La audiencia opina…

La historia detrás de un "Promovido con 10″

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Diego es un estudiante de 15 años. Vive en Paso de Vela y no le es sencillo llegar cada día hasta su liceo, regresar a su casa, hacer un segundo viaje al pueblo para las clases de educación física o, cuando falla la conexión en su casa, instalarse en la plaza a bajar de internet la información para "hacer los deberes". Si el sacrificio termina en un "Promovido con 10″, con mayoría de calificaciones del 9 al 11, vale la pena conocer la pequeña historia de Diego.


Hoy, al despertarme y revisar los mensajes del celular, me encuentro con uno en el que había dos fotos; eran del boletín de calificaciones de Diego, un amigo e hijo de una amiga.

En la primera se leía: “Promovido con 10”. En la segunda, la descripción de las calificaciones de cada una de las materias, la mayoría de 9, 10, 11.

Viviendo en una zona de nuestro querido medio rural, una zona que quizás muchos oyentes no conozcan, una zona de tambos y queserías llamada Paso de Vela, y a varios kilómetros de la parada del ómnibus que lo lleva a 25 de Mayo, donde está su liceo, Diego tiene cero falta.

Se podría decir que no ha hecho más que cumplir con su obligación y sus responsabilidades, pero en su situación muchos hubieran abandonado. Viajar 10 km. en moto para dejarla en la casa de un vecino, esperar el ómnibus, muchas veces llegar al liceo y tener varias horas puente porque los docentes faltaron, podría desmotivar a cualquiera, pero no es el caso de mi amigo. Cuando en su casa la internet rural quedaba sin crédito, nuevamente hacía todo el trayecto hacia el pueblo para sentarse en la plaza (que tiene cobertura wi-fi), y allí sentado con su ceibalita buscar en internet la información que le habían indicado como tarea. En los días en que tenía educación física debía ir por la mañana, volver a su casa y a la tarde volver al liceo en el pueblo.

Sus papás, dedicados a la quesería artesanal, hacen un enorme sacrificio para que sus hijos estudien. No salen a pedir, no salen a manifestar, no hacen paros ni huelgas de hambre; trabajan de sol a sol al igual que muchas familias del medio rural de este país.

Quiero muchos Diegos en mi país, quiero muchachos con sueños, con objetivos, con ganas, y que a los 15 años no hacen otra cosa que cumplir con sus deberes obligaciones.

Merecidas vacaciones, Diego.

Lilian Chiappella
Vía correo electrónico


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