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Panama Papers: Revelaciones harán desaparecer “industria” offshore dedicada a la evasión fiscal

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El mundo se vio sacudido ayer por la divulgación de millones de documentos del estudio panameño Mossak Fonseca, firma especializada en la creación de sociedades anónimas “de papel” utilizadas para evadir impuestos y lavar dinero.

El colaborador de En Perspectiva y experto en prevención de lavado de activos, Leonardo Costa, dijo que la publicación de estos documentos “muestra a la gente acaudalada que ya no puede ocultar su patrimonio a través de estructuras jurídicas que no fueron declaradas en su país de origen”.

EN PERSPECTIVA
Lunes 04.04.2016, hora 7.52

EMILIANO COTELO (EC) —Ayer, domingo, estalló a nivel internacional el llamado “Panama Papers”, un escándalo basado en información filtrada a la prensa que recuerda al caso WikiLeaks y que salpica con sospechas de negocios turbios a personalidades de todo el mundo.

Una investigación periodística apoyada en documentos de una firma de abogados panameña expuso presuntas maniobras de evasión tributaria y lavado de activos que habrían sido realizadas a través de paraísos fiscales. Entre los nombres de los clientes del bufete estos figuran presidentes, como el argentino Mauricio Macri o el ruso Vladimir Putin, estrellas del fútbol, como Lionel Messi o Michel Platini, y también del cine, como Pedro Almodóvar.

La denuncia fue posible por el acceso a infinidad de archivos pertenecientes al estudio jurídico Mossack Fonseca, con sede en Panamá. Los documentos fueron analizados de forma coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y comenzaron a ser revelados en la víspera por más de cien medios de comunicación, entre ellos La Nación de Buenos Aires, Le Monde de París, la BBC de Londres y The Guardian, la cadena Univisión y, en España, El Confidencial y La Sexta.

¿Qué es esto, qué consecuencias puede tener? Vamos a conversar con el doctor Leonardo Costa, que integra La Mesa de En Perspectiva. Lo llamamos en su condición de profesor de Fiscalidad Internacional y de Derecho Financiero en la Universidad Católica del Uruguay. Además, es consultor en prevención de lavado de activos.

¿Por dónde empezar? Es un caso bien complejo que tiene jerga técnica en el camino…

LEONARDO COSTA (LC) —Si, primero empezar que lo de ayer es simplemente la punta del iceberg, porque es tanta la información de 11 millones de documentos, de 40 años, que sin duda puede surgir mucha más información.

EC —Se adelanta que vienen nuevos artículos, ayer fue la primera tanda.

LC —Y quizás lo más rimbombante de todo por las personas que están atrás y por la avidez periodística que esos nombres traen.

¿Por dónde empezar? Primero que nada decir que Panamá fue durante muchísimos años el centro offshore por excelencia. Se utilizaban sociedades panameñas tanto para planificación patrimonial, cuando las personas querían que su patrimonio estuviera a resguardo de acreedores o de eventuales cuestiones familiares o fiscales. Por muchos años fue a donde la gente rica del mundo recurría, además de muchas otras jurisdicciones.

Eso en sí mismo, per se, no tiene ningún problema: la utilización de estructuras de este tipo es legítima. ¿Qué fue lo que cambió en el mundo en los últimos diez años para que esto hoy sí resulte ser, al menos, un problema? Primero que nada cambió que el mundo pide transparencia: el hecho de que yo tenga una sociedad en Panamá no es ningún problema siempre y cuando la declare en el lugar donde soy residente. Ese es el primer problema, si no la declaro, naturalmente, podré estar cometiendo una evasión fiscal en el país de residencia. Por ejemplo, si soy español, tengo una sociedad panameña y no la incluí en mi declaración jurada fiscal española.

Lo otro es que toda la industria de la prevención del lavado de dinero y las regulaciones de las leyes anti lavado, exigen una clara demostración del conocimiento del cliente, el propósito de la utilización de la sociedad y no solo el origen del dinero sino también de la riqueza por la cual se está utilizando esta sociedad. Eso, naturalmente, hace 40 años era otro mundo. Hace solo diez años era otro mundo. Antiguamente cuando se hacía aprehensión de lavado de dinero solo se pensaba en narcotráfico, sin embargo hoy ya no solo es narcotráfico sino que también es estafa, delitos fiscales, etcétera. O sea que también eso, mirándolo en retrospectiva, antiguamente no era un problema grave y hoy sí resulta serlo en vista a los fiscos y a las autoridades anti lavado.

Ese es el primer drama que genera este Panama Papers: se ubican los ojos de hoy sobre estructuras armadas en el pasado.

EC —Recordemos, en línea con lo que venías señalando, toda la campaña que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha llevado adelante y que, en buena medida, apunta a que los países integrantes de esa organización recuperen recaudación fiscal que se  les está yendo por estas vías.

LC —Exactamente, la OCDE en los últimos años exigió transparencia en la información. Hay un segundo tema, sobre el cual en 2015 se terminaron de realizar todos los documentos, que es exigirles sustancia: que no solo se tenga una sociedad en un lugar sino que esté acompañada, por ejemplo, por una estructura comercial, jurídica, personas, capital, riesgos, activos, etcétera. Eso también hace que yo no tengo problema en utilizar estas sociedades siempre en cuanto estén acompañadas y no sean simplemente un papel.

Esto la OCDE lo hace con dos propósitos: por un lado salvaguardar la base tributaria del país de residencia, como tú muy bien decías, pero también por otro lado también está el nuevo desafío que está planteando la OCDE: asignar renta a donde se genera valor. Esto quiere decir que por más que yo tenga una estructura en un país equis la renta va a ser asignada al lugar en donde efectivamente se ha generado el verdadero valor, no el papel, o sea, donde está la sustancia. Ese es todo un nuevo fenómeno que implica una deslocalización de rentas en función del valor que se va aportando.

Cuando uno mira todas estas estructuras, naturalmente, en la gran mayoría, no aportan mucho valor. El desafío de aquí en más de toda la industria offshore es, justamente, ser tax compliance, es decir, tener cumplimiento fiscal de los clientes, que hayan declarado correctamente las estructuras que están formando en los países de origen, y además dotarlas de una estructura suficiente como para poder asignarle renta a esta nueva estructura en el lugar en el que se ha constituido.

EC —Estaba mirando el sitio web de El Confidencial de España, uno de los medios que ha estado publicando desde el día de ayer estos Panama Papers. Allí hay una nota que incluye diez claves para entender la investigación. La segunda explica qué es Mossack Fonseca: “Es un despacho de abogados creado en Panamá en 1986, cuando el panameño Ramón Fonseca y el alemán Jürgen Mossack unificaron sus dos bufetes bajo un mismo nombre. Al día de hoy, tiene presencia en todos los continentes […] y está especializado en derecho comercial y creación de estructuras internacionales. Es el segundo bufete de Panamá por incorporación de sociedades en el registro mercantil local y una de las cinco mayores firmas del mundo en creación de compañías offshore. El despacho ha sido acusado en varias ocasiones de ayudar a ciudadanos de otros países a evadir sus impuestos. El pasado mes de febrero, la policía brasileña ordenó detener a cinco empleados del despacho por su implicación en el esquema de blanqueo de dinero por parte de directivos de la empresa pública Petrobras”.

LC —…Por eso decía que Panamá en esto tiene mucha historia. De hecho, tan es así, que en los últimos años tanto el Grupo Acción Financiera Internacional, el GAFI, como la OCDE, le han venido exigiendo cambios estructurales. En febrero de este año panamá salió de la lista gris de GAFI y pasó a ser un país más cooperante, o sea, dejó de estar en la peor de las listas en función de tres o cuatro cambios que ha hecho. Entre ellos está el haber modificado su ley anti lavado o crear una súper intendencia de servicios no financieros, como pueden ser los servicios fiduciarios de los que estamos hablando, que van a pasar a ser regulados como si fuera la súper intendencia de bancos. Eso, que Uruguay lo acaba de hacer en la ley de presupuesto, es una de las grandes exigencias que GAFI está estableciendo para todos los países que tienen estructuras jurídicas: dígame si usted lo regula, si lo supervisa, y si conoce quién está detrás de estos negocios.

Panamá venía haciendo un gran esfuerzo. También en febrero la OCDE aprobó el pasaje de la primera etapa del mecanismo de cooperación diciendo que panamá había hecho esfuerzos importantes.

Uno de los esfuerzos que se le había exigido a panamá es que, por ejemplo, cuando se utilizaban sociedades al portador los bufetes de abogados, como Mossack Fonseca, debían resguardar el conocimiento no ya del accionista sino del beneficiario final, es decir, quién es el verdadero controlador de esa estructura jurídica.

EC —Aclaremos este punto. ¿A qué alude, a la posibilidad de que estas firmas estén en los papeles dirigidas por hombres de paja?

LC —Exactamente: por testaferros u hombres de paja. La idea es: se puede tener un testaferro, pero se tiene que conocer, y tiene que estar en poder de estas estructuras jurídicas, como Mossack o cualquier otra de ellas, el beneficiario final, es decir, quién realmente está atrás de esa estructura.

Naturalmente eso implica un gran cambio, porque ya no se van a poder utilizar, como se hacía antes, para, por ejemplo, escapar de los fiscos.

EC —¿Definitivamente esa es una posibilidad que desaparece ahora?

LC —Yo creo que sí, porque este mundo offshore así como estaba concebido hace unos años tiende a desaparecer y va a desaparecer. ¿Por qué? Porque justamente… ¿Cuál es para mí el efecto principal de los Panama Papers, más allá de lo puntual, de que pueda haber una investigación criminal contra una u otra persona? Es mostrarle a la gente acaudalada que ya no se puede ocultar a través de estructuras jurídicas si estas no fueron declaradas en el país de origen.

Porque además, de la mano de esto y del riesgo reputacional, está cómo van a trabajar los bancos después de este episodio. En Europa, por ejemplo, a los clientes que no tienen declaración de residencia fiscal en una jurisdicción y que han pagado sus impuestos los están invitando a salir, los están echando directamente. El BBVA y el HSBC se fueron hace unos años de Panamá porque la asociación de este país con estas estructuras hacía que el riesgo reputacional fuera muy alto.

Por lo tanto, Panamá tiene un gran desafío, ya lo ha venido enfrentando y el presidente [Juan Carlos] Varela, sin duda, lo encaró desde el primer día como debía hacerlo. Pero la industria…

EC —Sí, ayer mismo, cuando detonó esta bomba, Varela declaró que en sus 21 meses de gobierno ha demostrado un absoluto compromiso con la transparencia en los servicios legales y financieros, que lidera una política de cero tolerancia ante cualquier aspecto de sus sistema legal o financiero que no se maneje con altos niveles de transparencia y que está dispuesto a colaborar de la manera más vigorosa con la Justicia si se les presentan solicitudes.

LC —Sin duda, el presidente de Panamá… los críticos dicen que lo hace porque el GAFI y la OCDE lo están exigiendo y lo están acorralando, los defensores dicen que es porque él cree en eso. Sea por una o por otra, la realidad es que el panamá ya no es el país de hace diez o cinco años sino que enfrenta la incorporación de esa jurisdicción a lo que es el mundo actual. Absoluta transparencia fiscal, persecución criminal contra el lavado de dinero proveniente de delitos fiscales y, sobre todo, por un riesgo reputacional creciente -que es la información que sale, por ejemplo, en estos Panama Papers-, de personas que eventualmente han ocultado su patrimonio detrás de estructuras jurídicas no declaradas.

EC —Uruguay conoce de todos estos temas; nuestro país supo estar colocado en la categoría de paraíso fiscal y tuvo que encarar ante la OCDE las gestiones para salir de esa situación.

LC —Yo en el año 2006 participé en la comisión de modificación del impuesto a la renta y una de las cosas que se hizo ahí, yo era de los que más me parecía que teníamos que hacerlo desde mucho antes, fue la eliminación de las SAFI. Todo el mundo recuerda las famosas Sociedades Anónimas Financieras de Inversión, que tenían como propósito básicamente actividades fuera del país y no activos en el país. ¿Por qué en ese momento Uruguay lo eliminó, hacia 2010? Porque ya se veía que este proceso era inexorable. Desde que el mundo empezó en 2003 a participar del Foro Global sobre Transparencia de la OCDE, y Uruguay lo hizo, era evidente que había cosas que ya no iban a ser como antes. Una era el secreto cambiario y otras eran las estructuras offshore que no estuvieran declaradas en los países de origen porque, por lo pronto, daban poco valor y tenían problemas reputacionales.

Ahora, el escucha podrá decir: ¿No existe algo más? Bueno, existe un gran paraíso fiscal hoy por hoy que sigue siendo Estados Unidos…

EC —Eso es algo que capaz que el oyente no se imagina.

LC —Sí, porque justamente Estados Unidos a través de las LLC, Limited Liability Company, por ejemplo, de estados como Delaware, son básicamente estructuras offshore. La defensa que muchas veces Estados Unidos y la propia Europa, que también tiene sus estructuras -por ejemplo, en Reino Unido hacen-, es: “Ah, bueno, pero nosotros les exigimos que declaren la residencia fiscal del beneficiario final y que las declaren como patrimonio en sus países de origen”. Es cierto, pero sin duda hay un tema de reputación: si todo el mundo dice “Yo tengo una estructura en Estados Unidos” versus “Tengo una estructura en Panamá”, por razones hasta de tamaño los bancos suelen ser más flexibles con esas estructuras estadounidenses.

Por otra parte, otro cambio más que no quiero dejar de mencionar es la eliminación de las acciones al portador de forma gradual. Acá en Uruguay es una cosa muy especial pero en el mundo se va hacia las acciones nominativas.

EC —O sea, acciones cuyos propietarios se conocen con nombre y apellido.

LC —Se puede decir: pero pongo a una persona, a un testaferro. Perfecto, pero se tiene que conocer el beneficiario final.

EC —¿Cómo se entiende un destape de documentos como este que acaba de ocurrir, una filtración de semejante volumen, aparentemente la mayor de la historia?

LC —Primero hay que entender que esta información es obtenida de forma ilegal o a través de algún ex empleado de este bufete que en forma ilegal obtuvo la información y se la dio a algún periodista, o un hackeo. Eso es lo que no sabemos todavía, ¿no?

EC —Bueno, el estudio había avisado a sus clientes que sabía que sus sistemas habían sido objeto de una intervención, aunque no conocía el alcance. Ya estaba al tanto de que algo de esto podía ocurrir.

La duda es quién fue. Por ejemplo, ¿fue un idealista que quiere denunciar prácticas como las que están de por medio en estas sociedades?, ¿fue el servicio de inteligencia de un país, de un gobierno, interesado en recuperar facturación?

LC —Bueno, las dos son posibles porque no sabemos la respuesta. También es cierto que esta información que se está filtrando no es inocua desde el punto de vista de lo que se da. Por lo menos la primera etapa de lo que se dijo. Acá fíjense que se está enumerando a 74 líderes mundiales y la primera mención es a Putin. Se está nombrando al sector fútbol, porque en definitiva después del Fifagate está muy golpeado. O sea… la primera filtración de información sin duda tiene un interés o un foco muy específico.

EC —¿Tú decís que puede haber incluso motivaciones políticas?

LC –Eventualmente puede haberlas, yo lo desconozco. La realidad es que la información está, entonces ahora la gente se puede preguntar: si esta información fue obtenida de forma ilegal, ¿puede ser utilizada por un fisco, por ejemplo? Ahí hay todo un tema, hay una teoría que dice que el fruto del árbol prohibido no se puede utilizar, es decir, cuando yo obtengo información en forma ilegal no la puedo utilizar en un juicio. Ahora, la realidad es que sí o no la información está, se conoció, y quien decía tener una estructura y la tiene, hoy tiene un problema, si no es con el fisco es hasta con su reputación, porque el gran nuevo riesgo de este mundo es justamente el riesgo reputacional, que hoy salga nombrado.

Eso presenta un nuevo desafío: ¿por el mero hecho de alguien ser nombrado, es culpable? Evidentemente que no, porque también se obtuvo documentación de mails que se enviaban, por ejemplo, de una persona que contrataba los servicios de esta firma y le decía: “Mirá, detrás de esto va a estar fulano, te pido confidencialidad”. El problema está en que el mero hecho de aparecer en un diario ya causa un problema.

EC —El mensaje sería: no hay secreto, se acabó; el que creía que podía operar de esta forma, amparándose en la reserva y en estas estructuras legales y jurídicas, que en principio eran viables, igual puede ser denunciado públicamente por mecanismos como este. O sea, si no se transparenta la actividad por la vía completamente formal, existe esta otra,  "la informal"…

LC —Yo creo que ese es el principal mensaje. Yo te lo decía hoy desde el punto de vista de los cambios de la OCDE, pero la realidad es que en el mundo actual, donde tanta información… a su vez esa información genera debilidades por cuánto se protege…

La realidad es que yo tengo que partir de la base de que lo que estoy haciendo puede ser conocido por un fisco y, por lo tanto, tengo que darle buen origen y ser tax compliance, cumplimiento fiscal, de cualquier cosa que estoy haciendo, porque de lo contrario voy a tener un problema. Dicho de otra forma: la industria offshore basada en el secreto, a mi juicio, va a dejar de existir.

EC —Claro, es un contexto en el cual, o por la vía de los acuerdos internacionales o por la de los hechos, a las trompadas, hay que transparentar el funcionamiento de las sociedades.

LC —Sin dudas, esa es la enseñanza. Ya lo era con WikiLeaks o cuando se dieron a conocer los documentos del banco HSBC, etcétera. La realidad es que hoy por hoy si voy a abrir una cuenta bancaria o voy a utilizar un servicio fiduciario, y no declaro el origen fiscal, lo más probable es que no me estén abriendo cuentas ni dando servicios en un montón de jurisdicciones.

En Uruguay lo vamos a vivir cuando se modifique el secreto bancario y cuando se vaya hacia la incorporación del delito fiscal, pero ya hoy por hoy Uruguay cambió muchísimo en todos estos servicios. Esto es porque, en definitiva, los clientes son buenos o malos si tengo documentación de respaldo, si no la tengo, por muy buen conocimiento material que tenga, tengo un problema.

EC —¿Algo más que quieras agregar?

LC —Esto parece ser recién el inicio de todo esto, entonces estamos como descubriéndolo todavía. Estas son las primeras reflexiones que pude hacer desde ayer a las 18.00, cuando lo vi, hasta ahora.

Enlace externo
The Panama Papers, sitio web

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Transcripción: Andrea Martínez

Foto en Home Sede del estudio Mossack-Fonseca en Panamá. Crédito: Rodrigo Arangua/AFP Photo.

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