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Entrevista, miércoles 11 de abril: Raúl Sendic

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EC —Vayamos a lo judicial, a lo más reciente, que es lo que el fiscal Luis Pacheco sostiene en su dictamen del mes pasado. Vayamos en particular primero a la imputación que hace del delito de peculado, “reiterados delitos de peculado”, a propósito del uso de las tarjetas corporativas. Dice una parte del texto: “El Sr. Raúl Sendic hizo un uso indebido de las tarjetas, incurriendo en múltiples gastos que no fueron debidamente justificados, desconociéndose si obedecieron a compras realizadas con motivo o en ocasión de sus funciones o si, por el contrario, no respondieron a tales motivos, existiendo serias presunciones, por las características de los gastos y por la ausencia de explicaciones valederas por parte del usuario de la tarjeta, de que efectivamente no guardaron relación con el ejercicio de sus funciones como presidente del ente. En el caso del presidente Raúl Sendic quedó semiplenamente probado que hizo uso de la tarjeta en más de 300 oportunidades, y dentro de las compras realizadas, además de gastos en hoteles y restoranes, figuran compras en tiendas de ropa, supermercados, calzados deportivos, electrónica, joyería y librerías, entre otros, en nuestro país y en el exterior, respecto de los cuales no figuran comprobantes justificativos”.

¿Qué responde usted a propósito de esto que ha estado tan discutido además en la prensa, en los medios, en el sistema político?

RS —El fiscal hace una enumeración del total de compras utilizando la tarjeta, pero le falta certeza absoluta al planteo. Dice “existiendo la presunción”, “la semiplena prueba”, y escuché al fiscal en algunas de las entrevistas.

Cuando llegamos a Ancap y después de pasado un tiempo, porque fue recién en el año 2011 que se hizo esto, establecimos un reglamento para el uso de las tarjetas.

EC —Sí, ese reglamento es de junio de 2011.

RS —Ese reglamento es de mi autoría, yo encomendé la preparación de un reglamento para el uso de las tarjetas, porque había antecedentes, en la empresa pero sobre todo en otras empresas, de uso indebido de las tarjetas corporativas y me parecía que era necesario establecer con claridad cuáles eran los fines que tenían. Hoy Ancap es el único organismo que tiene un reglamento para el uso de las tarjetas, no hay otra institución pública que lo tenga. Lo establecimos para que quedaran bien delimitados los fines para los cuales se podía utilizar la tarjeta.

EC —Tanto la Junta Transparencia y Ética Pública (Jutep) como antes el Tribunal de Conducta Política (TCP) del Frente Amplio (FA) le reprochan no haber cumplido con el reglamento que usted mismo impulsó.

RS —Sí, los dos hicieron eso.

EC —Usted estaba citando lo del reglamento; ¿por qué?

RS —Porque el reglamento establecía tres formas de uso de la tarjeta, y además establecía cuáles eran los mecanismos de control que se tenían que dar para eso. Pasaba tanto por el área económico-financiera de la empresa, por la firma del propio director y del usuario de la tarjeta y después por el contador delegado del Tribunal de Cuentas (TC). En los años que estuve, que fue desde el 2011, cuando se estableció el uso, hasta el año 2013, estuve dos años en Ancap, nunca recibí ningún tipo de observación sobre el uso de la tarjeta. Se habían establecido los mecanismos de control que debía haber y cuáles eran las luces de alerta que se tenían que encender.

En varias oportunidades, por distintos motivos, porque también está establecido ahí, cuando una situación de emergencia lo ameritaba, usamos la tarjeta para fines personales, en un aeropuerto… Muchas veces ocurría, por ejemplo en países como Angola, que son países caros, que se entregaba una parte del viático y después se nos indicaba que cubriéramos el gasto del hotel con la tarjeta, porque era difícil establecer desde acá los recursos que iba a insumir el pago del hotel. Pongo ese ejemplo porque, a pesar de que pueda parecer raro, Luanda es uno de los lugares más caros del mundo.

EC —Ahí está marcando dos situaciones distintas: unas en las que usted usó la tarjeta corporativa de Ancap para fines personales, por una emergencia, y después supuestamente reintegró el dinero, y otras en las que tenía un viático asignado, ese viático no alcanzaba y entonces pagaba la diferencia de un alojamiento, de lo que fuera, con la tarjeta corporativa.

RS —Sí. Eso estaba establecido en el reglamento, para cuando los viáticos no fueran suficientes para cubrir los gastos que la representación implicara en viajes fuera y dentro del país. Entonces hicimos los reembolsos correspondientes, como todos los otros directores, porque quiero decir que en general en Ancap todos los directores usaron la tarjeta de la misma manera. Entonces, la razón de que haya un reproche especial a mí tiene que ver con otros elementos que no es este informe del fiscal, que tienen que ver con antecedentes o con una situación anterior y con elementos que son más políticos que administrativos y menos penales, como el caso de que estamos hablando.

EC —¿Por qué a usted? El informe de la Jutep lo cuestiona a usted por no haber hecho el mínimo esfuerzo por siquiera colocar comentarios en el estado de cuentas sobre los gastos realizados. Está dicho en una de las páginas: “No solamente no presentó los comprobantes respaldatorios de los gastos, sino que, a diferencia de lo hecho por otros directores, alguno de ellos de manera muy prolija, en ningún caso se ubicó algún comentario, comprobante o anotación aportado por el Sr. Sendic referente al motivo de la compra realizada”. Acá hay una explicación de por qué con respecto a usted aparecen estos cuestionamientos y no con respecto a otros directores, en el caso por ejemplo de la Jutep.

RS —Uno solo de los directores hizo algunas anotaciones sobre determinadas compras, […].

EC —Germán Riet, concretamente.

RS —Sí. Ninguno más siguió ese procedimiento, y tampoco estaba establecido en ningún lado que hubiera que seguir ese criterio.

EC —Pero sí estaba establecido que a fin de mes había que presentar el estado de cuenta de la tarjeta más los comprobantes de las compras correspondientes. Eso sí está establecido en el reglamento que usted impulsó.

RS —Sí, eso está establecido en el reglamento. Hubo primero un informe del TCP del FA, después hubo un informe de la Jutep, ahora hubo un informe del fiscal, nosotros seguimos sosteniendo lo que hemos dicho desde el principio en esto: cada uno de los gastos personales que hicimos con la tarjeta fue reembolsado. Hay un gasto que se hizo famoso, lo que han dado en llamar “el colchón de Divino”…

EC —Esa es una de las tantas compras que se han debatido.

RS —Nunca jamás en mi vida compré un colchón en Divino, ni con la tarjeta de Ancap ni con mi tarjeta propia ni con dinero, jamás en mi vida he comprado un colchón en Divino.

EC —¿Y otra compra en Divino?

RS —Se lo dije, no recuerdo esa compra en Divino, esa es la realidad.

EC —Sí, usted dijo –cita el TCP–: “Me parece muy rara esa compra”, marzo de 2011.

RS —Sí, me parece muy rara.

EC —¿Qué quiere decir?

RS —Le voy a decir más: hice trámites en Divino para tratar de saber qué es esa compra. Y no fue –esta es la primera vez que lo digo– posible llegar a saber y a determinar cuál fue esa compra o qué es esa compra. La verdad es que no pude llegar con la información que tuve disponible. Ojalá se pueda llegar a saber, yo personalmente no lo pude hacer. Porque a su vez hubo un cambio en el sistema de procesamiento de datos de la empresa y no pude llegar.

EC —Usted sabe en qué local de Divino fue.

RS —No, no, no sé qué es esa compra en Divino.

EC —Pero ¿usted ha ido a locales de Divino?

RS —He ido a locales de Divino, pero no. Ahora hace años que no voy, pero he ido a locales de Divino.

EC —Pero entonces, ¿qué está sugiriendo?, ¿que es una compra fraguada?

RS —No, no sé lo que es, no puedo afirmar nada sobre esa compra porque no tengo ni idea. Esto salió en un recuadro en el semanario Búsqueda, se decía que la senadora Xavier había dicho en una reunión interna del Partido Socialista que Sendic se había comprado un colchón en Divino. Ese mismo día Xavier me manda un mensaje diciendo que ella no dijo eso en ninguna reunión, que era un invento y me puso “el que le dio esta información a Búsqueda no te quiere ni a vos ni a mí”.

EC —El estado de cuenta menciona una compra en Divino, pero no el detalle.

RS —Ese recuadro instaló la idea de que esto era un colchón. Lo desmiento categóricamente: yo jamás he comprado un colchón en Divino. He comprado colchones en otro lugar, que no voy a mencionar para no hacerle propaganda, pero hay lugares en Montevideo donde venden otros colchones mejores.

EC —Ese es un ejemplo de las compras controvertidas, no es el único. El fiscal señala: “De un total de gastos incurridos mediante el uso de las tarjetas superior a los $ 550.000 y US$ 38.000, surge que únicamente efectuó un reembolso por US$ 130. No siendo bajo ningún concepto razonable que tamaña cantidad de dinero responda a gastos imprevistos, que era el fin para el que estaba previsto el uso de la tarjeta”.

Acá hay dos cosas, que usted habría reembolsado solo US$ 130 y que el monto total de las compras controvertidas es altísimo, US$ 38.000.

RS —Ya que tiene el informe de la Jutep ahí, si mira el listado de compras de la Jutep verá que es distinto del que menciona el fiscal, y la cantidad de reembolsos que tiene informada la Jutep es bastante superior a los US$ 130 que afirma el fiscal en ese informe. Ese es uno de los errores que comete el fiscal en el informe.

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