EC —Te quedaste pensando en esto último, Matías…
MR —No somos tontos, conocer a los votantes es algo que todo político ha hecho desde que la política existe. Saber qué es lo que quieren oír, también. ¿Cuál es la novedad? Que ahora los asesores, en vez de ser publicistas a la vieja usanza o caudillos de barrio, son personas que conocen al votante en su vida en las redes sociales. NO es una novedad y me parece peligroso partir de la base de la ingenuidad general porque atenta contra lo principal, que es adaptar a la sociedad contemporánea al mundo que ya no va a desaparecer. Este es el mundo en el que vamos a vivir, en el que van a vivir nuestros hijos y nuestros nietos.
EC —¿Cuál mundo?
MR —El mundo que convive con la inteligencia artificial, el mundo que convive con las redes…
GG —Hipervigilado.
MR —Bueno, la teoría del capitalismo de vigilancia está bastante desarrollada, podemos elegir otras palabras, es narrativa, pero el dato es que el mundo en el que el anonimato ha muerto. Porque algoritmos de anonimización existen, pero nada es más fácil y hay todo un mercado secundario para desanonimizar los datos cruzando bases de datos. Entonces pensar que el Estado nos va a proteger y va a dar garantías es ingenuo, no va a pasar.
EC —Cuántas veces pasa que el Estado mismo es violador de la privacidad.
MR —Podés elegir entre Gran Hermano, en el cual era el Estado, o Rollerball, que era un mundo gobernado por corporaciones. Pero estamos en esas películas y tenemos que adaptarnos como sociedad, tenemos que dejar de negar y aprender a convivir con nuestros vecinos informáticos, con nuestros vecinos inteligencia artificial.
EC —Les llamás vecinos…
MR —A los algoritmos.
EC —… haciendo un paralelismo con la chusma del barrio que registraba todo.
MR —Por ejemplo.
