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Entrevista, miércoles 23 de mayo: Marta Jara

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EC —Usted es presidenta del directorio desde marzo de 2016. Ya van dos años y algo… ¿No se arrepintió todavía?

MJ —Todavía no me arrepentí.

***

EC —Ancap fue noticia hace un mes y algo cuando dio a conocer sus resultados del año pasado. Una ganancia de US$ 39 millones, segundo año consecutivo con utilidades, ya que en 2016 había registrado un superávit de US$ 15 millones. Ese es el número grueso, después hay que analizar capítulo por capítulo, vamos a detenernos en algunas de las divisiones de Ancap.

En este plan de seguir cuidando peso a peso hay un negocio en particular que es el de la regasificadora, Gas Sayago SA es la empresa encargada de llevar adelante ese proyecto que se frustró. Las novedades que daba ayer Telemundo hablaban de que el gobierno había decidido liquidar finalmente Gas Sayago SA y que UTE y Ancap, propietarias de Gas Sayago, estaban analizando la propuesta. ¿En qué términos se está en la situación esta en este momento?

MJ —Primero, nosotros tenemos 19 % de Gas Sayago, no son números que pesen demasiado. Trabajamos con el accionista mayoritario, que es UTE, y con el ministerio en lo que llamamos un plan de reposicionamiento cuando quedó claro que el memorándum de entendimiento no se iba a extender. No se va a extender básicamente porque las condiciones del mercado argentino siguen sin dar suficiente certeza como para asumir los riesgos de instalar esta infraestructura y absorber esos costos.

EC —Se refiere al memorándum de entendimiento que se había firmado con Shell, que iba a permitir, eventualmente, rescatar este proyecto en otra dimensión.

MJ —Sí. El proyecto tiene una serie de activos importantes y el objetivo es encapsularlos, mantenerlos en Gas Sayago y tenerlos listos para que las partes interesadas, que de hecho ya están apareciendo –ya nos reunimos con un par de empresas–, puedan acceder a esa información, evaluarla y ofertar. Estamos pensando en un mecanismo parecido al que rige para los bloques onshore: se mantiene un dataroom vivo y los interesados firman un acuerdo de confidencialidad, estudian la data, evalúan el negocio y tienen una frecuencia en la que pueden hacer su oferta. Como si uno mirara la casilla una vez por trimestre, una vez por semestre, y si hay una oferta se puede adjudicar. Pero de ninguna manera se está hablando de liquidar. Quedan algunas actividades importantes para desarrollar.

EC —Pero ¿qué pasa con la empresa y sus instalaciones? ¿Qué pasa con su presupuesto, qué pasa con el personal?

MJ —Como decía, lo que se hace es encapsular los activos. Hay permisos, hay estudios, hay un gasoducto, etcétera. Cuando deja de haber un desarrollo específico como el que había con la empresa Shell, se reducen las actividades. Pero todavía hay algunas actividades que tienen que ver con temas legales, lo que tenemos que hacer es administrar esta reducción de la operativa. De hecho ya se dejaron las oficinas.

EC —Las oficinas eran alquiladas, ese era uno de los rubros del presupuesto, desaparece.

MJ —Desaparece.

EC —Supongo que hubo que pagar alguna multa por rescisión del contrato.

MJ —No, se aprovechó que había que renovarlo ahora y no se renovó.

EC —Entonces, ahora, ¿dónde está instalada Gas Sayago SA?

MJ —En el Palacio de la Luz.

EC —En el edificio de UTE.

MJ —Sí.

EC —¿Y en materia de personal?

MJ —Hay un plan para ir desvinculando a la gente en la medida en que se van cerrando las actividades. Pero siempre en forma ordenada, porque Gas Sayago fue muy exitosa en todo lo que fue litigios, cobrar las garantías, llevar adelante juicios, responder por ejemplo a la comisión investigadora y hay que guardar todos esos registros, hay que hacer un cierre ordenado. La empresa como empresa sigue viva porque mantiene sus activos.

EC —La empresa sigue viva reducida a su mínima expresión. Esa es la idea, y reduciéndose paulatinamente, a su vez.

MJ —Sí, pero estamos hablando de cuestión de meses.

EC —¿Con qué presupuesto va a quedar? Ese es uno de los puntos que chocaban.

MJ —Una de las partes más onerosas del presupuesto es lo que se paga a la ANP en el obrador de Punta Sayago. En la medida en que se cierren algunos de esos puntos, eso se dejará de pagar. Le van a quedar los costos de una empresa “de papel”, que tiene un balance, tiene activos, etcétera, pero prácticamente no va a tener operaciones. Porque el proceso de recibir ofertas y atender oferentes lo van a llevar a cabo los accionistas, que serían quienes venden Gas Sayago.

EC —Y hablando de la ANP y Punta Sayago, queda una infraestructura a medio construir allí…

MJ —Queda una estructura para la ANP, que se valuó en US$ 20 millones. Una estructura que no tenía: playa para materiales, el muelle, los accesos, el cerco, demoliciones. La ANP recibió un montón de activos, ya los recibió hace un par de años, cuando se retiró GNLS.

EC —Pero hay otra parte que queda allí, pilotes, ese tipo de cosas.

MJ —Sí, eso forma parte de lo que se encapsula y se preserva como una opción para el futuro.

EC —Usted en particular había reservado su cargo en Gas Sayago.

MJ —Pedí licencia sin goce de sueldo en Gas Sayago.

EC —Era gerenta general.

MJ —Correcto.

EC —¿Y ahora qué pasa con ese cargo suyo en particular?

MJ —Licencia sin goce de sueldo, cuando se cierre la compañía se terminará eso también.

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