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Entrevista central, martes 9 de febrero: Gustavo Malinger

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Entrevista con el doctor Gustavo Malinger, jefe de la Unidad de Diagnóstico Prenatal de Ultrasonido del Hospital Central de Tel Aviv, Israel.

EN PERSPECTIVA
Martes 09.02.2016, hora 8.16

EMILIANO COTELO (EC) —A fines del mes pasado, América Latina entró en estado de alerta por un brote del virus zika en 20 países, una enfermedad cuyo nombre era desconocido para la mayoría de nosotros.

El virus es trasmitido por el mosquito Aedes aegypti y los enfermos presentan síntomas similares a los que presentan los afectados por dengue. Sin embargo, la preocupación por el zika ha ido en aumento con la aparición de evidencia científica sobre su vinculación con casos de microcefalia en recién nacidos.

La relación entre el zika y esta patología cerebral fue descubierta por un equipo que contaba con un uruguayo en sus filas. Se trata del ginecobstetra Gustavo Malinger, quien atendió a mujeres embarazadas contagiadas de la enfermedad en Brasil, un país que ya cuenta con un millón y medio de infectados. Malinger es jefe de la Unidad de Diagnóstico Prenatal de Ultrasonido del Hospital Central de Tel Aviv, Israel, donde trabaja desde hace más de 40 años.

Vamos a conversar con él para tratar de entender un poco más sobre esta enfermedad y los asuntos vinculados a ella que han estado apareciendo en las últimas semanas.

Usted está especializado en desarrollo del cerebro de los embriones, con actividad concentrada en Israel, donde vive desde hace varias décadas. Sin embargo, los hallazgos con respecto a este tema ocurrieron en Brasil. ¿Cómo es que termina involucrado en esta historia?

GUSTAVO MALINGER (GM) —Como todas las cosas en la vida que al final se convierten en relativamente importantes por casualidad. Estando en Brasil invitado a dar un curso sobre el tema que yo trato, que son las patologías cerebrales fetales, me consultaron por dos casos que habían visto en el norte de Brasil, en el estado de Paraíba, en los cuales la médica que los había visto suponía que podían tener algún tipo de relación con el zika. Hasta ese momento no se había descrito nada similar en otros fetos.

Nosotros conocemos las infecciones virales fetales, que son raras pero existen, esta era un poquito diferente y le pedí que trajera los pacientes a San Pablo. El Ministerio de Salud Pública brasileño estuvo dispuesto a trasladarlos, estuvieron en San Pablo al día siguiente, les hicimos estudios y lo que encontramos fue un daño muy muy severo del cerebro; uno de los fetos también tenía involucrados los ojos.

Ante todo es importante recalcar que las dudas son muchas, hay muchas opiniones con respecto al tema, el hecho de si es zika o no todavía no ha sido aclarado. En los casos que nosotros vimos suponemos que era zika porque el virus apareció en el líquido amniótico, fue la primera vez que se demostró algún tipo de relación entre el virus y la presencia de un daño cerebral. Pero hasta hoy en día ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni el Centro de Control de Enfermedades Americano han definido claramente si es el zika o no. Por lo menos en los fetos que nosotros vimos pensamos que sí era zika.

NICOLÁS BATALLA (NB) —Estamos ante una enfermedad, o al menos ante dos fenómenos, por un lado el virus zika y por otro los casos de microcefalia y las malformaciones que vienen afectando a los fetos, de los cuales hasta el momento se sabe muy poco, por lo menos acerca de cómo se relacionan. ¿Cómo está encarando la comunidad médica una situación como esta en la cual la enfermedad va desarrollándose y expandiéndose más velozmente que el conocimiento que se tiene de ella?

MG —La expansión del conocimiento en este momento también es muy rápida, porque desde el momento en que uno se entera de algo, supone algo, la información se mueve muy rápido. A veces uno se mueve demasiado rápido, cada uno pone su granito de arena y no todos los granitos de arena son blancos, hay muchos granitos de arena negros, entonces la información crea más confusión.

La microcefalia como se está viendo no es realmente una microcefalia. Se habla de microcefalia a partir de un error. Según las normas brasileñas se está ante un caso de microcefalia cuando el perímetro craneano está por debajo de 33 centímetros, cuando entre el 10 % y el 25 % de la población tiene un perímetro de 33 centímetros. Por eso en las primeras etapas de la enfermedad todo feto nacido en Brasil que tenía por debajo de 33 centímetros fue considerado microcefálico y por tanto sospechoso de tener zika. Hoy en día ya está bastante claro que de los 4.000 casos que se declararon hasta fin de enero alrededor del 60 %-70 % no tienen microcefalia, no tienen enfermedad del cerebro y probablemente tampoco tengan zika. En este momento el número de casos que se han reconocido como con zika son solamente 239, aunque todavía no han evaluado a todo el grupo de 4.000.

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