EC —Alguna pregunta más sobre este establecimiento en particular. Tiene un muelle propio para cargar la piedra.
WC —Es un muelle de canteras histórico, siempre se cargó piedra desde allí para exportar a la Argentina. De hecho es lo que estamos retomando. Comenzamos una exportación desde nuestro muelle propio. Tenemos una cinta transportadora donde están los acopios de la planta de trituración que directamente carga sobre la barcaza que seleccionamos para esto. Es importante que aclare lo siguiente. Porque a pesar de que parezca algo tan sencillo como llevar piedra a la Argentina, en toda la cadena de valor de esto hay un montón de avatares. Desde temas legales, barreras formales, barreras informales, no deja de ser una exportación, con lo cual tenés actores de un lado y del otro, todo un tema administrativo, mucha gente trabajando en la causa, empresas fusionadas como la naviera con la empresa que produce y la empresa que descarga y el cliente que recibe. Para que lo visualicemos, trabajamos mucho en esto y es un esfuerzo importante lograr el objetivo. Por eso la primera barcaza que salio de Uruguay después de tantos años fue un momento de mucha alegría para todos.
EC —¿Qué estaban haciendo hasta ahora allí?
WC —La cantera históricamente, como concepto, siempre cuidó mucho sus recursos humanos. Tiene una infraestructura preparada tanto en equipos como en gente par un nivel de producción muy alto. Por eso hemos participado en todas las obras más grandes o las que hemos podido en torno a la región. Por ejemplo, fue una de las principales proveedoras de Montes del Plata, hemos hecho muchas obras de escollerado, hemos hecho obras en Montevideo. Claro, nuestro sector central es la construcción, cuando la construcción decae la situación se nos complica. Por eso la pata de exportar puede darnos un mix entre el mercado interno y el externo que nos haga mantenernos sobre el punto de equilibrio con un poco más de tranquilidad.
EC —La primera exportación que salió de puerto Riachuelo fue de 2.000 toneladas.
WC —Exactamente.
EC —¿Qué es lo que viene ahora?
WC —Esa es una pregunta interesante…
EC —¿Cuál es el potencial? Ustedes son muy entusiastas, ¿qué es lo que imaginan?
WC —Aquí hay dos cosas fundamentales. El hito principal es haber roto con el paradigma de no poder exportar y haberlo logrado. Desde el punto de vista operativo, con todo lo que conlleva e iniciar un mercado nuevo.
EC —Esta exportación fue el mes pasado.
WC —Sí, hace dos semanas. Entonces entrar a la Argentina y romper estos paradigmas fue todo un tema; hay barreras formales e informales, que hemos podido subsanar.
EC —Me imagino que puede haber esta un lobby de los transportistas de carga, de los camioneros oponiéndose a un negocio como este.
GP —No los podemos nombrar porque se van a enojar mucho. Los camioneros están en pie de guerra.
EC —Los camioneros argentinos no escuchan la guerra, escuchan radio del otro lado.
WC —Te diría lo que decía mi abuela: en todos lados se cuecen habas. La realidad es que las barreras informales existen, pero las hemos subsanado porque tenemos un vínculo muy bueno con los mineros del otro lado. Aparte lo nuestro es muy humilde, es un proyecto que irá en crecimiento pero a una escala mucho menor de lo que puede ser hacer un daño económico a los mineros argentinos. Dista mucho de esto.
GP —Pero para nosotros puede significar un nivel de exportación de volúmenes de US$ 100 millones eventualmente.
EC —Yo he escuchado número incluso más optimistas que ese, US$ 300 millones. ¿Puede ser? ¿Se puede llegar a semejantes números?
WC —Todo se puede. Nosotros apuntamos a abrir el mercado y a ser un puntapié inicial. El potencial de esto no lo podemos medir. Desgraciadamente tenemos un punto que nos juega en contra que es la oscilación del dólar en Argentina. Imagínate que cuando empezamos con esto el dólar valía 19 pesos argentinos, hoy vale 30. Lo que nosotros vendemos es piedra, no es petróleo, es difícil absorber esas oscilaciones. De hecho en este momento estamos muy complicados por el tipo de cambio.
EC —Seguramente es el peor momento de los últimos tiempos.
WC —Exacto. Pero después de todo el esfuerzo de haber puesto todo esto en marcha tenemos toda la intención de sostenerlo como podamos hasta que los vientos soplen de proa.
EC —Suponiendo que estas oscilaciones de la moneda se acomoden, dejando de lado este factor, ¿de qué depende que se desarrolle en sus posibilidades este rubro de producción y de exportación minera? ¿Qué otros elementos tienen que conjugarse?
GP —El inversor y el exportador es el que tiene más conocimiento de los puntos en la parte comercial. Yo puedo emitir opinión sobre la geología, pero eso ya lo he hecho.
WC —Yo te separo básicamente dos cosas. Hoy la operación ya está armada. Lo que no depende de nosotros es que el tipo de cambio en Argentina no se dispare y la política que lleve adelante Macri no se frene, con lo cual si no se frena la obra pública la demanda se va a sostener, para lo cual nosotros vamos a tener mercado. Desde el punto de vista interno, por suerte en nuestro país no tenemos oscilaciones que nos preocupen demasiado, fíjate que la oscilación del dólar en Uruguay fue mucho más sutil que en Argentina. Pero todo suma. Proyectos que estamos tratando de elaborar con la gente de Dinamige, como no tener que pagar un canon minero al poder exportar o algunas cosas que estamos tratando de negociar con el Ministerio de Economía, que es lo poquito que gastamos en los aranceles de exportaciones que tengamos una devolución. Amén que esto el mismo gobierno uruguayo nos exige invertir, lo que para nosotros es fantástico, porque para poder incrementar la escala de exportación vamos a tener que seguir invirtiendo en maquinaria. Estas pequeñas cosas nos suman. O una tasa que podamos reducir en nuestro puerto a través de Hidrografía. Cada pequeña es significativa porque el valor de la piedra no es tan importante.
EC —¿Cuál es el valor de la piedra?
WC —Oscila entre US$ 18 y US$ 20 la tonelada.
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Transcripción: María Lila Ltaif
