Entrevistas

Crean marcapasos pulmonar para bajar mortalidad de pacientes conectados a respirador artificial [21.12.2010]

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AH —Hay un estudio publicado en 2008, que ya es muy conocido, ha tenido más de 120 citas, que demuestra que en 14 pacientes que estudiaron, que murieron en el hospital y estaban siendo ventilados, entre 18 y 69 horas en total, en ese rango de promedio, cada fibra muscular del diafragma se había atrofiado un 57%, a menos la mitad de su tamaño cuando se hizo la histología. Un músculo que se atrofia pierde fuerza, lógicamente, y se fatiga más rápidamente. Esa es una buena parte de la razón por la cual cuando un paciente trata de respirar nuevamente después de haber estado conectado a un ventilador por varios días no tiene la capacidad de hacerlo, o lo puede hacer por unas horas y el músculo se fatiga, se cansa, ya no puede más y hay que darle descanso, pero durante el descanso se vuelve a cero, porque se conecta de nuevo el respirador. La sedación es importante porque los pacientes entran en pánico cuando están conectados a la máquina, así que esa es la manera de tratarlos, sedarlos y empezar de nuevo al día siguiente, pero en muchos casos no funciona más.

EC —Usted dice que eso que podría llamarse “descanso”, que es volver a conectar a ese paciente que logró salir del ventilador artificial en determinado momento, para que no se fatigue tanto, es contraproducente.

AH —Lógicamente es contraproducente. El descanso se hace con la mejor intención, pero no es lo que necesita el músculo, el músculo necesita trabajar.

EC —¿Cuál fue entonces, a partir de esa situación que tuvo que enfrentar por razones personales, nada menos que por el momento por el que estaba pasando su madre, la solución que empezó a idear?

AH —Yo ya conocía un aparato que existe hace 30 años y que se usa en casos bastante poco comunes, creo que hay menos de 2.000 pacientes implantados en todo el mundo con este aparato, que es un marcapasos pulmonar, pero implantado de por vida, para gente que necesita ventilación permanente. Y puede ser gente joven, pueden ser chicos.

EC —No sabía que existía un marcapasos pulmonar de implantación permanente. Usted dice que sí está disponible, que está instalado en pocas personas, supongo que tiene un costo muy alto también.

AH —Creo que el aparato vale 50.000 dólares y la intervención es cara, porque hay varias horas de cirugía, es complicado, hay que hacerlo con anestesia general, hay que encontrar los nervios frénicos, que están dentro del pecho, hay cierto riesgo en dañarlos, hay riesgo de infección, hay que poner un electrodo alrededor de cada uno de los dos nervios frénicos. Esto es permanente, no es una cosa temporaria que después se puede sacar, una vez que está dentro queda dentro. Le ha salvado la vida a la gente que lo ha podido usar, hay gente que ha vivido con este aparato 20 o 30 años, pero son pocos los casos. Un caso fue el de Christopher Reeve, Superman, que tuvo un daño a la médula, quedó cuadripléjico, ya no podía respirar naturalmente, estaba conectado a un respirador y en su último año le conectaron un marcapasos un poco diferente del que expliqué, pero muy parecido, permanentemente implantado. En este caso son electrodos dentro del diafragma mismo, pero también se requieren varias horas de cirugía.

EC —A partir de ese antecedente, de esa tecnología que sí existe pero que implica una instalación permanente, usted se puso a trabajar en una aplicación más ligera.

AH —Lo primero que hice fue llamar a la gente en Ohio que está produciendo este aparato para preguntar si mi mamá podría ser candidata para este aparato. Y me dijeron que de ninguna manera, que un paciente crítico en un CTI nunca será un candidato porque no puede tolerar el nivel de anestesia y de cirugía. Ahí me puse a pensar que tenía que haber una solución más simple. Uno ve todos estos pacientes, gente joven, había un muchacho de 18 años que había tenido un accidente de moto que estaba tratando de destetarse una vez que se había recobrado del trauma. Gente de toda edad, pero toda con la misma lucha. Y todos tenían tubos por todos lados. Ahí me di cuenta: la ruta de entrada subclavia, que es una vena grande debajo de la clavícula, para los electrodos de marcapasos del corazón; si uno entra por ahí pasa por los dos nervios frénicos, primero uno de un lado y después otro del otro, en la vena cava superior. Entonces si uno diseña un electrodo con ciertas propiedades, estaría muy bien puesto ahí para estimular estos nervios sin tocar otros nervios, sin tener que verlos, o sea que es una línea intravenosa, es simplemente eso, pero con ciertas propiedades.

EC —Una línea intravenosa…

AH —Es como un catéter, que igual se los ponen, todos estos pacientes tienen catéteres por varias razones.

EC —Sería un catéter más.

AH —Este es un catéter que tiene ciertas propiedades.

EC —Con ventajas muy importantes.

AH —Sí, está diseñado para estimular los nervios frénicos de una manera segura, y con corriente muy baja, porque si la corriente es alta entran otros problemas, uno empieza a estimular cosas que no quiere estimular, como otros nervios, los nervios vagos, que no están lejos. Entonces el electrodo tiene que tener ciertas propiedades. Esta es mi especialización de 30 años, yo diseñé electrodos para estimular nervios, aunque estos electrodos rodeaban los nervios, ahora diseñé un electrodo que está muy cerca de los nervios pero dentro de una vena. Y tiene la gran ventaja de que se puede poner y sacar muy fácil, sin cirugía, simplemente con una anestesia local. El paciente está despierto, está en la misma cama del CTI, no necesita ir a cirugía, es un pinchazo, es como otra intravenosa.

Entonces, cuando volví de estar con mi mamá, que nunca más salió del hospital, lamentablemente, mandé una patente en enero del 2007, y esto empezó todo este estudio.

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