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Entrevista central, viernes 19 de febrero: Marcos Otheguy

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EC —El informe del FA no contiene una única visión de lo ocurrido. Concretamente en la página 86 incluye una “discordia parcial” muy crítica sobre las causas de las pérdidas de Ancap y sus problemas de endeudamiento.

Entre paréntesis: por los trascendidos de prensa, esa discordia pertenece al Frente Líber Seregni (FLS), pero eso no aparece dicho explícitamente en ningún lado… ¿Es del FLS?

MO —Sí, es del FLS, el punto se aclaró en sala.

EC —Llaman la atención algunos de los cuestionamientos que aparecen expresados allí. Por ejemplo, en cuanto a las inversiones, dice: “Si bien la evaluación de la rentabilidad de las inversiones desplegadas por el ente público es su responsabilidad, así como sucede con aquellas de las empresas asociadas en el grupo, hubieran sido necesarias instancias de evaluación conjunta y coordinación de estos aspectos con el Poder Ejecutivo. Las inversiones se desplegaban en todos los casos, a pesar de que por lo general se verificaban mayores costos que los oportunamente previstos, lo que provocaba una inevitable tensión sobre su endeudamiento. En el caso particular, la situación en materia de endeudamiento de Ancap es conocida y se caracteriza por un alto endeudamiento, con importantes vencimientos a corto plazo, a tasa de interés variable y en moneda extranjera”. […] “En definitiva –estoy salteando párrafos–, el endeudamiento de Ancap se concretó bajo parámetros no alineados con los llevados adelante a nivel nacional desde el año 2005 por la conducción económica”.

¿Cómo hay que ubicar este otro punto de vista?

MO —Es un punto de vista en un capítulo, en el resto del informe hay unanimidad en la bancada de senadores del FA. En lo central, que es el cometido de la comisión investigadora, en lo central del cometido de nuestro trabajo, que es que no existieron ni irregularidades ni ilícitos en el funcionamiento de Ancap, hay acuerdo total. Es una visión unánime de la bancada. Este es un aspecto que no es el central en el cometido de la investigadora.

Se da cuenta de un matiz que tiene el FLS. El resto de la bancada tenemos una visión distinta de la que el propio documento da cuenta. En toda la parte anterior de ese mismo capítulo explica de manera distinta los déficits de la empresa.

EC —¿Cómo se lauda esta diferencia de criterios que ha quedado planteada, que ya venía de meses anteriores y ahora ha quedado plasmada en el documento?

MO —Creo que es algo que vamos a seguir discutiendo. Creo que esto trasunta visiones, matices que tienen que ver también con el rol de las empresas públicas. Nosotros tenemos un enfoque de que la ecuación financiera o económica en las inversiones desde el punto de vista de la rentabilidad, desde el punto de vista contable no es la única que hay que incorporar. Hay impactos, externalidades en este tipo de inversiones que tienen que ver con lo social, con lo ambiental, con lo productivo, que también hay que incorporar al análisis. No se puede tener una visión exclusivamente economicista del funcionamiento de las empresas públicas. Se puede decir: ¿la desulfurizadora es rentable? Es como compararla con el saneamiento de Montevideo. No es rentable, pero es probablemente la medida de salud pública y ambiental más importante en la historia del país. La desulfurizadora tiene un impacto enorme sobre la calidad del aire que respiramos todos los uruguayos. ¿Cuál es el valor económico de eso? Probablemente sea incalculable. Nosotros tendemos a no tener una visión reduccionista desde el punto de vista económico a la hora de realizar las inversiones en las empresas públicas.

EC —Dejando de lado esta discusión sobre si hubo irregularidades, ilicitudes, delitos, dejando de lado los puntos de vista obviamente enfrentados que han quedado planteados, y a partir por ejemplo de planteos como los que hacía ayer aquí en La Mesa Esteban Valenti, que manifestaba su preocupación por “inmoralidades”, ¿el FA encara un proceso de autocrítica a partir de lo que ocurrió con Ancap?

MO —Creo que calificar a personas o gestiones no es el mejor camino. Creo que sobre esto hay que dar una discusión con seriedad, con fundamentos, con altura. Porque si caemos en la chicana eso no nos conduce a ningún lado. Esto lo hemos discutido mucho con la oposición, si de esto ponemos el foco solamente en rédito político, en cuánto perjudica a un gobierno, cuánto perjudica a determinado actor político, no le hacemos bien a la democracia, no le hacemos bien al debate ciudadano, en una sociedad, que es parte de un contexto general del mundo en que se han ido perdido valores, se han ido perdiendo niveles de calidad de convivencia, de tolerancia. Creo que los actores que de una u otra forma contribuimos a generar opinión tenemos que ser muy celosos de eso, porque es el esfuerzo al que todos nos tememos que sumar, construir una convivencia de mucho mayor calidad que la que tenemos hoy en el país. Y los actores políticos en esto cumplimos un rol fundamental. Por lo tanto creo que hay que dar una discusión con conceptos, con fundamentos, con pocos calificativos. Los calificativos no ayudan, no ayudan a la comprensión de ningún tema, de absolutamente ningún tema, no ayudan a las relaciones humanas ni personales.

EC —Pero en ese marco, ¿está pendiente una autocrítica?

MO —Sin duda, creo que está pendiente una autocrítica. Creo que en un debate tan importante –quizás en otros nos ha pasado lo mismo– no estamos a la altura de las circunstancias, no estamos a la altura de lo que el país requiere. La ciudadanía nos coloca para cumplir una responsabilidad que es muy importante, por lo tanto tenemos que ser profundamente autocríticos. No sé si estamos a la altura de los desafíos que tiene el Uruguay en este momento, la sociedad en este momento. Estamos en un punto de inflexión importante y creo que tenemos que tratar de ser autocríticos y sobre todo decir cuáles son las mejores actitudes, las mejores acciones, cuál es el nivel de compromiso, cómo nos podemos comprometer aún más con los desafíos que tenemos como sociedad. Hay que hacer un enorme esfuerzo, el debate político ha llegado a un tono que no está bueno, porque es un tono de campaña electoral.

EC —Pero dejando de lado a la oposición, mi pregunta iba hacia dentro del FA.

MO —Hablo de todos, no solo de la oposición. Hablo de los propios también, no solo de la oposición. A la oposición no le puedo exigir, puedo solicitarle, pedirle que el debate vaya por otros carriles, pero la oposición tendrá sus estrategias. Ah, entre los frenteamplistas sí, ahí el nivel de exigencia tiene que ser mayor.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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