mujer, porque la mujer muchas veces no llega al directorio y normalmente ocupa dos posiciones tradicionales en la empresa: directora de recursos humanos y directora de marketing, nada más.

EC —Esos son los cargos jerárquicos a los que en general accede la mujer.

MNV —Y todo el mundo lo ve como algo normal. “Sí, hablá con la directora de recursos humanos”. Pero es fundamental saber que hay mujeres científicas maravillosas, que hay mujeres que pueden proporcionarle a la empresa tecnología de gerencia, de administración, con esa mirada de diversidad para mejorar la productividad. Todavía no tenemos un caudal de buenas prácticas, lo estamos juntando. Justamente, los siete principios de que hablé al principio son una juntadera de lo que hemos venido observando que es lo mejor que una empresa puede hacer para llegar a eso. Por eso las empresas nos buscan, para ver cómo hacemos. Nosotros tenemos una herramienta online gratis para que la empresa se mida, ponga sus números, y cuando el empresario se mide dice: “¿Cómo es que estoy todo rojo?, ¿cómo es esto? Yo quiero llegar a estar todo verde”. Ahí nos llama y nos pregunta cómo hace para llegar. Y hay mucho de coaching, de acompañamiento y de recuperación de la dignidad y de la mujer como sujeto de derechos.

EC —Esa herramienta está en el sitio de ONU Mujeres.

MNV —Sí, en el sitio de ONU Mujeres están los principios económicos para el fortalecimiento de la mujer, el empoderamiento de la mujer y también esa herramienta.

RA —Hasta ahí hemos hablado del empoderamiento como camino. ¿Qué ha pasado en los casos de incentivos económicos o qué han estudiado a propósito del resultado que se podría tener por ese lado? Pensando en el mensaje que leía recién.

MNV —El año pasado lanzamos la campaña Equal Pay, ‘Igual Pago’. La campaña tiene un año solamente y ha sido como un mechero, empezó a hablarse de ella en todos los países, incluso en Wall Street. Porque fuimos a hacer sonar la campana el 8 de marzo, hoy vamos a ir de vuelta, y empezó en todas las bolsas del mundo; se hizo en Argentina, en Brasil, en muchos países. Entonces ¿qué es esto de que las mujeres van y suenan la campana? Ahí vamos explicando. Tenemos representación en 90 países, oficinas muy pequeñitas, que tienen ese rol normativo de empujar las políticas públicas, etcétera. Y estamos juntando todas las consecuencias. Todavía no hay una legislación de avanzada, nada más en Islandia. Estamos tratando de hacer incentivos que hacen a la formación, a que la directora de recursos humanos mire con otros ojos el reclutamiento de talentos, que haga distintas preguntas. Hay distintas técnicas.

RA —Pero como consejos para los Estados…

MNV —Para las empresas y los Estados, para los dos.

RA —Pero en ese caso debería ser una política, que los Estados tomen la iniciativa de decir “voy a premiar a la empresa que se preocupe por llegar a esta igualdad”.

MNV —Exactamente.

RA —A través de descuentos fiscales, no sé, por lo menos como un primer paso para que se logre.

MNV —A eso queremos llegar. Pero ahora lo estamos haciendo nosotros humildemente, con la generosidad de la Unión Europea, porque son ellos los donantes de este proyecto que vamos a inaugurar ahora con el presidente de la República para estimular a las empresas que comienzan a generar empleo para mujeres.

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