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El diario del lunes
Ideas de contrabando

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Por Fernando Butazzoni ///

Los dirigentes sindicales de maestros y profesores, apoyados por otras organizaciones y por militantes de diversas banderas, señalaron en las últimas semanas al Gobierno, al que acusan de “criminalizar la protesta social”. Se suben así al carro de una corriente sociológica que ha sido elevada a la categoría de doctrina en otros países, que está de moda y es de lo más chic.

En el océano de palabras que cada día se dicen y se repiten, esta dura frase pasó sin mayores reflexiones críticas por variados ámbitos, desde el PIT-CNT hasta la cúpula del Frente Amplio y la Universidad de la República. Algunos reclamaron por lo bajo, otros se hicieron los distraídos. Nadie encaró el debate ideológico que correspondía.

Es necesario detenerse a pensar en la referida afirmación. Y debe hacerse con cuidado, pues no se trata de una consigna del momento, sino de una acusación muy seria que hace a la esencia misma de la izquierda uruguaya y a su expresión política más concreta: el Frente Amplio. Es, en efecto, un gobierno del Frente Amplio el que supuestamente “criminaliza la protesta social”.

En primer lugar, coincido con que hay una criminalización. Solo que, en mi opinión, quienes criminalizan son aquellos que perpetran actos criminales durante las movilizaciones. Todos vimos por televisión lo ocurrido a las puertas del Codicen. Todos vimos ese cascote del tamaño de un adoquín volar de las manos de un manifestante a la cabeza de otro manifestante, quien resultó seriamente herido. Todos vimos los graffiti en los mármoles del Palacio Legislativo. Allí se escribió, y todos lo vimos: “Gobierno puto”, “Tabaré Astori Murro son unos mierda”, etc.

Esto lleva al segundo análisis sobre la supuesta “criminalización de la protesta social”. Resulta notoria la desconexión de los dirigentes de los gremios en conflicto con sus propias bases. Hace pocos días, una concentración en la explanada de la Universidad reunió a menos de 100 personas, la mayoría de ellos activistas ajenos a los sindicatos docentes. El pasado jueves, una manifestación de rechazo a los procesamientos resueltos por la jueza Ana de Salterain logró juntar a un par de cientos de personas, muchas de las cuales fueron repudiadas por los propios manifestantes a raíz de los actos vandálicos acaecidos en plena Avenida del Libertador.

La pregunta cae de su peso: ¿Qué representatividad social tienen los que protestan? ¿Cuáles son sus consignas reales? ¿Las que proclaman los dirigentes de los docentes, o las que se leen y escuchan en cada acto, concentración o manifestación? ¿Es “6 % para la Educación” o es “Muerte al Estado”? ¿Es posible que una maestra con una larga trayectoria en las aulas opine que hay un “Gobierno puto”?

La verdad última es que hay una agenda ideológica y política de algunos grupos que no se explicita sino que pretende pasarse de contrabando en medio de los reclamos presupuestales de maestros y profesores. Esa agenda es la que guía las movilizaciones, la que establece los pasos de la escalada y la que pretende correr hacia la derecha al gobierno de izquierda, para así ocupar un lugar del que actualmente no dispone.

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El diario del lunes es el blog de Fernando Butazzoni en EnPerspectiva.net. Como no podía ser de otra manera, actualiza los lunes.

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