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Entrevista, lunes 28 de mayo: Cecilia Eguiluz y Manuela Mutti

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EC —Señalé recién que ayer emitieron una declaración las tres diputadas del departamento. Vamos a conversar también con la Cecilia Eguiluz, del Partido Colorado.

Usted escuchaba lo que decía su colega del FA. ¿Qué agregaría a propósito del diagnóstico?

CECILIA EGUILUZ (CE) —No pude escuchar lo que dijo. De todas maneras, estoy en el tema…

EC —¿Cuál es su impresión, cuál es su descripción del fenómeno que está viviendo Salto?

CE —Ayer nos reunimos con Manuela y con la diputada Catalina Correa para intentar por primera vez unirnos desde nuestro rol. Más allá de las diferencias que hemos tenido hasta el momento, este tema nos ha unido casi sin discusión por la situación que está viviendo el departamento de Salto. El departamento está afectado desde hace un tiempo, no mucho, meses diría, o quizás un año, pero en estos últimos meses se vio un fuerte incremento de la violencia en cuanto a homicidios de almaceneros y de personas comunes, normales, de familia, que están atendiendo un almacén, que no tienen grandes ingresos, que son de zonas de barrio. Se han visto rapiñas con un gran nivel de violencia en muchos lugares de nuestro departamento. Ha habido además femicidios, además con la muerte de un policía, situaciones que quizás se podían haber evitado. Toda esta ola de violencia ha llevado a que la población esté pidiendo respuestas.

EC —Para usted, ¿dónde están las causas de esta situación? Me llamó la atención que el jefe de Policía de Salto a fines del año pasado declarara que allí en la ciudad había varios barrios considerados de contexto crítico de los cuales cinco se encontraban feudalizados, “eso quiere decir que allí no ingresan ambulancias, ni taxis, ni ómnibus, ni ningún otro servicio público”. Eso habla de una situación realmente grave en esos barrios en particular.

CE —Nosotros estuvimos reunidos con el jefe de Policía por esas declaraciones, tuvimos varias reuniones con él personalmente y algunas también con otras instituciones. Porque nos preocupó mucho su visión, él ingresa al departamento y tiene una visión que tiene que ver con eso que usted dice y además con el tema de las drogas y de la venta de drogas en el departamento. Ante esa descripción que hizo le preguntamos cómo se iba a abordar esa situación, porque él decía que el problema era de esa naturaleza –nosotros nos dedicamos a la actividad política–, sin embargo nosotros entrábamos a varios lugares adonde él decía que era imposible entrar. De todas maneras ese era diagnóstico, por lo tanto tenía que tener las herramientas para enfrentar ese diagnóstico. Nos dijo que tenía el apoyo, que tenía la logística, que iba a hacer muchos cambios en lo que tenía que ver con la fuerza policial en Salto, cosa que hizo, pero nada se vio reflejado en una mejora de la situación. Por el contrario, el tema que ahora preocupa es esta violencia tremenda que está habiendo. Estamos con índices altísimos, que jamás se habían visto en el departamento.

EC —Mi pregunta a propósito de eso que decía a fin de año el jefe de Policía era para saber si allí estaba uno de los orígenes, en esos barrios, en los problemas que ya conocemos de otras zonas marginadas o violentadas incluso en Montevideo, la presencia de bandas criminales, eventualmente narcotraficantes, todo el peso que terminan teniendo en sus zonas de influencia. ¿Esa es una de las causas? ¿Hay más?

CE —Ese es el diagnóstico claro que dio el jefe de Policía. Yo no soy experta en seguridad, por lo tanto no puedo decir que esas sean las causas. Pero está claro que esos problemas seguramente existen, porque si no, no podría haber la violencia de esta magnitud que hay. Y menos en un lugar donde tendría que estar todo controlado. Aquí somos 100.000 habitantes, todos nos conocemos y todos conocemos quiénes viven en los diferentes barrios y en los diferentes lugares. Si el diagnóstico estaba, no ha habido mecanismos eficientes para solucionar el problema. Por lo tanto ahí también puede haber una falla. Nosotras agotamos también la vía con el jefe de Policía, está claro que todas hemos mantenido conversaciones con él. Él tampoco ha sido una persona que haya pedido ayuda en este sentido. Siempre nos ha dicho que tiene la ayuda, que tiene el apoyo del ministerio y que está haciendo su trabajo. Está claro que algo está fallando, porque los problemas siguen existiendo y van creciendo. Eso es lo que tiene asustado a todo el mundo, ese no es el perfil de Salto, Salto es un lugar adonde la gente venía por su tranquilidad, un lugar que siempre se caracterizó por ser seguro, por ser gente de trabajo, y hoy estamos viviendo esta situación también porque a la gente le cuesta posicionarse y ver cómo reaccionar. Pero hay una reacción clara, la gente está saliendo a la calle a pedir que esta situación se corrija.

EC —Agrego como complemento lo que dice Alfredo Berretta, vicepresidente del Centro Comercial e Industrial de Salto: “La situación es complicada, se salva la parte turística porque gracias a Dios los centros termales están muy bien protegidos, al igual que el centro de la ciudad. Pero la protección de esos lugares ha llevado a la desprotección de los barrios, que es donde se manifiesta esta cruel situación”.

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