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La Mesa TIC, martes 11 de julio

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EC —Ahora, ¿qué es lo que ocurre hoy con los jóvenes de nuestro país? ¿No están al tanto de las posibilidades laborales que ofrece este sector, o están al tanto pero no les interesa?

MÓNICA SILVESTRI (MS) —Ahí puede haber como una mezcla. Por un lado, no falta de información sino la información equivocada, como que ciertos estereotipos que por ahí los jóvenes ven en películas, que marcan un perfil que justamente no es, sino todo lo contrario…

EC —¿Qué estereotipos?

MS —Por ejemplo, el nerd, la persona encerrada en un lugar programando o, como le dicen los jóvenes, “picando código”. Eso no es así en realidad, ahí quizás falta acercar al verdadero ambiente de trabajo que le espera a alguien que estudie TIC.

EC —Ese es un inconveniente, ¿qué más?

IRENE GONZÁLEZ (IG) —Yo no estaría tan segura de que no conocen las oportunidades que tienen, creo que es un balance entre la inversión o si consideran que tienen la capacidad para llegar, un poco lo que decía Mónica de ese mito…

EC —¿Existe la impresión de que esta es una carrera difícil?

IG —De que es una carrera difícil, está el cuco de las matemáticas… eso está presente. Nosotros justo estamos embarcados en un proyecto con la CUTI que se llama Jóvenes a programar y apunta a formar a 5.000 jóvenes en el área de programación para que puedan insertarse laboralmente en esta u otras industrias o seguir formándose en las distintas opciones que hay. La verdad que cuando hicimos la primera convocatoria, que aspirábamos a lanzar con 1.000 jóvenes, tuvimos más de 12.000 inscriptos. Hubo muchísimo interés.

EC —¿Y qué interpretación hicieron?

IG —Bueno, yo creo que también está el “para qué”, esto creo que lo vincularon directamente con una oportunidad laboral entonces había distintos tipos de perfiles, veíamos gente que estaba estudiando otras cosas y veía la oportunidad de reconvertirse profesionalmente, también a muchos chiquilines que estaban saliendo del liceo y lo veían como un primer paso para saber de qué se trataba. También vemos en los 1.000 jóvenes que están cursando que la motivación que tienen y el qué viene después es algo que está muy presente.

AG —Como bien dice Irene, hay un mito sobre lo difícil que es esto y nosotros con Jóvenes a programar tuvimos un problema que fue el primer filtro, que fue poner un test y hubo gente que no se presentó simplemente porque había un test.

EC —Solo por el test?

AG —El primer filtro fue el test…

EC —¿Se “achicaron”, como quien dice?

AG —Pero no fue aprobar o no, fue simplemente no hacerlo.

IG —Y agrego un componente que tiene que ver con la brecha de género también, las mujeres se autoexcluyen muchas veces de estas oportunidades, lo visualizan como algo más de hombres. En esto del test fue clarísimo, las mujeres fueron la mayor parte de quienes se bajaron y no se presentaron.

EC —Eso en general está pasando en el sector de las TIC: ¿70 % son hombres?

AG —La cifra, por más que nos esforzamos, está clavada ahí.

EC —Ahí hay un desafío extra que es convencer a más mujeres jóvenes de que se vuelquen para este lado. Todo esto que están diciendo llama la atención en un momento en el que, justamente, los jóvenes están completamente inmersos en la revolución de las TIC como usuarios, desde el smartphone en adelante, y cuando el Plan Ceibal ha universalizado el acceso a las tecnologías. ¿Cómo se entiende eso?

MS —Pasa que las personas -en general, no solo los jóvenes- se apropian de la tecnología, que es algo diferente, acá estamos planteando el back end, lo que está por atrás de eso. Son buenos usuarios de tecnología, es impresionante la destreza y la capacidad que tienen, pero eso es apropiarse, nosotros lo que estamos planteando es que sean generadores de esa tecnología.

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