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La Mesa TIC, martes 18 de abril

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EC —Aclaraciones a propósito de innovaciones.

MM —Comentábamos que la definición más simple de innovación es: aquello nuevo que agrega valor para el cliente. Pero por ejemplo la ANII tiene cuatro temas de innovación que son importantes: la innovación en producto, la innovación en proceso, la innovación en comercialización o innovación en modelo de negocios, como se la conoce, y la innovación en organización. Y Pablo hacía referencia a que también son muy importantes las innovaciones en procesos, no solamente aquellas en nuevos productos, que son las que todo el mundo ve, sino los procesos internos en las organizaciones que conducen a innovaciones relevantes, en particular en la reducción de costos y en la modificación de los procesos de producción. Piensa simplemente en lo que son las impresoras 3D o la robotización, allí estás pensando en innovación en procesos y modificación de los procesos internos.

EC —¿Algo más en este sentido?

GDM —Tú preguntaste cómo hacían las empresas TIC o en general para innovar.

EC —La pregunta antes es cómo se entiende que en las empresas TIC sea necesario desarrollar la cultura de la innovación. ¿No es una paradoja eso?

GDM —Sí. Ellas de por sí se orientan a problemas, y tienen un ADN que va de la mano con el proceso creativo. Creo que las que más rápido están innovando son aquellas que logran sistematizar el proceso creativo. En eso tiene mucho que ver el pensamiento de diseño, de alguna manera los pasos que se hacen en el proceso del diseño se pueden sistematizar. Cada una de las empresas tecnológicas va a encontrar su forma o su metodología para innovar, pero las que realmente logran sistematizar este proceso son las que consiguen estar todo el tiempo generando nuevos productos, nuevos servicios o incluso innovando en modelos de negocios.

EC —¿Eso de sistematizar la innovación no empieza con la empresa misma, no necesariamente?

MM —Volviendo atrás, por qué es necesario incentivar la innovación o por qué ya no está de por sí en cualquier empresa, cualquier organización tiene una tendencia a buscar su zona de confort, ya sea una organización de TIC o cualquier organización. Y la innovación generalmente es sacarnos de esa zona de confort. Entonces siempre hay que estar haciendo ese esfuerzo constante para salir de la zona de confort, y eso les pasa también a las empresas TIC. Como decía Marcel, quizás haya hoy una empresa de software que esté en el proceso de manufactura, y le vaya muy bien, esté haciendo muy buen negocio, siga creciendo, entonces puede ser un poco raro que alguien venga y le diga “cambiá la manera de hacer las cosas”. ¿Para qué las voy a cambiar si lo estoy haciendo bien? Siempre vamos a tener esa necesidad de estar incentivando y recordando la necesidad de innovar, en cualquier empresa, porque, a pesar de que Omar dice que el ser humano de por sí es innovador, por otro lado el ser humano y la organización siempre tienden a quedarse en la zona de confort. Sobre eso hay que trabajar.

OB —Lo que hace difícil todo este tema de la innovación es que no hay una metodología para innovar. Si hubiera una metodología para innovar, el que la tuviera sería el rey de la innovación y resolvería todos los problemas de la innovación que nos pudiéramos imaginar. Y eso no es así. No existe la metodología, y cuáles son los orígenes de la innovación es un tema que los investigadores tratan de determinar si es el que está usando los productos, si es el que los fabrica, si es el que los mira de afuera y toma decisiones. Es un problema complejo, por eso hay que incentivar en las organizaciones la necesidad de estar innovando permanentemente para no caer en la zona de confort.

EC —En la universidad, en las carreras vinculadas con este rubro en concreto, tecnologías de la información y comunicaciones, ¿hay cursos, hay materias, hay formación en innovación?

PB —Marcel es el experto, pero sí, cada vez más. Hace 10, 15 años posiblemente había cero de eso, tampoco enseñaban mucho emprendedurismo ni nada de eso. Son dos cosas que están avanzando. Como decía Omar, es difícil definir cuál es la metodología de innovación, pero existen metodologías. Ahora está muy de moda el design thinking, está todo el tema de lean startup y lean todo. Son metodologías nuevas que van surgiendo, que tratan de ayudar en el proceso de innovación. No todos somos Steve Jobs o Ellon Musk o Bill Gates, hay genios que pueden innovar sin tener una metodología, para la mayoría de los mortales es más difícil. Entonces hay ciertas cosas que no tienen un éxito asegurado pero ayudan. Por ejemplo, el tema de tener gente diversa alrededor de un problema, que no sea una sola persona tratando de atacarlo.

EC —Me llamó la atención cómo en Estados Unidos, a partir de la presidencia de Donald Trump, empresas vinculadas con este sector de las TIC, Silicon Valley, etcétera, saltaron cuando se intentó implementar las normas restrictivas de la inmigración. Salieron a decir “para nuestro negocio es fundamental contar con gente que venga de distintos orígenes”. ¿Ahí hay un alimento para la innovación?

MM —Cien por ciento. Creo que hay dos cosas, una es que la diversidad es un alimento para la innovación, y la otra es que para las empresas de Silicon Valley, más allá de la innovación, es una capacidad de ejecución. Son cientos de miles de visas de ese tipo que se les dan a indios, chinos, que más allá de la innovación, que la tienen, son científicos de alto nivel y los precisan en Silicon Valley.

GDM —Omar decía que es imposible sistematizar la innovación. En realidad sí se puede sistematizar un proceso creativo, es posible que la empresa esté internamente todo el tiempo focalizándose en problemas nuevos, en desafíos nuevos, y eso tiende a tener un patrón común y una metodología que cada empresa va encontrando en su ADN. Si no, hasta Google se habría quedado en el tiempo. Pero es verdad, no tenemos la receta mágica que digamos “con esto sí podés innovar”. Como decía Pablo, design thinking y todas esas metodologías vienen a aportar eso, a sistematizar la forma de pensar de un creativo.

***

EC —Decíamos que las empresas del sector TIC no necesariamente tienen un método, un sistema de innovación. ¿Cómo se hace entonces? ¿Cómo se crea la cultura de la innovación? Y lo digo para este rubro, pero con la esperanza de que les interese también a otros sectores de actividad que están escuchando.

GDM —Pablo decía que es como una lucha, que una empresa que consigue una facturación respetable tiende a quedarse en su zona de confort. Pero va a depender mucho del ADN de los CEO de esa empresa si vuelve a ese proceso, si busca una nueva oportunidad, un nuevo problema para empezar de nuevo el ciclo creativo, para buscar e identificar un nuevo segmento de clientes o de repente un nuevo producto o servicio. Yo siempre digo que es la lucha entre lo racional y lo emocional, entre sentir que te estás quedando, que te estás metiendo en un sistema medio de Taylor, que estás maximizando ganancia haciendo siempre lo mismo, o buscar de nuevo ese lado más artístico para sacarte de nuevo de la zona de confort.

EC —Utilizaste la palabra artístico, que da vueltas en mi cabeza desde hace rato. Hay algo de artístico entonces.

GMD —Sí, muchísimo. El proceso creativo es como una sensación de caos organizado, tú estás todo el tiempo sacándote de un proceso que es racional hacia un proceso más artístico, pero de alguna forma vas entendiendo dónde está el próximo hito, cómo aterrizás, cómo pasás de un estado de divergencia a convergencia. Porque lo que más cuesta es eso, pasar de un estado de ideación y divergencia a algo concreto. Ahí es donde fallan la gran mayoría de las empresas en el proceso de innovación, al fin y al cabo no se concreta nada. Entonces mucha desilusión, mucha pérdida de tiempo, mucho presupuesto invertido, y no es una cosa de prueba y error, ensayo, prueba y error, ensayo. Creo que esa sensación de caos organizado tiene que existir en la empresa cuando es una empresa que realmente tiene una cultura y un ADN creativo.

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