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Entrevista, lunes 30 de abril: Gabriel Oddone y Julio César Lestido

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EC —Hay una cantidad de mensajes de los oyentes. Es un tema sensible, interesa mucho

Dice Lorenzo, de Pocitos: “Quizás tendrían que revisar un poco el comportamiento del comercio. Unas botas de US$ 97,40 acá se venden a $ 10.000. La diferencia es mucha”.

Otro oyente señala: “Un Lego que quise comprar acá para Reyes estaba en una juguetería –no shopping– a US$ 250. Lo traje por menos de $ 2.000 y con todos los gastos asociados. Algo no cierra”.

Dice Eduardo: “Que experimenten no vender a precios abusivos, quizás nos sirva traer las cosas de fuera, por más impuestos que se carguen acá, diferencias del 100 % y hasta el 300 % no son sostenibles”.

¿Cómo ven estos comentarios? Supongo que no los sorprenden, que ya los han recibido.

JCL —Sí, ya los hemos recibido. Repito, hay que analizar el tema en profundidad. Por supuesto, el cliente es libre de comprar donde entienda que le es mejor el precio, pero también tenemos que tener en cuenta que esa tienda que importa o que distribuye acá está pagando costos que esa otra mercadería no está pagando. Hay puestos de trabajo en el medio, hay una cantidad de cargas que está llevando adelante el comerciante y que de esta forma se está viendo afectado. Después se podrán discutir los márgenes o la competencia, pero por lo menos hay que generar una competencia más o menos igual. Por eso entendemos que hoy por hoy hay una desventaja.

EC —El tema es cuál es la alternativa. Por ejemplo, a propósito de gravar con IVA, que se manejó la semana pasada, Mario Colla, director de TiendaMIA (página online que permite comprar en Estados Unidos), escribió en Twitter: “No comparto la idea de cobrar IVA a las tres franquicias postales que quedan. Se estaría violando el TIFA, que dice que no pueden aplicarse derechos de aduana o impuestos. El que viaja trae US$ 500 en valija y US$ 650 del free shop sin IVA. ¿El ciudadano común no puede hacer algo parecido?”.

JCL —Claro que puede. Vamos por partes, son cosas distintas. Primero, el que viaja también tiene otro costo que es el tema del viaje en sí, o sea que ahí le tenemos que agregar lo que puede ser el pasaje más la estadía. O sea que eso también juega. Pero lo otro es lo más importante, entendemos que lo del IVA es una forma de compensar, de darle una contrapartida al comercio establecido. También entendemos –es un tema que van a tener que dilucidar los técnicos– que el IVA no es un impuesto aduanero, y está claro que por el TIFA lo que no se cobra son los impuestos aduaneros. El IVA es un impuesto que se cobra en ocasión de que entra la mercadería justamente para que entre en condiciones iguales a la mercadería nacional que se comercializa en forma doméstica. O sea que es una cosa totalmente doméstica. Es lo que entendemos y lo que sostenemos. Ahí vemos una diferencia. Entendemos que el IVA es una forma de equiparar la situación.

EC —¿No hay artículos en los cuales el IVA se cobra ya en el lugar de origen? Esa es otra parte del debate.

GO —Es interesante. Después de la actividad de la semana pasada surgió una discusión con varios integrantes de redes sociales que plantearon eso. Yo me puse a mirar y hay varios productos que llegan con impuestos sobre las ventas en el origen, esencialmente de Estados Unidos, y otros que llegan sin impuestos en origen. ¿De qué depende que ocurra o no? No encontré un patrón, ni siquiera es por un tema de rubros. Estimo que tiene que ver con reglamentaciones internas en Estados Unidos respecto de quién está consolidando una mercadería y quién la está extrayendo. O sea que hay algunos casos en los cuales la mercadería sale de Estados Unidos con un pago de impuesto a la venta, lo cual, si uno va por el camino de aplicar el IVA, llevaría a intentar homogenizar los casos de manera de no generar una ventaja en ese sentido. Pero en cualquier caso lo que creo que está sobre la mesa es un debate que es bien relevante. En qué medida esta evolución tan trascendente del comercio transfronterizo genera desafíos para la actividad económica doméstica.

Lo que Uruguay hizo fue resolver una estructura impositiva nula con un muy bajo nivel de aceptación de ingreso de mercadería. Ese es un camino distinto del de la región. En la región los límites son mayores y los impuestos son también. Lo que parece ser que pasa a ser debate es tener una estimación más fidedigna de cuánto es la afectación global de actividad, empleo y estructura tributaria para poder llegar a una conclusión de cuál es la mejor manera de reglamentar esto en Uruguay. Claramente hay posiciones muy encontradas, depende de qué lado del mostrador se encuentre uno, si es un consumidor, si es un distribuidor, si es un miembro de una empresa de e-commerce o si es un comerciante establecido.

EC —Supongo que, en caso de introducir un impuesto como el IVA, habría una moderación de los efectos negativos sobre el comercio local, sobre el empleo, sobre la recaudación. ¿Sería efectiva una medida de ese estilo? Porque puede pensarse que introduciendo el IVA, el costo de la encomienda traída por internet va a terminar creciendo, pero el precio a pagar por el comprador sería de todos modos más barato que el del mismo artículo en Uruguay. Hablábamos de una diferencia de 40 puntos, acá estarían recortando 14 de esos 40. Podría pensarse que la persona lo traería igual, quien se beneficiaría sería el Estado con la recaudación y esa plata que se iría en IVA dejaría de circular en el mercado, en compras o inversiones, como mencionaba Oddone. ¿Entonces? ¿Podría pasar eso, que el costo para el que trae sea más alto pero siga trayéndose igual?

JCL —Sí, claro que puede pasar eso. Ahí puedo acortar la distancia, no digo que la empareje, pero por lo menos la acorto. No olvidemos que importador o comerciante están pagando una cantidad de cosas como impuestos y salarios que son parte de la estructura de costos. Porque acá da la sensación de que el comercio importa algo, lo trae, lo multiplica por 10 y chau. La comparación no es así, los números no son así, cuando vemos la estructura de costos vemos que hay una incidencia bastante importante en salarios, que tiene que ser así. ¿Cuál es la solución?

EC —Es un brete bien complicado. Me hace acordar de las discusiones que supimos tener en otras épocas a propósito del contrabando. Esto no es contrabando, pero los impactos se parecen.

JCL —¿Qué le digo al comerciante? ¿Que saque gente para ser más competitivo?

EC —Otro oyente pregunta si lo que está de por medio no es el costo país: “¿Cuánto incide el costo país en el diferencial de precios? Los comerciantes tienen costos de BPS, DGI, etcétera, todos mucho más altos que en otros países”.

JCL —El stock de mercadería tiene un costo.

EC —¿Cómo es eso?

JCL —El stockear la mercadería, tenerla, tiene un costo. Yo compro y no significa que la voy a vender enseguida. Tengo que ofrecer una variedad de modelos, productos, talles, una cantidad de cosas que juegan, es un costo fijo.

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