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Entrevista, viernes 11 de marzo: Eduardo Bonomi

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Entrevista con el ministro del Interior Eduardo Bonomi.

EN PERSPECTIVA
Viernes 11.03.2016, hora 7.49

EMILIANO COTELO (EC) —El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, informó ayer sobre los resultados del allanamiento realizado en la casa de Carlos Omar Peralta, el uruguayo identificado con el islam que el martes apuñaló, en Paysandú, a David Fremd, un comerciante referente de la comunidad judía local.
Según dijo Bonomi, en la vivienda la Policía encontró elementos vinculados al islam y también armas blancas, pero ninguna referencia a prácticas radicales. También dijo que, hasta el momento, no se ha constatado vinculación del homicida con organizaciones u otras personas. Vamos a ampliar a propósito de estas conclusiones primarias, estamos con el ministro Bonomi.

Por supuesto que un hecho como el que ocurrió el martes en Paysandú genera una enorme preocupación, en Uruguay y afuera, teniendo en cuenta los antecedentes en los últimos años en materia de terrorismo y de la variante que se ha denominado “lobos solitarios”. ¿Cuál es, hasta este momento, la visión que ustedes tienen de lo que pasó?

EDUARDO BONOMI (EB) —En forma precisa lo que dije es que la Policía encontró elementos electrónicos -laptop, celular, CD, pendrive- y material escrito -cuadernolas y cuadernos profusamente escritos por Peralta, en español y en árabe-. Yo lo que decía exactamente es que ni en la laptop, ni en el celular, aparecen comunicaciones con grupos o personas que estén en una actividad de este tipo.

Tampoco aparecía eso en el material escrito, que no era demasiado coherente, y además un día empezaba escribiendo en una cuadernola, después en un cuaderno, y volvía a una cuadernola… No había ahí conexiones que se pudieran detectar. Es exactamente eso, no es que haya descartado tajantemente si no que en lo que se encontró no hay ningún tipo de evidencia de relación con grupos o personas que pudieran estar desarrollando una actividad similar.

EC —Por supuesto que no tiene mucho sentido enzarzarse en una discusión semántica a propósito del término “lobo solitario”, pero permítame que vuelva un poco sobre ese concepto. Ayer desarrollábamos una Mesa, con Martín Natalevich y Susana Mangana, en la que se definía qué se entiende por lobo solitario: un individuo que se auto-radicaliza y va a cometer un acto por su propia cuenta, es el escalafón más bajo en cuanto al daño que puede causar. Para eso no necesariamente tiene que tener conexión, ni siquiera a través de Internet, con una organización terrorista, puede inspirarse a partir de la información que recibe por los medios de comunicación o sitios web y tomar la decisión por sí mismo, ¿no?

EB —Creo que es un poco parcial esa definición, porque está claro que muchos de los grupos que hoy actúan en el mundo lo hacen de diversas formas, una de ellas es a través de las redes sociales [utilizándolas para] adoctrinar, reclutar y fijar objetivos. Entonces, quienes siguen esos lineamientos, de alguna manera… A nosotros no nos gusta llamar “lobos solitarios” a personas que, de alguna manera, por su fragilidad psíquica, se dejan influir en ese sentido.

Es posible que haya quien por sí mismo… “por sí mismo” tampoco me gusta mucho, porque se da en un marco de recíprocas influencias que condicionan a la persona, entonces es relativo, puede ser que exista, pero en general [hay] algún tipo de vínculo ideológico, siguiendo lineamientos generales… Esto es como que se trata de incidir en 1.000, 2.000, 3.000 personas para que alguna siga esos lineamientos.

En ese sentido el perfil psicológico y psiquiátrico, que es la otra cosa que se está haciendo, es lo que puede llevar a conclusiones. En eso todavía se está, todavía se están leyendo las cuadernolas y los cuadernos. Lo que de un día para el otro se pudo revisar, en primera instancia, no indicaba conexión, pero hay que leer igual a fondo para tener más elementos de la persona que escribió. Cuando hicimos la conferencia de prensa todavía no se había terminado y todavía no se terminó en este momento.

EC —¿Qué importancia le asigna usted al hecho del arma elegida por el homicida, un cuchillo, cuando en los últimos meses se viene desarrollando lo que se ha denominado la “intifada de los cuchillos” en Israel y otros países?

EB —Yo escuchaba el otro día una entrevista a la embajadora de Israel [Nina Ben-Ami], a quien le preguntaban si se podría haber prevenido [el ataque en Paysandú] con acciones de inteligencia. Ella dijo que no, que ellos [en referencia a Israel] tenían muchísima experiencia, que eran de los países que más experiencia tenía en el mundo en ese sentido, y que no habían podido controlar los ataques de ese tipo.

Yo no quiero ser tajante, porque es cierto que estamos en una situación internacional diferente a otras que han sucedido antes y no se puede ser tajante, pero no creo que esto esté… No lo quiero descartar, cuidado, no quiero ser tajante en esto, pero los elementos que han aparecido hasta ahora no indican una conexión. La Policía está tratando de investigar conexiones personales, por fuera de las que puedan surgir por Internet o medios electrónicos, que [Peralta] pueda haber tenido con otras personas. Ahí se completará lo que se está diciendo…

EC —En el auto de procesamiento lo que señala el juez es que esta persona profesa una religión históricamente beligerante con la judía, por causa de la cual mantuvo un incidente con un representante del Estado de Israel que marcaría su vida. Se trata de un incidente verbal que tuvo con el embajador de Israel cuando estuvo en Paysandú y él le recriminó a propósito de las muertes de palestinos. Esto, sostiene el homicida, habría dado lugar a una supuesta persecución en su ámbito de estudio y en el ejercicio de la docencia como maestro, que habría derivado en un fracaso profesional y laboral. Con ese cúmulo de frustraciones, el odio hacia aquella comunidad étnica y religiosa, que considera responsable de dicho fracaso, es que, según él, decidió poner fin a ese proceso cometiendo este asesinato. Para eso eligió a David Fremd, como aparentemente podría haber elegido a otro representante de esa misma comunidad.

EB —Sí, algunas de esas cosas se desprenden del material escrito. Allí él maneja tres problemas en su vida: uno es con los judíos, otro es con los que han hecho perfiles psiquiátricos y psicologías de él mismo y un tercero con los niños -no el acoso sexual que se ha manejado, por el cual se dijo que había sido separado de su cargo, no es así, sino por falta de profesionalidad-. Esas tres cosas aparecen ahí. En este caso es claro que de las tres la que pesa es lo racial. Esto es lo que surge en un procesamiento que se hace en 48 horas, [durante las cuales] surgen algunos elementos que son los determinantes en ese momento, pero cuando hay un procesamiento la investigación sigue, entonces, lo que dice el juez está bien, pero el propio juez se plantea que la investigación hay que seguirla. Pueden, o no, surgir cosas distintas.

EC —Para ver estos asuntos en términos más generales, ¿cómo trabajan el Ministerio del Interior y la Policía, en la prevención de actos de estas características que puedan ocurrir, incluso los de terrorismo en sí mismo o los de lobos solitarios jihadistas? Esa es una posibilidad que está sobre la mesa, sobre todo teniendo en cuenta lo que está ocurriendo en el mundo y hasta el papel que está jugando Uruguay, por ejemplo en el Consejo de Seguridad e las Naciones Unidas. ¿Qué acciones se llevan adelante en esa materia?

EB —Las redes sociales obviamente que se revisan a ver si aparecen este tipo de cosas. Ayer mismo hubo un allanamiento en Salto, donde surgieron elementos. Una persona que, vestida con uniforme nazi, hacía determinadas apreciaciones, todas beligerantes, contra judíos, negros y homosexuales. Llamaba a una guerra en ese sentido, decía que eran 500 soldados. Esto se estaba investigando desde antes del homicidio de Paysandú.

Lo que pasa es que la manifestación de determinadas barbaridades no siempre, a veces sí, constituye un delito en el que uno pueda intervenir y llevar ante el juez para que actúe. Uno si interviene en eso y lo lleva ante el juez, él lo va a dejar en libertad porque es una barbaridad pero no siempre es un delito. Entonces, es difícil, eso se revisa continuamente y aparecen situaciones… Pero de este tipo, como el de Paysandú, no había.

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EC —El Guardián, esa nueva tecnología de seguimiento de redes sociales, correos electrónicos, comunicaciones, ¿está aplicándose para estas tareas de prevención?

EB —No, no se ha aplicado en esas tareas. El otro día me lo preguntaban y yo estaba en la duda, creo que dije que sí, pero no se está aplicando. También dije que con o sin su aplicación, el resultado es el mismo: El Guardián no agrega elementos nuevos sobre el resultado sino sobre el procedimiento para encontrar resultados, siempre lo he dicho. Es una garantía mayor para los ciudadanos porque permiten centralizar la escucha y que esta sea auditada. Pero si la investigación se hace con El Guardián o de la forma tradicional que existía antes, el resultado es el mismo, no cambia lo que se pueda encontrar.

El Guardián está en el último momento de ajuste entre todos los organismos que tienen que intervenir para que realmente existan las garantías que el sistema ofrece.

EC —¿O sea que no se está utilizando todavía?

EB —En este caso no.

EC —¿Cómo "en este caso no"?

EB —Todavía no se está utilizando. Está ajustándose entre los diferentes organismos, porque no depende solo del Ministerio del Interior. Hay un ajuste que falta completar todavía.

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NICOLÁS BATALLA (NB) —Usted ha dicho que el ministerio tiene identificado un grupo de extremistas en Uruguay y que le sigue los pasos. ¿Cómo es esto, de qué tamaño es este grupo, estamos hablando de extremistas vinculados exclusivamente al islam?

EB —Yo lo que dije, que apareció ayer, era [en referencia a] un grupo de nazis, no vinculado al islam.
Yo he estado en foros internacionales [en países] donde este problema está candente en forma mucho más fuerte que en Uruguay. Y aún en los países de más riesgo ellos señalan una diferencia entre el islam, que es una cuestión religiosa, y lo islámico, que es una cuestión organizativa [en referencia al fundamentalismo islámico], que tiene elementos del islam pero no es el islam. En esos foros yo he visto a países que profesan el islam o a personas que representan al islam y hablan contra lo islámico, o sea que no es sencilla esa… Uno no puede decir que todo el que profesa el islam es un riesgo, porque no lo es. Algunos que se organizan…
Ayer yo escuchaba en una noticia que había un integrante de [el grupo jihadista] Estado Islámico que se separó y dio un pendrive con una cantidad de integrantes, creo que 20.000…

NB —22.000.

EB —Ahí va, y una de las razones por las que se sentía defraudado es porque se hacía un uso indebido del islam. Entonces, uno no puede caer en esa confusión de que el islam es el problema, que no es el islam sino los que hacen de él un uso absolutamente político para proclamar el odio racial o desarrollar un estado que no tiene territorio… El tema es delicado y caer en esa confusión es peligroso.

NB —Un episodio como el ocurrido en Paysandú, ¿obliga al ministerio a tomar algún tipo de medida especial, diferente a las que ya se venían tomando en este sentido?

EB —No sé si diferentes, quizás orientadas en forma diferente. Yo ayer decía en la conferencia que la embajada de Israel es parte del Estado de Israel en nuestro país. Como todas las embajadas tiene una protección especial, y las que tienen un riesgo mayor por la situación internacional, tienen además una seguridad mayor. Pero los integrantes de la colectividad judía son ciudadanos uruguayos, no forman parte de ese Estado de Israel en nuestro país sino que son ciudadanos uruguayos. Cuando están en riesgo reclaman la protección del Estado uruguayo.

Ya ha pasado otras veces que, por una u otra razón, han pedido una protección especial -que puede ser por dos o tres días o una semana- y, en este caso, ante una situación de riesgo hipotético, planteaban mayor seguridad en escuelas, para niños sobre todo. Esa seguridad se dio y hay un dialogo en ese sentido.

Además, insisto, el Comité Central Israelita siempre planteó lo mismo, y tienen razón: son ciudadanos uruguayos, ellos dependen de la seguridad que pueda dar el Estado uruguayo y no de la que puedan recibir de un Estado diferente, como es una embajada.

 

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Transcripción: Andrea Martínez

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