Por Eduardo Rivero /// El principio fueron los discos en mi dormitorio. Luego, los discos en los bailes del club de Marindia. Poco después, me llegó la posibilidad de ser discjockey en lugares célebres de la década del 70 como Lancelot y Zum Zum. Luego, la radio. La siempre soñada radio, que me cautivó desde…